II

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Rió al son de la música mientras palmeaba con ambas manos la mesa de madera. Un hombre se encontraba sentado en el suelo golpeando una cubeta con unos palitos de madera bastante resistentes. A pesar de que el muchacho ya sentía sus brazos pesados, no dejaba de crear las estridentes armonías, contento de ver a su rey con tal regocijo. Las criadas también componían sus propias melodías chocando cucharas con sartenes. Dos de las muchachas se encontraban en medio de todo el alboroto bailando y riendo felizmente. Zayn continuaba carcajeándose al ver las ocurrencias de las doncellas.

Una de las bailarinas se acercó a él pegando pequeños saltitos y tomó delicadamente su mano invitándolo a unírseles. Cateline suelta una carcajada al ver el sonrojo en las mejillas del Rey, logrando poner la carita de Zayn cual tomate.

-Vamos, cariño- anima la dama echando las rodajas de tomate y cebolla recién cortadas en una cazuela-. Diviértete un rato.

-Sí, mi Rey, hágale caso a Cateline.

Muerto de vergüenza, Zayn aceptó unirse a la danza aún inseguro. Después de todo, ¿quién podría juzgarlo por regocijarse un rato? Ambas doncellas tomaron sus manos y comenzaron a mover sus pies frenéticamente al ritmo de la música. Zayn intenta seguirles el paso, a pesar de enredarse con tantas volteretas de las muchachas. Comienzan a girar en círculos rápidamente y riendo en desenfreno total. Al ver al dichoso trío, las personas en la cocina les animan con aplausos y silbidos que rebotan por el lugar, sin vergüenzas de las consecuencias que conllevarían sus acciones. Y como si hubiesen invocado al mismísimo chamuco, éste se aparece por la puerta completamente sacado por toda la situación.

-¿qué sucede aquí, Zayn?- clamó por una explicación observando a todas las personas causantes del alboroto. Inmediatamente todos quedaron inmóviles. Perplejos miraban al Rey. Ojos abiertos y boca cerrada, tal como habían aprendido con el pasar de los años. Sabían que cualquier palabra dicha sería usada en su contra, sea cierta o no.

-Liam...- la voz de Zayn rompió el silencio en un susurro a penas audible. Antes de que pudiese continuar, el baterista saltó a escena logrando llamar la atención del Rey.

-Ha sido mi culpa, Su Majestad- Zayn frunció fuertemente el ceño a Richard. El muchacho continuó excusando a sus amigos- yo fui quien los incitó a hacer todo esto.

Sintiendo su corazón palpitar duramente, rezó para que su marido perdonase al pobre joven libre de culpa.

-Más vale que sea la última vez- Zayn casi brinca de felicidad con la respuesta de Liam-, no necesitamos holgazanes aquí. Ya pónganse a trabajar.

Dicho esto, Liam caminó hasta la entrada de la cocina dando por terminada la advertencia. Todos soltaron un silencioso suspiro y sus latidos regresaron a la normalidad. Temían más del rey con cada día que pasaba.

-Zayn- Liam regresó por un momento diciendo su nombre.

El moreno rápidamente se puso alerta, -¿sí?

-Acompáñame- ordenó con dominio el Rey.

Cabizbajo, Zayn caminó hasta Liam. Sintió la gran mano de su marido tomar la suya y colocarla sobre la curvatura de su brazo. Con una última mirada a Cateline, la mujer le obsequió una maternal sonrisa.

Comenzaron a caminar uno al lado del otro por las paredes del gran castillo en completo silencio. Liam en su propio mundo y Zayn tratando de imaginar lo que su marido le diría.

-Me llegó la noticia de que mi hermano menor está muy enfermo- Liam comenzó a hablar. Zayn frunce el ceño notablemente preocupado y voltea a ver al castaño, pidiendo con su mirada que continuase- Tengo que ir con él. Asegurarme de que esté bien y permanecer a su lado hasta que mejore.

Zayn asiente rápidamente y regresa su mirada al frente un momento para percatarse de que están entrando a su habitación. Traga saliva espesa y con voz temblorosa menciona:- ¿Cuándo partirás?

Ve a Liam alejarse de su lado y comenzar a desvestirse- Mañana, saldré acompañado de algunos de mis hombres a primera hora.

En el momento en que deja su fuerte pecho al descubierto, Zayn aparta rápidamente la mirada, totalmente avergonzado. Liam se acerca a él, y con sus dedos en la barbilla del moreno, levanta la cabeza de su esposo, haciendo que lo mire a los ojos mientras está hablando.

-Te vas a quedar aquí, en el castillo. Harry se va a encargar de que no salgas de este lugar. No quiero saber que te estuviste escapando y no obedeciste mis órdenes, ¿está claro? -Zayn asiente con la cabeza y cierra fuertemente los ojos al sentir los labios de su marido posarse sobre los suyos. Intenta deshacer el beso, pero los gruesos brazos de Liam a su alrededor se lo impiden.

Suelta un pequeño gemido amortiguado por la boca del mayor al sus manos apretar el hueso de su cadera. Hacía bastante tiempo que Liam no lo tocaba de esa manera, pues muy ocupado se encontraba ignorando a su marido y follando a las doncellas del reino.

Zayn abrió los ojos de golpe cuando sintió a Liam tomar una mejilla de su trasero y apretarla tan duro que Zayn apostaba habría marca al día siguiente. Colocando ambas manos en los anchos hombros de Liam se separó de él rápidamente, logrando tambalearse un poco. Recobró la compostura y acomodó pequeños mechones de cabello negro que se habían salido de su lugar.

Miró a Liam y mordió su labio inferior al encontrarse con los acaramelados ojos. Desearía tanto dejarse llevar por el placer y permitirle a Liam hacerlo suyo ahí mismo (en la cama o en el piso, dondequiera que fuese), pero la sola idea de su marido dentro de otra persona, teniendo relaciones sexuales en sus propios aposentos, dejaba cualquier excitación fuera de su cuerpo, reemplazándolo por puro repudio hacia Liam.

Escuchó a Liam suspirar y lo vio caminar hasta el baño de la habitación, cerrando la puerta de una manera no tan delicada. Zayn soltó un suspiro igual que el de su marido y pasó ambas manos por su rostro.

Intentó cambiar su vestimenta por una más cómoda para dormir lo más rápido que sus movimientos le permitían, pues no quería que Liam lo encontrase medio desnudo sobre la cama.

Dormir allí no era tan malo después de todo. Se encargaba de que la sevidumbre cambiase las sábanas por unas nuevas y echara las anteriores a la leña prendida cada vez que Liam se acostaba con otra persona sobre ellas. También, esa cama era la más grande y cómoda de todas las habitaciones del castillo, y le permitía a Zayn tomar un sueño tranquilo y libre de pesadillas (algunas veces) cada que dejaba caer su cuerpo en ella. Además, Liam y sus caballeros no le permitían dormir en otro lugar. Habían hombres despiertos toda la noche detrás de esa puerta, cuidando que el rey Zayn no saliera de allí a toda costa.

Zayn se acomodó en la cama y cerró sus ojos justo antes de que Liam saliera del baño, ya cambiado y listo para dormir. Como todas las noches, ambos se dieron la espalda y Zayn intentó estar lo más alejado que podía de Liam, deseando internamente que el amanecer llegara y Liam ya no estuviera ahí al abrir los ojos.

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His Kingdom (Ziam, Zarry)Where stories live. Discover now