paso tres: huír

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Las paredes eran extrañamente naranjas, estaba atada de manos y piernas como era de esperarse, y a una silla como cualquier secuestro normal, solo que a mi no me ataron la boca, lo que quiere decir que es un sótano.

Tenía dos opciones, esperar y ver que quieren o desatarme y, bueno ya no tiene importancia por que el señor canucio entro en escena con una sonrisa mediocre.

—¿Qué tal Bonnie?.- saluda el anciano y se sienta frente a mi.

—Disculpe, ¿a que se debe el que este aquí?.- pregunto tratando de demostrar confusión.

—Se debe mi querida agente Campbell.- hace una pausa para ver mi reacción pero mi cara de confusión era nata, debí ser actriz en vez de espía. —Quiero saber que les diste a los hombres de traje.- su mirada era fría y sus ojos cafés trataban de indagar.

—Mi virginidad no, ¿de qué habla?.- digo tratando de bromear. Mala idea. Patea mi silla lo que hace que caiga, me levanta de nuevo pero ahora apunta con una pistola a mi nuca. —¡¿De qué me está hablando?! Suelteme por favor.- lloriqueo.

—No seas niña y afronta las cosas.

—¿Yo no le di nada a esos hombres de los que me habla?.- lloriqueo.

—Entonces tal vez a Dimitri le interese saber quien es Kya Campbell.

—A mi también digame quien es por que no lo entiendo.- digo en llanto fingido pero un disparo a centímetros de mi cabeza me hace despertar, esto era verdad, el MI6 no sabía que estaba aquí, no había modo que lo supieran, y esto era algo que debía resolver sola, este hombre sabía demasiado, no lo iba engañar, debía actuar rápido.
Utilizando la prótesis y la suavidad de los guantes desate mis manos, el único inconveniente era que mi prótesis estaría al descubierto, doy un suspiro y miro al gran Míster Walk.

—¿Ya piensas hablar?.- pregunta exhausto.

—No lo haré.

—Entonces tal vez deba llamar a mi hijo para que venga a ayudar.

—Entonces tal vez debería irse a la mierda para hacer un mundo mejor.

—No me gusta tu tonito, ¿dónde está la niña llorona?.- pregunta burlesco

—En tu culo.- lo escupo aún fingiendo estar atada.

—No tengo mucha paciencia, tienes familia y ellos pueden sufrir si no cooperas.

—Por favor.- me burlo de el. —¿En serio te meterías con la familia Campbell? Por dios son las dos líneas más poderosas de espías que existen, te acabarían.- me burlo de él.

—¡Colemán!.- grita y entra a quien llamaron. —Llama a Winter y dile que entre por mi hijo y lo traiga acá, la mosquita no quiere hablar.- dice con odio y el señor Colemán sale de la habitación.

—¿No es lo suficientemente hombre para lograr hacerme hablar sola que tiene que ir por su hijo?.- digo riendome.

—Te puedo demostrar que soy un gran hombre.- me dice riendo también.

—Ti pidi dimistrir qui si in grin himbri.- digo imitándolo con voz de niña.

—No seas inmadura Kya, sólo dime que fue lo que les dijiste.

—Me que fue lo que les dijiste.- repito riendome, esto en otros casos me hubiera parecido ñoño, pero necesitaba ganar tiempo, había oprimido el botón de ayuda de mi prótesis, y a veces suelen ser lentos los hombres de traje.

—No me gusta hacer hablar a golpes a las mujeres, pero me hace sentir mejor que una mujer te golpeará.

—¿Va a poner a una nena a golpearme?

HYDRAGYROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora