Laguna mental |1| .

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Santana miraba con completa atención como el segundero del reloj que colgaba de la pared avanzaba. Mentalmente contaba los segundos al tiempo que la manecilla cambiaba.

-Dos, tres, cuatro, cinco....-Susurraba.

Gato llevaba ya veinte minutos en la oficina de la sub directora. Santana mal viajaba en las mil y unas sentencias que la sub pudiera estarle imponiendo al chico.

Después de contar otros tres minutos a la par del reloj, la puerta fue abierta por la mujer.

-Espero sea la ultima vez Brando, me estoy cansando de darte oportunidades.-

Brando asintió.

-Se lo agradezco maestra.- El chico salió de la oficina.

-En un momento la atiendo señorita López.- Exclamó la mujer.

Brando se ubicó a lado de la morena como anteriormente se encontraba.

-¿Y? ¿Qué pasó?- Preguntó Santana.

Gato suspiró.

-Nada que no hubiera pasado antes, me dio un sermón de lo que las drogas producen en el cerebro del ser humano y me advirtió que si me volvía a encontrar fumando dentro del colegio, me expulsarían.-

-¿Sólo adentro? O sea que si te ve fuera del colegio, como en la puerta ¿No te reprende de ninguna forma?-

Gato asintió con su cabeza.

-Exacto, linda. Afuera es mi embrollo.-

Gato tenía perforadas las orejas, apenas lo había percibido la morena, las uñas las llevaba de color negro y sus jeans tenían agujeros irreparables. Su cabello lucía brilloso, quizá por la grasa, pero a la cercanía a la que estaba Santana no había rastros de mal olor, sus orejas eran diminutas y su nariz fina y grande, pero no tanto.

-Te la he dejado blanda.-Habló él chico.- La sub directora es un alma noble, simplemente asiente a lo que te diga y listo, te deja salir.-

Santana tomó nota mental.

-Gracias por el consejo.-

Gato le guiñó.

El móvil de Santana le aviso que tenía un nuevo mensaje de texto, la morena lo tomó en sus delgadas manos y desbloqueó.

De: Arpía lame pijas.

¿Qué jodidos te pasaba por la mente cuando te escribiste eso en la frente?

Gato mantenía la mirada en la pantalla de la morena, como si estuviera acostumbrado a husmear en los móviles de los demás sin que nadie le hubiera reclamado por ello.

-¿Qué tan malo debe ser alguien contigo para que le pongas arpía lame pijas de contacto?- Gato soltaba una risa contagiosa.

Santana comenzó a reír con él.

-Nada, sólo publicar una lista llena de etiquetas prejuiciosas, en una categoría humillante.- Santana respondió.

Gato frunció el ceño para luego sonreír.

-Con que tú eres la chica esa de la que todo el mundo habla.-

Santana suspiró con claro enfado.

-Aja.-

-¡Que cool!-Gato sonrió, parecía que sonreír era igual de común en el como el chismear en las pantallas de desconocidos.

-No es cool. No es para nada cool.-

•GALARDONES• [Mini fanfic Brittana]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin