VII. Lujuria

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Woo Hyun se resiste —o al menos intenta hacerlo—, porque Sung Kyu no se puede aprovechar de él de esa forma tan absurda. No puede tratarlo así porque él es el director y, si le apetece, puede despedirlo en ese mismo momento. Sin embargo, sus pensamientos de pronto se esfuman.
    
Aquel descarado muchacho lo está sujetando tan fuerte que no es capaz de moverse para liberarse sin sentir las caderas de Sung Kyu frotarse contra las suyas. Así que no puede evitar que un gemido escape de su garganta y sus mejillas enrojecen al instante, mordiéndose los labios al mismo tiempo que Kim tira de sus cabellos para clavar los ojos en los suyos.
    
Mirándolo con un deseo que casi es palpable, Sung Kyu captura sus labios de nueva cuenta y enreda la lengua con la suya hasta casi querer tocar su úvula. Woo Hyun le clava las uñas y el otro joven sólo intenta sonreír mientras lo empuja hasta el pequeño sofá en una esquina de la habitación.

Nam toca el borde del mueble con sus pantorrillas y cae sobre él cuando pierde el equilibrio. Kim lo mira desde arriba y se muerde el labio inferior mientras sus ojos viajan hasta la entrepierna de Woo Hyun.
    
El director trata de calmar su agitada respiración, pero le es imposible cuando Sung Kyu se deja caer de rodillas frente a él y pone una de sus manos sobre su miembro que ya se encuentra duro bajo su ropa interior.

Sung Kyu comienza a frotarle la erección con impaciencia y Woo Hyun echa la cabeza hacia atrás antes de dejar que desabroche su cinturón y baje la cremallera. Nam aprieta los ojos y otro obseno jadeo escapa de entre sus labios cuando Sung Kyu descubre su palpitante miembro y se lo lleva a la boca entero.

Woo Hyun se aferra a la dura tela del sofá con las uñas, entreabre los labios varias veces y siente los dedos de sus pies contraerse. Al mismo tiempo, el sonido húmedo que provoca Sung Kyu con su boca eleva la exitación del director, y cuando la tibia saliva resbala entre sus testículos hasta sus muslos, Woo Hyun exhala un largo gemido de placer que invita a Sung Kyu a bombear su pene con más rapidez.

Woo Hyun no puede soportarlo más y se derrama en la boca de Sung Kyu mientras se retuerce sobre el mueble. Abre los ojos un momento y observa al muchacho tragarse todo su semen. Intenta normalizar su respiración y cuando cree que Sung Kyu saldrá del cuarto, nota con asombro y expectación que el muchacho lleva las manos hasta su propia entrepierna y desabrocha su pantalón para liberar su hinchada virilidad.

Y aquella imagen casi provoca que Woo Hyun se atragante, porque no puede ignorar que se siente más excitado al notar ese trozo de carne brillando por la humedad y pidiendo atención con su color rosado.

—¿Listo para recibirme? —pregunta Sung Kyu casi jadeando y mirándolo con un desbordante deseo. Woo Hyun traga grueso y abre sus ojos cuan grandes son ante su cuestión.
    
Woo Hyun no quiere responder, pero aquello no le impide darse la vuelta para ponerse de rodillas sobre el sillón y su pecho contra el respaldo. Sung Kyu comienza a masajearle el miembro con una mano a la vez que restriega sus caderas contra las nalgas del director. Y entonces Nam siente que el actor se sujeta el pene y lo alinea contra su ano. Un suspiro de espectación crispa su piel y aprieta los labios cuando Sung Kyu se abre paso entre sus estrechas paredes poco a poco.
 
Woo Hyun jadea; es imposible que permanezca en silencio. Luego Sung Kyu comienza con un suave movimiento de adentro hacia afuera una vez que su órgano ha entrado por completo. Sung Kyu se aferra a las definidas caderas del director y sus cuerpos adoptan un ritmo demasiado acelerado y profundo, que le hace pensar a Woo Hyun que no podrá sentarse al día siguiente.

Pero eso no le importa. Está demasiado ocupado sintiendo los deliciosos espasmos recorrer todo su cuerpo cada vez que Sung Kyu roza su próstata. Está totalmente perdido en la lujuria que ese inexperto joven le está regalando.
    
—M-más... —dice de pronto sin siquiera pensarlo, y entonces se arrepiente porque Sung Kyu acelera las estocadas.

Woo Hyun no puede evitar gemir con más vigor. Algo de su saliva escurre por la comisura de sus labios, su garganta comienza a secarse e inesperadamente toma la punta de su pene para terminar en la palma de su mano. Su ano se contrae en ese momento y Sung Kyu le da un último empujón antes de llenarlo con su caliente y pegajosa semilla.
    
El calor en la habitación los envuelve; un sentimiento de satisfacción se materializa en forma de sonrisa en el rostro de Sung Kyu. Se acerca a la espalda del director para dejarle un beso mientras su agitada respiración choca contra su piel. Después le besa el cuello, por detrás de la oreja, y Woo Hyun no puede evitar sentir que su miembro empieza a despertar de nuevo sin siquiera haber terminado con su orgasmo.
    
El director también sonríe. Sung Kyu sale de su cuerpo y Woo Hyun gira sobre sí mismo, sorprendiendo al actor cuando enreda sus brazos alrededor de su cuello. Nam lo mira a los ojos por algunos segundos antes de juntar los labios con los suyos, y después, un delicioso escalofrío recorre su espalda cuando Kim lo sujeta otra vez de la cintura.

La ropa de ambos no tarda demasiado en abandonar por completo sus cuerpos cuando Woo Hyun decide que quiere otra ronda. Entonces tira de Sung Kyu para sentarse sobre sus caderas en el sillón, y toma el pene del muchacho para empezar a penetrarse a sí mismo. Nam le entierra las uñas en los hombros, y luego su mente se nubla cuando se mueve sobre el duro miembro de Kim con impaciencia, buscando saciar su reprimido deseo de que Sung Kyu lo folle hasta desfallecer.

El Musical | GyuWooWhere stories live. Discover now