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Sus sollozos no cesaban, me dolía verla así pero... ¿Qué decís Simón? ¡Desde cuando te importa Ámbar!
Creo que yo sé lo que ella esta sintiendo, debe de estar peor que yo porque Matteo y Ámbar fueron novios a mucho tiempo, y yo con Luna bueno... Solo fuimos amigos y ¡nada más!

Vi como poco a poco ella se distanciaba de mi, sentí un frío de no estar ella me abrazando.

— Yo creo que... — ella no sabia que decir y eso me causaba cierta gracia — me voy a mi habitación, sí ¡si eso! — salió corriendo.

Solo me reí y fui para mi cuarto.

Ámbar no parecía ser de esas personas que demuestran lo que siente y para ella debe ser difícil que alguna persona la haya visto llorar y aún abrazar a esa persona con la cuál ni habla.

Pero para mi mala suerte, mis risas no duraron mucho, ya qué cuando entré en el cuarto Matteo estaba ahí. Sólo me miro y dio una sonrisa victoriosa, me dio mucha rabia, pero lo ignoré no quería peliar, no por ahora.

— Ey, guitarrista ¿viste el show? — dijo explotando en risas.

— Sí, lo vi — me acosté en la cama — pero creo que a Luna no le gusto... — dije y ni yo creía en mis palabras.

— Creo que no, yo sé que le gusto a ella.

Con eso no aguanté mas, salí de aquel cuarto y no sabia si quería regresar.

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Ámbar Pov's

¿Porqué hice esto? ¿Qué tengo en la cabeza? No podía dejar que el mexicano me viese en aquel estado.
No sé porque lo abraze y porque deje que mis lágrimas no cesasen, solo me deje llevar o, quizás, necesitaba de un abrazo de alguien que sintiese lo mismo que yo.

Entré en la habitación y Jazmín estaba allí hablando por teléfono con no sé quien, y eso no me importaba.

— Amiga, es Delfi. Quiere hablar con vos.

— No quiero hablar con nadie, Jazmín. ¡Dejame en paz! — grité y fui para el baño, creo qué de ahora en delante no voy a tener paz.

Me miré en el espejo y me veía horrible, mi maquillaje estaba todo corrido y mi pelo no estaba ordenado, como solía estar. No era la Ámbar diosa de todos los días, era a una Ámbar débil, una que el mundo no había visto y ni dejaría que lo visen.

De ahora en delante no voy dejar que me lastimen, no voy volver enamorarme - más de lo que ya estoy - y voy me vengar de Luna Valente y Matteo Balsano.

——

Estaba en el lobby del hotel, el ambiente estaba tenso, nadie decía nada. A no, Jazmín hablaba más de lo usual. Ya estaba enojando me ¿porqué tiene que hablar tanto esa chiquita?!

— Jazmín, ¿podés callarte? — dije de mala gana, y al instante se calló.

—  No le hables así _  me recriminó Matteo, pero ¡quien creía que era! — ¡ella no tiene culpa de tu enojo! — me miró con odio, no entendí porqué me miraba así  ¿qué le hice ahora?

— ¡No me mires así! — le reclamé, mis ojos comenzaba a arder.

— ¿Así como? No ten otra manera de mirar a una persona como vos — eso sí que me dolió, yo sabía que no era la mejor persona del mundo pero intentaba ser lo — ¿quires que te mires como?

— Con amor, cómo solía mirarme, cómo si de verdad me amara,cómo si de verdad yo fuera todo para vos... — mi voz salió quebrada y no había percibido que me escapaban algunas lágrimas.

Todos nos miraban atónitos, ninguno sabia que decir.

— Oye ¡mira lo que hiciste! —  grito Simón a Matteo — ¡no ves que la lástimas diciendo esas cosas!

— Y vos ¿porqué la defiendes? Ella sólo esta actuando ¿creé que sus lágrimas son de verdad? Por favor — dijo y comenzó a reír. ¿Cómo estoy enamorado de él?

Jazmín se acerco a mí.

— Amiga ¿estas bien? ¿Quiere algo? — apenas negué con la cabeza y limpié las lágrimas que caían.

— No, ella no esta actuando. ¡Ni todos son como tú, Matteo! — ellos estaban apunto de pelear cuando Támara vino.

— Ey ¿qué sucede? — los alejaron - ¿porqué estaban apunto de pelear?

— Porque ese chico estaba hablando mal a Ámbar — Simón dijo con una voz muy ronca.

¿Acaso estaba me defendiendo?

— ¿Qué te pasa, Matteo? Sabés que no puede maltratar a una chica — Matteo sólo bajo la cabeza.

— Tranquila, Támara —traté de decir — Simón me defendió, gracias... — intenté sonreír pero no podía.

— No fue nada — me sonrió, nos quedamos mirando por unos segundos, luego aparte mi vista ya qué fue algo incómodo.

— Bueno... — Támara dio un largo suspiro — vamos, el bus ya está afuera nos esperando.

Todos asentimos y fuimos para el bus con nuestras valijas.
No tenía más lugar para mí, es decir tenía pero era al lado de Simón y eso no me gustaba para nada...

— Creo que me tengo que quedar acá... —  suspire y me senté.

—  ¿Estás bien? — pregunto me mirando a los ojos.

— ¿Porqué lo haces? — mi voz no salió firme, si no que cortada.

— ¿Hacer qué? — enserio me preguntaba eso.

— ¿Porqué me defiende de Matteo? ¿porqué pregunta si estoy bien o me abraza cuando ninguna persona lo quiere hacer? — mis ojos de nuevo comenzaron a arder.

— Porque te vi ayer, y no sé... Me sentí igual que vos y quisieras que alguien hubiese hecho eso por mi. — lo miré, sus ojos estaban triste.

No era aquél Simon que yo tenía visto a algunos días atrás, era otro, y de alguna forma me indetifique con su estado de ánimo.

La única cosa que logré hacer en aquél momento fue abrazarlo, tenía pena del, pero también tenía de mi.

Nosotros dos teníamos enamorado de las personas equivocadas y eso no era para nada bueno...

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Corazón Roto  [A Editar]Where stories live. Discover now