15: La Push

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Bella POV

Me desperté sintiendo una cegadora luz sobre mis ojos. Los abrí de golpe, sentándome en la cama de un salto mientras veía algunos tenues rayos amarillos escurrirse entre las cortinas de mi habitación. Era extraño...la normal penumbra de la mañana había sido reemplazada por una extraña luz amarillenta... ¿Acaso?

Me puse de pie y volé hacia la ventana, descorriendo las cortinas de un tirón; allí estaba el sol. Iluminando Forks con todas sus fuerzas. Había unas cuantas hileras de nubes en el horizonte que amenazaban con cubrir al astro rey, pero el resto del cielo se veía de un claro y luminoso celeste. Corrí a cambiarme de ropa, lo último que me faltaba era demorarme admirando el sol, tendría el resto del día para hacerlo.

Me sorprendí al llegar al salón y no ver a nadie, la casa siempre estaba en silencio, pero esta vez era más de lo acostumbrado. Mi familia se había ido de caza a un lugar llamado Goat Rocks y no regresarían hasta la madrugada. Debía decir que me aterraba la idea de quedarme sola en una casa tan grande. Pero ellos debían alimentarse, y en lo posible de animales grandes, para que no les resultase molesta mi cercanía.

Subí a mi coche, sorprendiéndome de ver un trozo de papel cuidadosamente doblado.

Ten Cuidado.

Decía la nota con la prolija e inconfundible caligrafía de Edward. Sonreí.

Traté de evitarme el embarazoso ataque de saltos de alegría que solía darme cuando sucedían pequeños detalles como este. Había decidido no pensar más en Edward como lo que era, mi hermano - aunque no por sangre y podía decirse que tampoco por crianza.- Decidí que pensar eso resultaba más fácil que la realidad. No era, ni podría ser jamás (,) mi hermano. Ni yo quería que lo fuera.

Edward representaba algo más, algo totalmente diferente a lo que sería un hermano, a lo que eran Emmett o Jasper...suspiré tratando de despejar mi mente.

No tuve problemas en encontrar la tienda de Mike, ya había ido allí en una ocasión antes de comenzar las clases. Cuando entré al aparcamiento vi la Suburban de Mike y la camioneta de Tyler.

También estaban allí Jess, Angela, Lauren, Eric y un par de chicos más de los que no podía recordar sus nombres. Lauren me miró con desdén cuando pasé por su lado, Jessica en cambio corrió hacia mí.

-Hola Bella- me sonrió con entusiasmo, -¿has venido sola?- inquirió mirando dentro de mi coche (,) sobre mi cabeza. No sabía decir por qué, pero estaba segura de que moría de ganas por buscar a Edward hasta en el portaequipajes. Había quedado bastante decepcionada de que él no hubiera aceptado ir al baile con ella. Jessica de mala gana tuvo que conformarse con Mike. Pero parecía no perder las esperanzas, ya que siempre buscaba la forma de terminar haciéndome hablar de él. Realmente comenzaba a estorbarme. Más cuando comenzaba a con preguntas demasiado íntimas...

Edward no iría al baile. Ya lo había dicho antes. No quería ir, y yo tampoco. Aunque por dentro moría por invitarle, aunque fuera con la infame excusa de hacer compañía a nuestros hermanos. Pero no podía, nunca antes había asistido a un baile, y realmente no veía por qué tendría que romper ahora con la tradición...

-Sí, mi familia fue de acampada...yo hubiera ido con ellos, pero se lo había prometido a Mike -el aludido me sonrió.

-Oh, vaya...quizás para la próxima -murmuré un inaudible 'Sí' al mismo tiempo que sacudía la cabeza y saludaba a Mike.

-Eras la que faltaba...ya pensé que no vendrías -dijo con una brillante sonrisa en su rostro. -Bien, entonces ya podemos irnos ¿Te vienes en mi coche, o en la mini furgoneta de Lee?- miré de soslayo la mini furgoneta, iría atestada de gente y casi ni podría respirar, sin contar que irá acompañada de gente que casi conocía.

Viviendo con los CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora