Bajo Mi Encanto [+18]

Capítulo 1.

   Claire se encontraba cortando el cadáver de su anterior conquista, no le temía a nada en el mundo, era fría como el hielo y disfrutaba mucho siendo la viuda negra.

   Todo comenzó cuando cumplió los quince años de edad.

   Todo parecía ir perfecto en su fiesta, ella era feliz, una niña inocente que se convertía en mujercita, hasta que su tío la llevó a un cuarto alejado en el hotel donde era la fiesta y abusó de ella. De repente, una araña bajó por el cuello de su tío, lo mordió y en tan solo minutos, él cayó desplomado al suelo. Su familia al enterarse, llamó a la policía y a los paramédicos, mas ellos dijeron que lo picó una viuda negra. Desde ese momento, Claire decidió que debía ser como aquella araña, seducir y matar al instante.

*Fin del Flashback*

—Malditos hombres, son tan asquerosos tanto por fuera como por dentro —exclamó arrojándole los pedazos a los tiburones.

   Volvió a su cabaña a orillas del mar, se dio una corta ducha y cambió su ropa casual por una de secretaria. Comenzó a buscar en su laptop jefes que pudieran tomarla en alguna empresa, encontró al indicado y salió en su busca.
Al llegar a un gran edificio sonrió de lado, su plan era simple, seducirlo, trabajar hasta tener su paga, llevarlo a la cama y asesinarlo. Subió hasta el último piso, se encaminó hasta la puerta del fondo y tras mirar retadoramente a la secretaria que le advertía el no poder entrar sin autorización, abrió.

—Disculpe señorita, ¿qué desea? No debió entrar sin mi autorización —habló un señor de treinta y dos años detrás de su escritorio de madera.

—Thomas Fritz ¿Verdad? —preguntó ella acercándose lentamente hacia él, éste asintió boquiabierto— Seré su nueva secretaria. Ahora, despida a esa inepta ya mismo —ordenó tomando su corbata.

—¿Por qué debería de hacer eso? —preguntó Thomas en un susurro, claramente hipnotizado bajo los encantos de aquella muchacha.

—Créeme, no te arrepentirás —respondió Claire con voz sensual, tomando la mano derecha del hombre y situándola en su trasero. 

   Él no pudo resistirse y apretó un botón de inmediato para que pasara su secretaria.

—¿Sí señor? —preguntó la joven entrando con cautela.

—Despedida, vete ya —ordenó Thomas sin despegar los ojos de Claire.

   La chica asintió con lágrimas en sus ojos y salió fuera para recoger sus cosas e irse.

—Muy bien, así me gusta cariño.

   Claire besó en los labios al hombre y salió hacia su nuevo puesto.

   Se sentó en la silla giratoria dejando al descubierto sus muslos debido a lo diminuta que era su falda y comenzó a dar vueltas mientras reía, viendo como la antigua secretaria desaparecía llorando en el ascensor.

—Ven a mi oficina —pidió Thomas por teléfono y ella no tardó en aparecer allí.

—¿Qué desea señor? —preguntó ella con tono inocente.

—Aún no me has dicho tu nombre —responde él tomándola por la cintura y pegándola a su cuerpo.

—Mi nombre es Claire Johnson, pero puedo ser quien tu quieras cariño —respondió lamiendo su cuello.

—Oh... —era lo único que Thomas había podido formular debido a su agitada respiración.

   Él corrió hacia la puerta, cerrándola con pestillo, volvió hacia Claire, la tomo bruscamente del brazo y la dio vuelta contra su escritorio.

—Me gusta eso —ronroneó ella, lo cual hacía crecer la excitación de Thomas a niveles increíbles.

   Él subió su falda, corrió su tanga y la embistió brutalmente. Sus gemidos y gritos eran lo único que se oía en la habitación. Thomas terminó dentro de ella, ambos se colocaron bien la ropa y ella salió para hacer su trabajo, moviendo las caderas como si de una pasarela se tratase. Aunque todo era un plan, debía trabajar, de otra manera no obtendría su paga, lo más probable era que tuviese que asesinarlo antes por molestarla cada día pidiendo sexo.