Rivalry between gods

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Inframundo. Actualidad.

Me giré sobre la cama hasta quedar bocabajo. Estaba demasiado aburrida pasando toda mi mañana y parte de la tarde en la habitación. Es decir, estoy en inframundo viendo televisión. Pan se había ido por la mañana, después de haber hablado con la sombra sobre vigilar a los héroes, él y los demás niños perdidos habían partido de la mansión no sin antes prohibirme salir de ahí. Vamos, no tener poderes y el instinto de sobreprotección de Peter era asfixiante.

Cheshire meneo la cola con pereza a un lado mío, la suavidad de su pelaje rozada de vez en cuando mi pierna desnuda. —Así que... ¿Tú crees que sea cierto? —Interrogó la chica sin despejar sus ojos de la pantalla. La miré de reojo para percatarme de sus labios entreabiertos.

—Se te está cayendo la baba. —Me burlé y luego mis ojos se centraron en lo mismo que ella. Estaban pasando una serie llamada: Supernatural.

—Si fuera cierto no me importaría que tratasen de cazarme. —Podía notar la travesura y la lujuria en la voz de Cheshire. Reí por lo bajo. —Sam y Dean son demasiado... —La voz de la adolescente se cortó cuando se mordió el labio inferior.

—¿Apuestos?

—¡Si! —Chilló emocionada antes de darme un golpecito en el brazo. —Ahora calla, no estoy escuchando.

Me mordí la mejilla interna antes de prestar atención a la televisión. Fruncí el ceño cuando uno de los protagonistas dibujo con spray rojo un símbolo en el suelo, uno que había visto anteriormente. Me levanté de la cama de un brinco antes de salir de la habitación.

Caminé por los pasillos con paso decidido, las suelas de mis zapatos provocaban un sonido seco, hasta girar en la siguiente esquina. La pesada madera crujió cuando abrí la doble puerta de la biblioteca. Los estantes se extendían del suelo hasta el techo con viejos y renovados tomos de libros de todo tipo (algunos de estos se encontraban esparcidos y otros apilados en el suelo); me abrí paso en aquel laberinto de letras hasta que alcancé el escritorio estilo inglés.

Rodeé el escritorio y jalé de la manija de hierro que abría el cajón derecho. Tomé el libro de aquel estrecho espacio y no dude en abrir el grimorio que había creado hace muchos años. Mis dedos se deslizaron por sus suaves hojas con apremio. Leía con prisa al tiempo que veía los dibujos a un costado del texto. Paré cuando observé la estrella con extraños grabados cerca.

Aquel símbolo también estaba en uno de los niveles del Inframundo. Lo sabía porque Emma dio unos cuantos detalles cuando rescató al pirata.

—Esto no... —Estaba segura que en estos momentos yo tenía una cara de pocos amigos. Cerré el grimorio con rudeza antes de recargarme contra el escritorio. Hades estaba reuniendo ingredientes para realizar un hechizo que nos sacaría del juego en un chasquido de dedos si dejaba que lo completara.

El hecho de dejar inconsciente a Amin y hacerle esas preguntas solo había sido una fachada, necesitaba que el chico fuera leal a mí, seguramente tomó unas cuantas hebras de su cabello. Luego, con Killian, el hecho de que Pan le removiera el corazón y fuéramos sinceros, eso le había dado el segundo ingrediente. Tenía la esencia de aquellos dos ingredientes: el cabello y el corazón -que seguramente le quitó a Jones-. Bueno, aún faltaban tres para lanzar el hechizo ¡Mentira! Él posiblemente tenía un ingrediente más: la valentía. Emma sacó a Garfio, el cual estaba atado con cadenas, ahí estaba el tercer ingrediente.

Maldita sea. ¿Cómo pude ser tan ingenua como para pensar que Hades no tendría un plan B?

Saqué el celular que descansaba en la bolsa trasera de mi jeans antes de marcarle a Félix. Al quinto tono terminé colgando. Tomé una bocanada de aire antes de llamarle nuevamente teniendo los mismos resultados: nada.

Rapunzel and the lost demon (Robbie Kay, OUAT)Where stories live. Discover now