gato malo ❨ yoonmin ❩

♡彡 ━ galletas

Yoongi abrió los ojos lentamente, sintiéndose cansado y con deseos de seguir durmiendo. Se movió un poco y sintió la sábana ligera acariciar su piel desnuda, entonces, recordó todo, y se sentó de una vez sobre la cama, recargándose sobre sus brazos.

‹ ¿Todo fue un sueño? Mierda, soñé con un tipo buenísimo con cola y orejas de gato, qué me pasa, Jungkook me está haciendo gay... ›

— ¿Yoongi? — Yoongi se ocultó debajo de la sábana al escuchar una voz por el pasillo, asustado, entonces no había sido ningún sueño... — ¿Estás despierto? — Jimin entró a la habitación, sus pies estaban descalzos y con sus manos sujetas frente a él, miró el cuerpo de Yoongi oculto debajo de las sábanas.

— ¡¿Por qué sigues aquí?! — Yoongi deseó que su hermano mayor le hubiera puesto algo a su comida y todo fuera una simple alucinación, o en el mejor de los casos que se estuviera volviendo loco y estuviera imaginando al chico de orejas naranjas frente a él.

—No grites, no voy a hacerte daño, ni a robarte, ni nada de eso... — explicó Jimin, a los pies de la cama, esperando que Yoongi se atreviera a salir de su fortaleza de sábanas.

— ¿Entonces qué? ¿de dónde has salido? — Yoongi asomó sus ojos por la sábana, mirando al chico, que se había emocionado y levantado sus orejas al verlo asomarse interesado en él.

No lo conocía de nada, y lo único que había recibido de él desde que llegó han sido gritos muy agudos, pero ya sentía que lo quería.

—Eh, yo... — Jimin meneó su cola, intentando memorizar todo lo que Jungkook y Namjoon le habían dicho que le dijera a Yoongi cuando se presentara. —Mi nombre, es Jimin y soy, Eh... yo soy el demonio que invocaste para... Ah, para hacer tu vida menos miserable, sí.

Yoongi frunció su ceño y terminó de destapar su rostro, para ver incrédulo la sonrisa brillante que el chico gato tenía en sus carnosos labios.

—No me haces pendejo, eres una de esas cosas fetichista que ahora todos quieren, que se convierten en gato y eso... — Yoongi dijo, seguro de sí mismo.

— ¡No! — Jimin negó, siguiendo lo más posible que le fuera las instrucciones que Jungkook y Namjoon le dieron. Le dijeron que fuera persistente en su idea, aunque le resultó muy extraño que le pidieran que le dijera eso, pensó que quizá Yoongi estaba loco y debía seguirle la corriente, así que solo aceptó. —Soy un demonio y soy tuyo. ¿Cómo quieres que te llame? ¿Amo, señor, dueño, daddy?...

— ¿Daddy?...

—Ah, sí... Así me dijeron, eh, en... El infierno, ya sabes... — Jimin estuvo a punto de soltar el nombre de Jungkook, pero logró salvarse.

—Ew, no. No quiero que me llames de ninguna forma... — Yoongi hizo una mueca, esto sólo podía ser obra de Jungkook. Claro que lo era, esta era la razón de su llamada y su actuar extraño. Listo, le arrancaría la nariz cuando lo viera.

—Bueno, "Yoongi hyung" está bien entonces... — habló Jimin con una pequeña sonrisa. Ambos se quedaron callados durante un momento, sin saber qué más decir. Jimin recordó lo que Jungkook le dijo que hiciera al momento de que Yoongi despertara. — ¡Ah! Toma agua... — Jimin se apresuró a ir por el vaso de agua que estaba en el buró y se lo ofreció a Yoongi con una sonrisa. El rubio lo miró y luego al vaso de agua, sin decir nada lo tomó y lo bebió bajo su atenta mirada. —También galletas. — Jimin le ofreció el paquete de galletas que antes había traído. Yoongi las tomó, cauteloso.

—Gracias. — dijo, recibiendo un asentimiento de Jimin. Jimin se inclinó hacia Yoongi, aprovechando que el rubio había bajado la vista para abrir el paquete de galletas, y dejó un beso pequeño sobre su cabeza. Yoongi alzó la mirada y miró con el ceño fruncido a Jimin, quien sonreía satisfecho — ¿Por qué me besas?...

—Jungkook me dijo que lo hiciera después de que despertaras.

— ¿Jungkook?... — Yoongi preguntó, comprobando su sospecha de que el culpable era ese mocoso.

—Ah... — el rostro de Jimin palideció. — ¿J-Jungkook? ¿Dije Jungkook? Yo, yo quise decir, Satanás...

—Ya no te esfuerces en mentirme, cosa. Sé que todo esto es plan de Jungkook. — habló Yoongi, mordiendo una de las galletas de avena.

—N-no miento, soy un demonio... ¡Mira! — Jimin se dio media vuelta, quedando de espalda hacia Yoongi, mostrando su cola.

— ¿Por qué me pones tu fea cola?

— ¿Fea cola?... — Jimin flexionó su cuerpo para poder tomar su cola anaranjada y mirar a Yoongi un poco sorprendido, reprimió un puchero, acariciando suavemente su cola naranja; nadie nunca le había dicho que su colita era fea. —N-no hablo de mi cola... Mira. — Jimin mostró el extremo final de su cola a Yoongi, donde había un pequeño pedazo de papel adherido.

Yoongi tomó la pequeña etiquetita pegada en la cola de Jimin, que decía "100% demon, made in hell".