Cap. 9 Fiesta (Part.2)

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—¿Porque estas aquí? Estabas divirtiendote tanto con los pasos de 'Thriller' —dijo.
Sonreí.
—Esa canción es genial. —dije recordando lo de hace un rato, mire a los costados para asegurarme que no estuviera su hueca— ¿Y Leanna?
—Debe estar adentró, no lo sé.
—¿Es tu novia no? Se supone que debe acompañarte. —le dije.
El me miró y me dijo muy serio.
—Leanna no es mi novia.
¡Hay por favor!
Y que me dices de los besos, abrazos, caricias y las palabras cursis como... 'Amor'.
Alze una ceja frunciendo el ceño.
Que flojera con los hombres que niegan a sus novias. —le dije y él sonrió.
Almenos logre hacerlo sonreir.
—No la estoy negando. —aseguró.
—Si como sea... —suspire.
—O'Brien! —exclamó alguien detrás de nosotros.
Giramos ambos y nos encontramos con Tyler.
—Ehm...—puso su mano en su nuca— No sabía que estaban ocupados.
—No lo estamos. —le afirmó el idiota.
—Pues... ¿Que haces aquí? Leanna me mando a buscarte.
Baje mi cabeza para ocultar mi sonrisa.
Seguro la hueca esta buscando a su lindo idiota y no sabe que esta con su 'pinky friend', osea yo.
—Bueno, yo tengo que irme. —dije y caminé— Adiós Tyler.
—Adiós hermosa. —escuché que el idiota se aclaró la garganta y luego la risita de Tyler.
¿Le molesto que me llamará hermosa?
—Hey! ¡¿Donde estabas?! —preguntó Jane bailando a mi alrededor.
—Fui a tomar un poco de aire. —le dije.
—Bueno... ¡A divertirnos! —exclamó Claire.
Enseguida mi canción favorita (de las muchas que tengo) empezó a sonar a todo volumen.
—¡Ahora todos cojan pintura neón! —gritó el animador.
Fuimos a la mesa donde estaban las pinturas de diferentes colores, las luces se apagaron y la pintura brillaba, me dibujé unos lentes alrededor de mis ojos y pinte mis labios.
Claire se paso a algunos mechones en su cabello.
Mientras Jane se pintaba su brazo y sus manos.
Charlie Brown de Coldplay empezaba a sonar a todo volumen.
—¡OH POR DÍOS! —exclame felíz al oír esa canción.
—¡Vamos! —corrimos hacía la pista y empezamos a saltar y a movernos como locas.
Una serie de canciones electrónicas y muy movidas se estaban reproduciendo.
Incluso Claire se alejo por unos momentos de nosotras para ir a traer alcohol.
—¿Que es esto? —pregunté.
—¡Solo tomatelo! —me dijo y reí.
Lo tomé y era DEMASIADO fuerte.
—¡ES TEQUILA! —exclame.
—¡DELICIOSO! —grito Jane.
Seguimos bebiendo y bailando hasta que los tacos, de un momento a otro, me estaban matando.
Me fui a sentar y pensar un poco.
Mi cabeza me dolía un poco y me sentía muy cansada.
Tenía sueño, creo que el tequila me afecto.
Salí del estudio para ir hacía el baño.
Lave mi cara y mis manos.
Me miré al espejo y mi rimel se había corrido un poco, así que me lo saque.
Quite todo mi maquillaje, era de noche y nadie lo notaría.
Salí del sanitario y caminé por los pasillos oscuros.
Me quite los tacos ya que hacían bulla al caminar, sin mencionar que ya no los soportaba.
—Me gustas, pero me dueles. —le hablé al par de tacos que tenía en mis manos.
Reí.
A veces podía llegar a ser tan estúpida.
—¿Que haces aquí? —me preguntó al chocar con él.
—Ah... Hola.. —le sonreí.
—Estas ebria... —afirmó sujetandome por mis brazos.
Ya que estaba balanceandome en el aire.
—¿Ebria? El único ebrio en la familia es mi hermano ¿ok?
—Ven, te llevaré a casa.
—¿A casa? No idiota, yo quiero quedarme un rato más con mis chicas... La estamos  jodidamente bien... —traté de safarme pero él me detuvo.
—Se término la fiesta para ti, Stevens.
—No seas aguafiestas, O'Brien.
Reí.
—No seas terca y empieza a caminar o te cargare. —me amenazó.
—Adiós.. —caminé en otra dirección, regresando al estudio.
Pero el corrió y me cogió de las piernas para alzarme a sus hombros.
—¡Bajame idiota! —le reclame.
—Silencio, loca.
—¡Bajame! ¡Tú no tienes derecho...!
Mis constantes gritos, al parecer, nadie lo escuchaba y el idiota estaba ignorandome.
Me cansé de hacerlo y me resigne a que me llevará a casa.
Una vez que llegamos al estacionamiento, me bajo y quedamos muy cerca.
—Hueles a alcohol. —le dije.
—Tu también, vamos sube al auto. —me empujo sujetandome.
Él tenía una mano en mi cintura y la otra sujetaba mi mano.
Me abrió la puerta de copiloto y me hizo sentar, me sujete de su cuello y al sentarme nuestros rostros quedaron nuevamente juntos.
—¿Porque haces esto? —le pregunté.
—Me importas, más de lo que imaginas. —contestó muy seguro.
Deje un pequeño beso de agradecimiento en su nariz.
Él se alejo y rodeó el auto para llegar al asiento de piloto.
—¿Te sientes bien? —preguntó.
—Me siento cansada... —admiti.
—Será mejor que descanses un poco hasta llegar a tu casa.
—Esta bien. —me acomode en el asiento poniendome en una posición fetal.
Mis rodillas casi llegaban hasta mi rostro.
Él hizo algunos movimientos y luego sentí que me cubría con algo.
Abrí mis ojos y solo estaba con su camisa blanca.
Se había sacado la sudadera que tenía hace un rato.
—Gracias... Idiota. —sonreí.
Encendió el auto y prendió la calefacción ya que me sentí a gusto.

Mi Ángel Sin Alas Dylan O'Brien Y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora