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  — Sé perfectamente en dónde estás metido, y tienes exactamente dos horas para estar en mi casa. Y te quiero solo... deja a tu 'acompañante' en donde se te plazca, pero no vengas con ella. ¿Entendiste? — me dijo.
Me tensé al instante de escuchar su maldita voz. ¿Cómo demonios se había enterado de que yo estaba aquí? ¿Acaso el infeliz estaba siguiéndome o algo por el estilo?
— Mal nacido — musité.
— Y más te vale que me hagas caso o ya verás — dijo y colgó.
Apreté con fuerza el celular que estaba mi mano. Cerré los ojos y traté de estar calmado, pero se me estaba haciendo imposible. Sentí una suave mano apoyarse en mi hombro, me giré a verla, y era ella, _______. — ¿Qué sucede? — me preguntó preocupada. Solté un suspiro y acaricie su mejilla.
— Debemos irnos — dije y bajé mi mano para acariciar sus labios.
— ¿Por qué? — dijo confundida.
— No puedo explicártelo ahora, solo sé que debemos irnos, cariño — me acerqué a ella y la besé cortamente.
Volvimos los pasos hacia donde estaban mi madre y Ben. Ambos me miraron con cara de preocupación.
— Lo siento, mamá, pero tenemos que irnos — le dije. Ella se acercó a mí y me acarició el rostro.
— Tu padre, ¿verdad? — susurró por lo bajo. La miré fijo a los ojos.
— Él sabe donde estoy — le contesté. Ella sonrió levemente, se acercó más a mí y me abrazó.
— Él ya no puede hacerme nada, Justin... que sus tontas amenazas ya no te controlen, cualquier cosa que él te diga es mentira. Jeremy perdió control sobre mí hace exactamente un año — me calmó ella y con cuidado la alejé de mí para mirarla a los ojos.
— Entonces ¿ya no... no hay peligro? — pregunte con algo de duda.
— No, ya no hay peligro. Pero sé como es, así que ve... y hazle saber que ya no le tienes miedo, pero por favor no pierdas el control, Justin, es tu padre — me pidió.
Asentí y besó mi mejilla, para luego alejarse completamente.
— Más tarde, cuando todo este arreglado voy a llamarte — le dije a mi madre.
— Esperaré ese llamado ansiosamente, hijo — dijo ella.
Los tres nos acompañaron hasta la puerta. Jazmin no tenía esa sonrisa que tenía cuando llegamos.
— ¿Qué pasa, enana? — le pregunté agachándome hasta quedar a su altura.
— Yo no quiero que se vayan — me dijo sin dejar de mirar al suelo. Levanté su rostro con una mano e hice que me mirara.
— Prometo que nos veremos otra vez. Eres mi hermanita y prometo que voy a cumplir bien mi rol de hermano mayor – le dije. Ella me sonrió y luego miró a _______.
— Tú también cumplirás bien tu rol de cuñada ¿verdad? — le dijo. _______ la miró asombrada.
— ¿Qué es eso de rol de cuñada, Jazmin? — la regañó mi madre — ¿De donde has sacado eso?
— Lo vi en una telenovela, en casa de la abuela Fiona — se defendió ella. Todos reímos divertidos y salimos fuera de la casa. Caminamos hasta el auto de _______ y nos giramos a verlos.
— Prometo, mamá, que esto pronto va a acabar — le dije. Ella me sonrió.
— Lo sé, mi amor, cuídense. Adiós, _______, y gracias por traerme de nuevo a mi bebé — le dijo a la morena. Ésta sonrió.
— Gracias a usted, por haberlo traído al mundo — le dijo ella, entonces la miré algo sorprendido. Ella me miró y al instante se dio cuenta de que eso le salió sin permiso de la boca, se sonrojó de sobremanera y apartó la vista de mí.
— Adiós, muchachos — nos dijo Ben. Me acerqué a él y lo abracé.
— Por favor, cuídalas — le susurré.
— Tranquilo, las cuidaré. Tú cuídate y cuida a _______, es una muchacha increíble — me dijo al oído. Asentí y me alejé de él.
— Adiós — se despidió _______ de todos antes de subirse al auto. Miré una última vez a mi hermana y a mi madre y sonreí. La pequeña Jazmin agitó su mano y eso me lleno de alegría.
— Cuídate, enana, y no comas muchos dulces... te van a hacer mal — le dije.
— Está bien, hermanito — me dijo sonriente.
— "Hermanito" — susurré divertido y me subí al auto.
_______ arrancó y comenzamos a andar. Giré mi cabeza para ver como sus pequeñas figuras volvían a entrar a la casa. Soltando un leve suspiró volví mi vista al frente. Miré a _______ y ella aun seguía sonrojada. Sonreí.
— Así que... le estas agradecida porque me trajo a este mundo — dije en tono divertido. Ella se sonrojó más aun.
— Bueno... sí, porque si no lo hubiese hecho...
— No te hubiese conocido, no me hubieses conocido... no sería completa y tontamente feliz en este momento — le dije.
Ella mi miró y detuvo el auto. La miré extrañado, entonces se acercó a mí y me besó desesperadamente. Gruñí por lo bajo ante aquella excitante manera de besar. Giré hacia ella y la tomé de la cintura, para con un simple movimiento subirla sobre mí.
— No, Justin... — susurró agitada sobre mi boca.
— Cállate — le dije y volví a reclamar sus labios.
Mis manos se volvieron un poco traviesas y se metieron debajo de su remera, para acariciar su suave piel. Gimió levemente, haciéndome saber que deseaba eso tanto como yo.
— No, no, estamos en un auto, Justin... ya para... no... espera... diablos.
Hice oídos sordos a sus peticiones y la tomé de las caderas para acercarla más a mí. El dolor que se había producido en mi ingle, fue provocado por ella. Entonces lo iba a pagar, dándome lo que yo quería en este auto, si es preciso.
Tomó mi rostro con sus manos y logró alejarme de su boca. Me miró fijamente a los ojos. Sonreí mostrándole una agitada sonrisa.
— ¿Por qué no me escuchas? — me preguntó.
— ¿Por qué no me besas? — le pregunté.

Dangerous Obsession |J.B|Where stories live. Discover now