Capítulo 14

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Narra Alanna:

–¿Entonces para qué me eligió la varita si puedo hacer magia con mis propias manos? ¡Gasté mis galeones para nada!

–Alanna no grites...

–Exigiré al señor Ollivander que me los devuelva.

–Hace cinco minutos estabas seria y callada. ¿Ahora haces como si nada hubiese pasado?

–¿Acaso tengo que estar enojada toda la vida, Ronald?

–Ya empezó otra vez...

–No empecé ni terminé nada. Por Merlín que son bipolares...

–Miren quién habla, has estado todo el año actuando de manera extraña.

–¿Tengo que recordarte que han habido ataques en los últimos meses? Cuando se "detuvieron", me alegré al pensar que todo había terminado.

–Por lo menos yo no voy por los pasillos llorando y criticando las apariencias de los otros solo para llamar la atención.

–Chicos basta, nos descubrirán...

–¿Sigues con eso? Ya me disculpé.

–Pero me llegó ¿sabes?

–¿Qué? ¿"Andrés" te visitó a ti también?

–No seas idiota, Ala. Al parecer no eres tan lista como Hermione.

–Tú ni superas a Crabbe y a Goyle juntos...

–¡Ya es suficiente!–gritó por lo bajo Harry perdiendo la paciencia.

Caí sobre las raíces sobresalientes del árbol más cercano como si algo pesado me hubiese golpeado la espalda.

Ron bufó.

–Es la cuarta vez en todo el trayecto.

Lo miré con el ceño fruncido justo antes de sentir de nuevo como algo se revolvía dentro de mi cuerpo y escuchar susurros en mi cabeza.

"Otra vez no, por favor"–supliqué.

"Te está humillando ¿sabes?–era la voz de Tom– Podríamos matarlo al igual que Potter. No está siendo de mucha ayuda"

"Te atreves a tocarlos y te las verás conmigo"

"Antes me tendrás que encontrar"

Y comenzó a reírse maliciosamente. Me apoyé en el suelo tratando de levantarme pero me era imposible. Cada extremidad de mi cuerpo temblaba de una manera inimaginable, luchando contra el control de Riddle. Lo único que quería era volver al castillo, agarrar el diario y destruirlo lo más rápido posible.

–Alanna se están escapando–escuché la voz de Harry a mi lado. No quise levantar la cabeza a comprobarlo- Ven, te ayudo a levantarte.

No voy a decir en que ocaciones Tom me estaba controlando ya que es muy notorio, como por ejemplo mi ego en la cabaña de Hagrid. Caí al suelo varias veces no porque no pueda ver en la oscuridad, para eso tenemos la farola y a Fang, sino porque lograba liberarme de los dominios de Tom, como ahora. Él fue quién le dijo esas cosas a Ron, no yo.

–¿Sabes que puedo hacer con esto?–Riddle, desde mi cuerpo, levantó la cabeza y extendió mis manos. No logré volver al control.

Alanna Diggory y el diario [2]Where stories live. Discover now