Capitulo 28: Fuego Salvaje PT3 (Maraton Final) Vota por 3ra Temp

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Evan, Nicolás y Vaiolet han estado pasando tiempo juntos, Evan les ha estado enseñando defensa personal con armas blancas, como cuchillo, catanas etc.

Vaiolet por genética sabe mover muy bien las armas y Nicolás se defiende mejor con la defensa personal, ambos ya se encuentran listos para pelear por si una situación se les fuese a presentar.

Vaiolet se encuentra entrenando con Evan sus patadas mientras él se cubre, con sus dos piernas le da patadas en sus brazos mientras él se cubre su tórax, van retrocediendo hasta que Evan empuja una de sus piernas y cuando esta se va a caer el cacha a Vaiolet por su cintura y le coloca el cuchillo en su cuello.

―No dejes que la adrenalina te gane, porque puedes morir a causa de ello―dice Evan.

―No si yo estoy para protegerla―dice Nicolás abrazándola de la cintura y dándole un beso en su mejilla.

―Oh que tierno pero dejando la cursilería también pueden matarte a ti, yo lo sé, buen entrenamiento por hoy pero ya vámonos se hace tarde―dice Evan y todos se dirigen a su auto para marcharse.

Llegan a casa de Nicolás y ambos se despiden de Evan pues ellos tienen que hacer tarea en pareja.

Maia se encuentra besando a Mark pero la imagen de Evan de rodillas pidiendo perdón le pasa por su mente y se separan.

Últimamente las cosas entre ellos no iban nada bien pues ellos son muy opuestos.

― ¿Qué pasa hermosa? ― dice Mark

―Nada, solo no me siento muy bien―dice Maia, Mark observa las fotografías que tiene ella con su adorada hija.

Tomo una foto de Vaiolet y la admiraba detenidamente, cosa que llamo la atención de Maia.

―Vaiolet cada vez es más grande, ya es toda una mujer―dice de forma pervertida Mark

―Por supuesto que no, es una niña de 16 años aun― dice cruzándose de brazos Maia.

―Una niña de 16 años que te recuerdo que ya no es virgen, es toda una mujer exquisita―este se relame los labios y a Maia eso le causa repulsión.

― ¿Tu eres un asesino igual a Evan? ―pregunta abrazándose a si misma Maia.

―No, Evan es mi mejor amigo pero es un tanto marica para esas cosas el solo asesina por algún motivo relevante en su vida yo soy mucho peor, yo me dedico a cosas más placenteras, claro solo para mí―dice observando la imagen de Vaiolet― Pero si te preguntabas que si soy asesino, si claro que lo soy―.

Maia solo observa como admira la imagen de Vaiolet y recorre su dedo por todo el cuerpo de la fotografía, eso despierta su instinto de madre sobreprotectora.

―Hermosa, tengo algunas cosas que hacer luego te llamo si―trata de darle un beso en la boca a Maia pero ella se mueve, el solo alza sus hombros y se retira.

Ha pasado tantos meses sin andar de casería que su ansiedad por follar a las jovencitas hace cambiar toda su personalidad, el verdadero Mark ha salido a flote, después de todo no se puede confiar en un pederasta.

Vaiolet se encontraba junto con Nicolás realizando su tarea, Milán paso por la habitación de su hermano y observo a Vaiolet de pies a cabeza después de todo la chica no está nada mal, llevaba sus shorts cortos preferidos y una polera violeta que se apegaba muy bien a sus curvas y resaltaba sus grades senos.

―Mi corazón, tengo sed―dice Vaiolet

― ¿Quieres que te traiga un poco de agua? ―dice Nicolás

―No, solo dime donde esta y traigo para los dos

―Bajas las escaleras y a la derecha está la cocina

―Gracias ya vuelvo―dice Vaiolet y se dirige a la cocina, se encuentra llenando una jarra de agua cuando de pronto se acerca Milán para pasar por detrás de ella y le toca un glúteo.

― ¡¿Qué te pasa imbécil?! ―le suelta Vaiolet una tremenda bofetada y el solo la empujan.

― ¿Qué te pasa a ti bruja? ―Nicolás escucha los gritos y decide bajar.

―Me tocaste estúpido, lo vuelves a hacer y te mato―no bromeaba Vaiolet.

― ¿Qué pasa poli? ―dice Nicolás observando a su hermano Milán.

―Tu hermano me toco el trasero―dice Vaiolet, fue su gran error.

―Sí y no me arrepiento, fue deli...―Nicolás le da un golpe en la mandíbula y a este le sale sangre de la boca, Vaiolet de la impresión de cubre la boca. ― ¡Me tienes harto! ―le grita Nicolás.

Se abalanza sobre y lo golpea muchas veces en la cara― ¡Siempre me jodes quitándome lo mío! ―grita una vez más.

Milán le da un golpe en la nariz y esta vez es el quien está sobre golpeando su cara― ¡Por qué siempre todo es para ti!―dice Milán.

―No es mi culpa ser mejor que tu―se defiende Nicolás dándole una patada en la cara para quitárselo de encima, ― ¡Ya basta! ― grita Vaiolet mientras no sabe qué hacer y estos la ignoran pues siguen peleando.

―¡Siempre te he jodido la vida y no me arrepiento, gracias a eso has sido un jodido maricon! ―empuja a Nicolás contra la pared y lo golpea en la nariz una vez más para tirarlo al suelo.

―Tal vez lo sea pero al menos yo si soy hijo de mi papa y no soy un bastardo como tú―esto dicho por Nicolás desata la furia de Milán quien comienza a partirle la cara y la sangre no tarda en salir.

― ¡Siempre te he odiado, tu siempre lo has tenido todo pero yo me he encargado de que seas infeliz y lo seguiré haciendo hasta que te mueras! ―comienza a ahorcar a Nicolás y este solo trata de quitar las manos de Milán pero no puede ya que está perdiendo todo el oxígeno, cada vez se ve más pálido, sin más alternativa Vaiolet toma un cuchillo y lo apuñala en la espalda.

Este cae al lado de Nicolás y Vaiolet se posa sobre para apuñalarlo seguidas veces en el pecho, su furia se encuentra al máximo y sus ganas por verlo muerto florecen.

No es Vaiolet la que lo está apuñalando si no es la asesina que lleva dentro, Nicolás espantado de lo que está haciendo su amada retrocede, la mirada triste e inocente de Vaiolet se encuentra más potente, intimidante y sádica.

Respirando con dificultad y riéndose a carcajadas por el nerviosismo baja el cuchillo y observa sus manos y ropa llenas de sangre, sus manos tiemblan y un escalofrió la invade, ha cometido su primer asesinato.

Observa a Nicolás, él se encuentra pegado a la pared pues esta anonadado con la espectacular imagen que da Vaiolet.

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Dulce Sabor a Muerte © Libro I y IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora