S E V E N

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Justo esa noche Harry había decidido sacar a nuestras mascotas.

Liam se separó rápidamente de mí y se enfrentó a él.

-Harry, déjame explicarte.-le pidió.

-¡¿EXPLICARME?! ¡¿QUE DIABLOS VAS A EXPLICARME?! ¡ESTABAS BESANDO A MI HERMANITA!

-Harry, yo...

-No digas nada, lo enfadaras más- Dijo Liam justo cuando Harry
le daba un puñetazo.

(...)

No había vuelto a ver a Liam desde esa noche... habían pasado ya tres días y Harry le había prohibido que se acercara a mi o a él.

-Lo matare si te vuelve a ver-me amenazo, azotandola puerta detrás de él.

-¡No puedes alejarnos!

-¡Tu no hables! Ese maldito, mal amigo, ¡¿cómo se atreve?!

-Hazza, por favor...-suplique pero el volvió a callarme.

-No me interesa saber las mentiras que te dijo, solo quiero que me digas si te toco.

-¿Qué?

-¡¿Que si te toco?! ¡¿Que si fueron más allá de los... de los besos?!-- sus facciones se endurecieron mucho más.

-¡Oh Dios, no! Él me quiere, ¡jamás me haría eso!

-¡Él no puede quererte! ¡Es un maldito! ¡¿Por qué lo hizo?!

-¡¿Crees que yo escogí sentir esto por el?! ¡¿Crees que yo elegí enamorarme?! ¡No! Pero igual lo hice, me ena...

-No te atrevas a decirlo- me amenazo pero yo lo ignore.

-Me enamore Harry. Y lo digo porque es cierto, ¡me enamore de Liam Payne!

-Pero es mayor que tu... y además ¡es mi mejor amigo! O bueno, ¡al menos lo era antes!

No quise seguir escuchándolo y me fui corriendo a mi habitación, donde deje que las lágrimas me dominaran.

Y así transcurrieron esos tres días. No salí de mi cuarto más que para ir a la escuela. Ya no iba a los ensayos, aun cuando Jess & Pezza me llamaban todos los días. Me aleje de todos, incluidos mis padres, y no había vuelto a dirigirle la palabra a mi hermano.

Y lo que más me dolía es que Liam no me había buscado ni una sola vez...

Esa noche era el show por el que yo había ensayado tanto...y no iría.

Me había negado a bailar esa noche, no quería salir de mi habitación, solo quería que las lágrimas me consumieran.

Estaba hecha un ovillo en mi cama, cubierta con las sabanas, con mi cámara entre las manos y con la almohada toda mojada de lágrimas. Estaba viendo una foto de Liam que había logrado tomarle mientras escogíamos los muebles de su departamento.

Fue justo en ese momento cuando oí que la puerta se abría, y alcé la cabeza automáticamente, aunque después me lo reprochase a mí misma. No había sido demasiado conveniente, teniendo en cuenta que quien apareciera tras el umbral no era otro que mi hermano, quien por primera vez no había llamado antes de entrar.

-Jesy & Perrie volvieron a llamar...te están esperando.

-No iré.

Él me miró con algo similar al reproche en los ojos oscuros, estático en su sitio, y yo me dije a mí misma que Harry tenía que haber subido en el instante preciso gracias a ese maldito sexto sentido suyo para las apariciones.

—Déjame que lo mate —solicitó en tono fúnebre.

Como ambos sabíamos de quién estaba hablando, nadie preguntó nada. En cambio, yo negué con la cabeza muy levemente.

-Tu no entiendes... tú no entiendes nada...

Pero no pude seguir hablando, porque el llanto me lo impidió. Lo oí resoplar y luego se sentó, sin invitación, a mi lado. Me abrazó, y yo me refugié en sus brazos desesperada mente, sin dejar de apretar la cámara contra mi pecho, como si no pudiera soportar la idea de desprenderme de esa foto, u olvidarla.

¿Nunca iba a dejar de desear ver su sonrisa otra vez?

—El otro día te advertí que tendríamos una charla, tú y yo —dijo mi hermano, respirando contra mi pelo—. Creo que es momento de que me expliques lo que pasó, Lee Lee. Estoy dispuesto a escuchar lo que tengas que contarme.

Temblando, cerré los ojos y dejé las últimas lágrimas caer.

Aferré la cámara un poco más, y luego exhalé el aire en mis pulmones entrecortada mente mientras me preparaba para unas cuantas confesiones.

Sabía que de esto sí que no habría escape posible.

Le conté todo...

La forma en que creí que él me odiaba, como me había salvado esa noche en el bar, lo que sentí cuando me beso, la forma en que Liam se resistía a que estuviéramos juntos por respeto a él... le dije todo, sintiendo como un gran peso era liberado de mis hombros.

Las manos me temblaban sobre mi regazo mientras esperaba alguna reacción por parte de Harry.

Viéndolo tan serio y sumido en sus pensamientos, con los ojos más oscuros que de costumbre y la mandíbula apretada, yo habría preferido que se soltara gritando y diciéndome el montón de cosas que seguro le pasaban por la cabeza. Porque casi era mejor que descargara algo de su furia conmigo, en vez de guardarla para muy probablemente ir en busca de un buen blanco...

Continué rezando interiormente por haber hecho lo correcto. ¡No quería que fuera a matar a Liam!

-Así que... -habló, al fin, y, por su tono, supe que vendría el comentario que más me esperaba que hiciera-Te enamoraste de él...

Solo "Te Protejo" -ADAPTADA- Leam PaynockDonde viven las historias. Descúbrelo ahora