Celos.

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Cuando su mano hizo contacto con el frío chrorro, de inmediato la retiró y ajustó la temperatura. Cuando esta estuvo resistible al tacto, tiró la toalla que cubría su torso y con el pie volvió a tantearla un poco. Mientras enjuagaba su cabello, tarareaba el verso de la que era su canción favorita.

Tan sólo diez minutos después, su cuerpo desprendía un delicioso aroma a fresa y su cabello brillaba de limpio.

Cuando Santana se miró al espejo, miró a una chica realmente atractiva.

Había cogido un holgado vestido con estampado de flores, los odiaba, pero en ocasiones formales los utilizaba no importara que, planchó su cabello y puso un poco de perfume en su cuello y en sus dos muñecas.

Eran las siete de la noche y en media hora Brittany pasaría por la entrada principal para cenar con ella y su madre.

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Por el otro lado, la rubia había optado por vestir una mini falda negra junto a un sueter gris y unas zapatillas negras. Se había recogido el cabello en una coleta ajustandolo con un broche antiguo que pertenecía a su madre, igualmente se había esparcido por el cuello y la nuca una loción chanel de los años noventa, también perteneciente a su madre.

Tenía veinte minutos para llegar y saldría cuando faltaran cinco. En su bolso llevaba un presente para la madre de Santana pues su madre le había inculcado que a una casa ajena nunca se llegaba con las manos vacías.

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Santana bajó el último escalón y pudo olfatear el delicioso aroma de la pasta que su madre estaba cocinando en la cocina.

Lentamente se acercó de donde provenía el agradable olor. Su madre notó su presencia y sonrió.

-Luces muy linda.-Comentó la mujer.-Debe ser muy importante la chica como para que uses un vestido que nunca habías sacado del ropero desde que te lo compré.-

Santana mordió su mejilla por dentro y negó con la cabeza.

-Me he quedado sin ropa limpia y es lo único que logré conseguir sin que tuviera pestilencia a usado.- Explicó la morena.

Su madre levantó una ceja y sonrió, apenas y ayer había lavado una enorme carga de ropa sucia.

-De acuerdo.-Dijo quitándo el mandil de su cintura.-Creo que es momento de que yo me cambie de ropa, tu conocida llega en dos minutos.

××××

Fueron cuatro golpes en la puerta lo que advirtió a Santana de la esperada llegada, sus manos sudaban debido a los nervios que la carcomían. Tenía miedo. Miedo a que Brittany pudiera actuar como la arrogante y soberbia Brittany que era, tenía miedo de que pudiera exponer ante su madre toda la burla que la escuela le hacía. Pero no lo averiguaría hasta que abriera la puerta que había sido tocada cuatro veces más.

-Santana, abre.-Susurró su madre mientras ponía en la mesa tres platos con deliciosa pasta en jugo de jitomate.

La morena tomó una bocanada de aire y dejó que esta se ubicara en lo más profundo de su panza. Limpió las palmas de sus manos en su vestido y comenzó su andar a la puerta.

Su mano tocó el frío metal de la perilla y la rodó hasta que el seguro dejó con libertad abrir la puerta. Los ojos de la morena toparon con la imagen de una hermosa rubia con la mirada perdida en la calle.

-He dejado el auto en el final de la calle...crees que le pueda pasar al....- La voz de la rubia se cortó al mirar a la morena debajo de la puerta.

-El vecindario es muy seguro, dudo que cuando regreses le falten los espejos o esté rayado.-Comentó divertida Santana.

La rubia asintió con lentitud mientras repasaba la imagen de la morena.

•GALARDONES• [Mini fanfic Brittana]Where stories live. Discover now