Harry Potter... ¿Mafioso? ¿Sly? ¿Qué?

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Cuando abrió sus ojos, y retomó la consciencia nuevamente se dio cuenta que había cometido un terrible error, se sumergió tanto en la búsqueda de conocimiento y poder, que las artes oscuras se apoderaron de su mente. Escaneando la habitación vio un pequeño bebé con los ojos más verdes que jamás hubiera visto, y desde su aura un poder que lo protegía, un poder que conocía muy bien, ¿como podría haber olvidado a la diosa que veneraba?

.-oh no! ¿la querida Magi estaría enojada con el?, claro que sí, con el carácter que tiene, de seguro lo matara ella le advirtió y no la quise escuchar, ahora estoy en esta habitación con mi varita apuntando a un bebé la maldición asesina. Gracias a Merlín tiene la protección de magi-.

Y así con la protección de su diosa el hechizo destinado al bebé rebotó y se dirigió a él, Tom Riddle se volvió en un espectro sin cuerpo, con la determinación de recuperar su antiguo cuerpo y buscar a ese bebé. Su magia lo llamaba y le decía que sería importante para él.

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Ya era media noche cuando Hagrid, un semi-gigante, descendía en su moto en la localidad de privet drive, junto a el venia envuelto en una manta Harry Potter un niño de tan solo 1 año, Harry sería reconocido en todo el mundo mágico, como el único mago que logró sobrevivir a la maldición asesina y a Lord Voldemort.

El bebe Potter se había quedado dormido en el transcurso del viaje hasta que sintió que Hagrid se bajó de la moto, Harry miraba todo con ojos curiosos buscando a sus padres, pero desde el Rayo verde no los había vuelto a ver.

Desde los brazos de Hagrid, pudo ver a un anciano con túnicas de colores, cada vez que se iban acercando a el Harry se sentía cada vez peor, comenzó a llorar, sentía en su interior que tenía que alejarse de esta persona.

.-aquí esta Harry profesor Dumbledore, sano y salvo como se lo había prometido-.

.-Gracias Hagrid sabía que tu no me fallarías-.

Si Hagrid hubiera prestado un poco más de atención, o Dumbledore hubiera levantado un poco la vista habría visto la mirada que Dumbledore le dirigía al pequeño sus ojos tenían un brillo maligno mientras observaba a Harry.

De las sombras salió un gato que de a poco se fue convirtiendo en una mujer de unos 45 años, con un moño cogido y mirada severa.

- Profesora Mcgonagall, que tal su noche - pregunto Albus, mientras la profesora lo miraba de una manera suspicaz y furiosa.

- Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore, no me digas que dejarás al pequeño Harry Potter en manos de esos muggles, sabes bien que no tengo nada en contra de los no mágicos, pero estas personas son lo más despreciable de la sociedad que he visto en mi vida

Minerva fulminaba con su mirada al profesor para recalcar su postura

- Minerva querida no creo que sean tan malos, además son los únicos familiares que le quedan al pequeño, nosotros no podemos hacer nada para cambiarlo -

Albus la miro con sus ojos de abuelo inocente, con esa fachada con la que manipulaba a todos.

- Sí Albus, pero ese pequeñín podría venir con nosotros o tenerlo algún familiar lejano que pertenezca al mundo mágico -

Insistió la profesora Mcgonagall sabiendo en su interior que nada haría cambiar de opinión al director de Hogwarts

-Querida esto será lo mejor, de esta manera Harry no crecerá abrumado con los fanáticos y estará a salvo de los mortíferos que aún andan sueltos asi podrá tener una infancia como cualquier niño común y corriente -

Albus sabía que al decir aquellas palabras Minerva ya no insistiría más

-Bueno si lo ves de esa manera tiene sentido ¿cierto? -