Donghae a los cinco años

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─Donghae... Donghae... dulzura, levántate, te perderás tu primer día de clases.


Donghae se estiró remolón en su camita, tenía sueño, no quería ir al jardín de niños, quería quedarse en casa y jugar todo el día con su mamá.


─No mami, quedemos aquí y jugamos todo el día  ─Le dio la mejor de sus sonrisas a su mamá, una de esas que usaba para conseguir todo lo que quería y que nunca le había fallado.


Su mamá sonrió y lo beso en la frente.


─Lo siento cariño pero no resultará esta vez, ahora arriba, es tiempo de ir al colegio ─haló ha Donghae de un brazo y lo arrastró al baño, sonriendo lo tiró a la ducha.

─Al agua pato.

─ ¡Mamá!  ─Gritó Donghae al sentir el agua mojar su pequeño cuerpecito aún vestido.

─Se ve lindo mi niño con cara de enojadito  ─Le sacudió el pelo de la frente con una mano hasta que Donghae no aguanto y se puso a reír.


En la puerta del jardín Donghae miró a los otros niños a su alrededor, niños y niñas, todos vestidos igual, con sus trajecitos cortos y un gorrito y todos al igual que Donghae aferrados a las manos de sus madres.


─ ¿Mami puedo? ─Donghae apuntó a un grupo de niños que jugaba.

─Claro cariño.


Donghar corrió hacia lo niños y se presentó.


─Hola, soy Donghae ¿Puedo jugar?


Los niños se miraron y le sonrieron, aceptaron de inmediato que se uniera al juego. De vez en cuando Donghae buscaba a su madre con la mirada y se ponía muy contento cuando la veía entretenida conversando con los otros padres.


─Hola  ─Donghae escucho una suave voz detrás de él─  ¿Puedo jugar también?


Los niños sonrieron al igual como lo hicieron con Donghae y asistieron.


─ ¡No!  ─Gritó Donghae─. No puedes ─Puso sus pequeñas manitas en su cintura y miró con desaprobación a la intrusa─. Ve a jugar con ellas  ─Apuntó a un grupo de niñas que jugaban cerca.


A la niña se le llenaron los ojos de lágrimas, pero Donghae no se retractó, él no jugaba con niñas, las niñas juegan con las niñas y los niños con los niños, eso todo el mundo lo sabe.


─No me gusta jugar con las niñas. Vete. ─Donghae dio un paso hacia la niña y la empujo.


La niña cayó al suelo sobre su trasero, contuvo el llanto por unos instantes, mientras Donghae se quedó parado frente a ella enojado, la niña no aguantó más y se puso a llorar a todo pulmón, las maestras llegaron corriendo a ver qué sucedía y se llevaron a la niña.


─Donghae dulzura ¿Qué sucedió?

─Mami, ella quería jugar con los hombres, le dije que se fuera a jugar con las niñas y no me hizo caso, una niña tan flaca como ella se lastimaría jugando con los niños.

Dulce Beso Sabor a FrutillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora