Lagrimas «Gruvia a.u.»

Cuarta lagrima. 1/2

[No se emocionen, éste será el único capítulo(creo) con muchas más palabras.]

—Lucy, es más que extraño, las lágrimas de Gray no cesaron hasta dentro de cuatro horas, justo el tiempo en el que el padre de Loxar estuvo en el camerino de élla, además cuándo ella rompió en llanto, las lágrimas bajaban de a montón por el ojo de Gray.

—Cállate, Natsu, estoy tratando de idear un plan.— el mayor dio un respingo y se lanzó al sofá del consultorio perteneciente a cierta rubia.

—Podríamos...— las palabras del Dragneel fueron interrumpidas por una sonriente Lucy.

—¡Lo tengo! ¡Loxar se quedará una semana en Japón, es nuestro tiempo para actuar!— comenzó a marcar un contacto en su móvil mientras caminaba nerviosa de un lado a otro. Natsu observaba cada movimiento, debía que admitir que la chica era bonita, pero no era tiempo de eso ahora, primero había que averiguar que mierda estaba diciendo, bueno, era más que obvio que Lucy, siendo también una famosa escritora y periodista, sabía coreano y Natsu no.

—ye, annyeong— suspiró, acomodó sus cabellos y sonrió —llama a Gray, tenemos una cita para él el unas horas.

[...]

—Erza, encárgate de tapar cada herida, debe de verse hermosa para su cita con el corredor, ¿cómo era su nombre? Algo como Gay...

—Gray, señor. No se preocupe, me encargaré de que quede más que impecable y hermosa, digna de protagonista para algún drama.— el hombre asintió y salió de la habitación, tendría que usar más maquillaje ésta vez, la cita era en un restaurante, y aunque estuviera tapada, debía ser cuidadosa.

   Al final había quedado hermosa, tenía un abrigo rosa de lana, una falda gris de tablas, una camisa de igual color, y zapatos oscuros de plataforma. Cualquier hombre la querría junto a ella.

—Señorita Loxar, el Señor Fullbuster ya está abajo esperándola...

—Ah, gracias, ahora bajo— tomó su bolso y se observó en el espejo, de verdad que se veía hermosa.

   Soltó un suspiro pesado y bajó rápidamente, en realidad estaba emocionada, era su primera cita, y a decir verdad, el chico le atraía.

   Ya abajo, estaba con el chico que se hacía llamar Gray, alguien algo frío, pero podía ser bastante amigable.

—Ho... hola, usted debe ser Gray-sama— habló algo desconfiada observando al chico, por suerte sabía manejar completamente el japonés.

—ah, sí, y tú Juvia, tranquila, puedes tutearme.

—sí, entendido, Gray-sama...

—Bien, ésto será difícil— el joven suspiró y ambos subieron al auto mientras unos paparazzis sacaban fotos encubierto, lo normal.

  Mientras se dirigían hacia el restaurante, hablaban tranquilamente, ganándose más confianza entre si, pero  algo que no podía negar Gray era que la chica era más que guapa, su piel de porcelana, labios rojos y carnosos, con el labio inferior un poco más grande que el superior, unos ojos grandes y rasgados de color azul marino, una nariz respingada y fina, mejillas ligeramente rosadas y un cabello tan oscuro como sus ojos, y todo eso sin contar el hermoso cuerpo que aquella mujer poseía, podría hipnotizar a cualquiera con el más mínimo movimiento, además de ser tímida y cortés que eso sumaba puntos en ternura. Y ni hablar de como estaba ella, veía a Gray como si fuera un hermoso retrato del hombre más bello en el universo, su cabello azabache desordenado, orbes como ojos, labios gruesos y un cuerpo digno de Dios griego.

   Al fin llegaron a aquél hermoso y elegante restaurante, ambos bajaron del auto, sorprendiendo a bastantes personas, entraron a dicho negocio y fueron hasta la mesa apartada, la cuál tenía una vista hermosa debido al ventanal en el que ésta se apoyaba.

Y LO DEJO HASTA ACÁ, por favor, vayan a mi perfil en la parte de Conversaciones, ahí colgué algo muy importante.