Olvidando el futuro

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Capítulo 26. 
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Terror.

No estoy seguro de cuántos segundos pasaron desde que Hermione se había desmayado entre mis brazos, pero jamás había sentido latir a mi corazón tan rápido y mi estómago tenía un gran vacío, que me indicaba lo asustado que me encontraba. Recuerdo haber visto sus ojos llenarse de lágrimas y el dolor que surcó su rostro luego de destruir el Horrocrux, era impresionante, a la vez que inquietante. Al final soltó un grito que terminó llevándola a perder la conciencia por completo. Luego de eso Potter había expresado un alarido y salió corriendo de la habitación como un completo cobarde ¿Dónde había quedado su valor Gryffindor ahora? Me pregunté incrédulo evitando preocuparme por sus decisiones.

Tenía cosas más importantes en qué pensar.

-¿Qué hacemos ahora?- preguntó la comadreja con los ojos llenos de lágrimas y consiguiendo que girara los ojos frustrado.

-¡No lo sé Weasley!- exclamé- Pero ella necesita un hospital ahora mismo- contesté intentando calmarme y así pensar con cabeza fría.

-No podemos llevarla a San Mungo, la gente comenzará a hacer preguntas- aclaró con mayor inteligencia de la que yo me había esperado, en un sujeto de su especie.

No alcancé a contestar a su comentario, cuando vi a mi antiguo enemigo entrar tapidamente con un frasco entre sus manos. Me apartó a mi novia de entre mis brazos y antes de que lograra reclamarle, abrió su blusa con rapidez revelando la horrible marca que atravesaba su estómago. Pasé saliva aterrado y observé cómo esparcía un gel por su cuerpo sin atrever a mencionar palabra.

-¿Qué carajos crees que haces?- pregunté molesto mirándolo con el ceño fruncido.

-Es una crema para las heridas, me la dio Hermione en segundo año luego de que le contara- pareció titubear y negó la cabeza rápidamente- Es excelente- terminó cortando la anterior frase y dejándome completamente confundido.

¿Para qué el elegido necesitaría una crema de ese tipo?

Seguramente su familia podría comprársela cuando quisiera o él podría comprar la fábrica que la creaba, con sus miles de montañas de dinero.

Abrí la boca sorprendido al ver que su piel empezaba a cicatrizar con rapidez y que la sangre dejaba de correr.

-Necesitamos llevarla con una medimaga- dijo preocupado levántandola del suelo con sus brazos y dejándome pensando en sus palabras.

-¿Cómo esperas que lleguemos hasta allá? Nos tomará horas- agregué incrédulo.

-Hay una chimenea con polvos flu en la planta de abajo, nos tomará unos segundos llegar hasta Hogwarts- aclaró saliendo de la habitación con rapidez y sorprendiéndome por su audacia.

No era tan inútil como yo creía.

-¿Qué esperas Malfoy? No tenemos todo el día- me afanó Weasley con una sonrisa burlona y siguiendo los pasos de su mejor amigo como el perro guardián que era.

Nos tomó menos de dos minutos llegar al colegio y me sorprendí al encontrarnos en el despacho de Dumbledore. El profesor nos miró sorprendido cuando notó el estado en el que se encontraba Hermione y apresuró nuestra salida a la enfermería. Corrimos por los pasillos agradeciendo que los alumnos se encontraran todavía en vacaciones de mitad de curso y cuando llegamos a la enfermería, Madame Pomfrey nos miró asustada y obligó a Potter a dejar a Hermione en una de las camillas, mientras nos indicaba que saliéramos rápidamente del lugar para poder trabajar tranquila.

-Los quiero a todos en mi despacho ahora mismo- indicó Dumbledore seriamente apareciendo en una esquina y logrando que mi corazón saltara del susto. No tuvimos otra opción que seguirlo y mi mente sólo intentaba buscar una excusa creíble ante esta situación. Necesitábamos engañar al mago más poderoso del momento y evitar que descubriera nuestros planes.

Cambio de personalidad (Harry Potter, Hermione G y Draco Malfoy).Where stories live. Discover now