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Estaba frío, oscuro; escuchaba el violento golpeteo de gotas de agua caer al suelo, no sabía si tenía miedo, estaba sola, y las palabras no salían de su boca, no podía gritar por ayuda, por primera vez había sentido ese profundo vacío en su interior; quiso tocar su pecho, sin embargo no pudo, algo le impedía mover sus extremidades, forcejeo todo lo que le fue posible, pero no logró nada, sus intentos fueron en vano; estaba tendida en el piso, inmóvil; sentía como el agua en la habitación subía, al principio no le preocupaba, pero ahora no sabía que pensar.

Intentó moverse otra vez, el agua empezaba a cubrir todo su cuerpo, el temor la inundó, no creía lo que pasaba, tampoco lo entendía, era extraño, nunca se había sentido de tal manera, tan sola, tan atemorizada.

Cuando el agua empezó a cubrir su rostro pensó en que ella no podía morir, su inmortalidad no lo permitiría, sin embargo ahora lo dudaba; tantas veces había estado cerca de morir, no les había tomado importancia pues eso no sucedería; las que habían sido gotas una vez se habían convertido en chorros de agua, el volumen del agua subía rápidamente, dejándola atrás.

Cuando pudo levantarse el agua llegaba hasta la infinidad de la oscuridad, sintió ahogarse, trato de nadar hasta la cima, tratando de escapar del lugar, pero ese era el problema no había ni un inicio, ni un fin, tomo su garganta, sabiendo que perdía todo el aire, de su garganta salió un grito mudo, después perdió la conciencia y cayó al vacío.

— Después de tantas veces de haber sobrevivido, ahora es cuando llega el momento en que diga adiós a este basto mundo. —rió en sus adentros.— Así es como se siente morir.

Run For You «Pietro Maximoff»Where stories live. Discover now