La guerra de las galaxias

El caballero dragón

Capítulo III: El caballero dragón.

Tras la batalla del cisne contra la hidra, las expectativas del público habían incrementado y ahora estaba claro que la lucha por el rating era lo más importante. Saori llegaba al estadio en el que Tatsumi ya la esperaba sosteniendo la correa de Jabu.

-Abre la puerta de la limo -ordenó Tatsumi a Jabu.

-Bienvenida, querida señorita -saludó Jabu lleno de felicidad y agradecimiento a una Saori que lo veía con gesto molesto.

-¿Es eso un charco? -se quejó Saori.

-Permítame señorita -dijo Jabu recostándose sobre el charco, para que Saori pudiera caminar sobre él.

Saori entró al estadio y la coz anunció:

-¡Bienvenidos a este nuevo encuentro de la guerra de las galaxias!, en esta ocasión se enfrentarán el caballero dragón y el pegaso Seiya, quien ya se hiciera de fans tras su batalla con el oso.

-Tú puedes con él, acábalo dragón -decía el público.

-No hay manera de que puedas derrotarme -dijo el dragón muy contento.

-Eso lo veremos, tú pareces ser más pequeño que el oso, y ciertamente eres más atractivo.

-No tiene caso seguir con esto, odio ponerme en esta posición, sólo para complacer el hambre de esa niña a la que todos odiamos, mejor ríndete ahora y ahorremos este encuentro.

-Jajaja, ¿tanto así me temes?

-No hay manera en que yo pueda temerte, no tienes nada que hacer contra mí.

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En la iglesia, Miho rezaba por Seiya, esperando que sus oraciones le fueran de utilidad al pegaso.

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-Si logro noquearte ahora ni siquiera tendré por qué tocarte, así que prepárate -amenazó Shiryu-, ¡la cólera del dragón!

-¡Ahhhhhhh! -chilló Seiya cayendo a la lona.

-Shiryu.

-Shunrei, ¿qué mierda haces aquí?

-El antiguo maestro...

<<Flashback de Shiryu>> (insertar música nostálgica)

-Vamos Shiryu, no te daré de comer, hasta que no consigas invertir el curso de la cascada de Rozan.

-Pero, maestro; eso es antinatural, todo lo que sube tiene que bajar.

-Esas son nimiedades, y convencionalidades, dictadas por un estúpido llamado Newton, que no sabía nada de la vida.

-¿Perdón? -preguntó Shiryu.

-Jamás lo entenderías, nunca fuiste bueno con la cabeza, por eso te mandaron aquí en vez de a una escuela, a tí lo que te funciona son los puños, así que ya lo sabes, no volveré a alimentarte hasta que consigas invertir el curso de la casada de Rozan, jajajajaja -rió Dohko.