Capitulo 18

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A pesar de la fría noche que se acentuaba en la región de Casliah, ayudada por rabiosas lluvias que azotaban la zona. En esta ocasión el caído había logrado sentir la activación del brazalete. Aunque no pudo detectar su ubicación si logro sentir el comienzo de su despertar.

—La rueda ha aumentado su velocidad—dijo para si mismo—. Y estamos muy lentos, demasiado lentos.

Un potente relámpago alumbró el camino del Grundam que llegaba a la enorme entrada de la fortificada ciudad. Una enorme muralla de un tono rojo oscuro que sobrepasaba los veinte hombres de altura rodeaba la ciudad formando un grueso hexágono. Unas criaturas de considerable tamaño abrieron lentamente una de las dos gruesas y enormes puertas de fuerte confección, que permitían el acceso a esta metrópolis. Con cautela, el grupo entro en ella siendo vigilados desde lo alto de las almenas, por soldados y arqueros de pieles violetas casi pálidas. Las armaduras rojas y de apariencia agresiva de estos soldados, se distinguían cuando pasaban cerca de la luz de las antorchas. Los ojos esmeraldas oscuros de estos guerreros brillaban cuando volvían a tener contacto con la oscuridad. Las bestias de físico musculoso, con brazos anchos y piel reptiliana azul oscura cerraron la entrada detrás del Grundam. Sus gruesas armaduras dejaban libre sus cortas pero robustas colas que se balanceaban de un lado hacia el otro al girarse para observar a los nuevos visitantes.

—Asombroso son Strogans, últimos descendientes de los dragones—mencionó Langrid impresionado.

—Uno de ellos podría noquear al Grundam con facilidad—aseguró Kalya.

La bestia atravesó la amplia vía principal de la ciudad hasta llegar a una de las muchas posadas distribuidas cerca de las enormes murallas. Esta estructura de dos pisos con maltrecha apariencia les serviría esa noche para cubrirse de la fuertes lluvias y quizás tener un merecido descanso. Todos entraron en la cabaña, mientras que el reptil se recostaba en el suelo debajo de un techo confeccionado para los animales de carga. El cual compartiría con otros dos Grundams. Dazadiel se acercó a la ventana cruzando sus brazos y observando con detenimiento. Percatandose que los soldados observaban con mucho interés sus movimientos.

—¿Oscuros no es así?—preguntó Ulises notando lo mismo que el por la otra ventana.

—El ejército de esta región consta principalmente de ellos, además de humanos y de otras razas nativas de la región—explicó Dazadiel—. La reina los unió bajo su bandera hace mucho tiempo.

Secándose un poco con un trozo de tela Kalya camino hacia la encargada de la posada para así asegurar un lugar de reposo. Exprimiendo los bordes de su túnica Langrid se dirigió hacia Dazadiel y Ulises quienes aun observaban las afueras de la cabaña. Su atención se enfocó en las rojizas murallas cercanas, solo visible por la luz proveniente de las antorchas que trataban de mantenerse encendidas a pesar de las fuertes lluvias.

—¿Por qué las paredes son rojas?—preguntó Langrid—. Acaso es cierto que utilizan la sangre de sus rivales para pintarlas.

—No crea todo lo que dicen humano—mencionó Dazadiel—. Son de ese color por el material que usan para edificarlas. Nunca has escuchado del Redion.

—Creo que sí, es un mineral de una gran resistencia. Luego de ser tratado es difícil que sea destrozado.

—Al menos sabes eso. Es el material de construcción más utilizado por este reino, proviene de las minas de Galiuz y es por su color rojizo que a este reino se le conoce como la ciudad roja.

—Resuelto, ya tenemos habitaciones para esta noche—mencionó Kalya al acercarse.

—Muy bien nos merecemos un buen descanso—respondió Ulises—. Al menos tendremos una noche cómoda.

Las Reliquias Del Antiguo: El Resurgir De Los CaídosWhere stories live. Discover now