"Nuestras vidas"

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Bueno, sé que tarde mucho en subir una continuación.(Que de verdad estoy avergonzada por ello) Sufrí un bloqueo mental grave, me costaba escribir lo que quería y lo que terminaba escribiendo no me gustaba. He escrito escenas completas y cambie un montón de cosas porque quera que sea perfecto.Ademas que esto lo iba a subir hace tres dia ya xD pero se me complico, y aprovechaba para poner mas correcciones.  

Así que finalmente, espero que les guste y que la espera haya valido la pena.

Oh una cosita más. Hare un par de aclaraciones abajo, por favor lean <3

Lo que está en cursiva es un flash back-Recuerdo del pasado.

Sin nada más que decir, espero que lo disfruten <3

Declaimer: Esta historia es sin fines de lucro y los sextillizos pertenecen a Pierrot y al difunto Akatsuka-Sensei, yo solo los tomo prestados.

Rated:T

Advertencias: Violencia, muerte.

Capítulo 3."Nuestras vidas."

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Las calles de Japón siempre estaban llenas.Adultos,jóvenes y niños iban y venían esperando llegar ya sea al trabajo o a la escuela, listos para empezar su día. Por ello aquella misma gente utilizaba el tren, confiable y rápido pero que siempre se atiborraba de las personas que esperaban llegar pronto a sus compromisos.

Todomatsu Matsugo no era la excepción, quien apretado entre la gente y con una cara de cansancio en su rostro esperaba como muchos otros llegar a su destino; en su propio caso, la preparatoria. No era un chico aplicado, faltaba a clases y si aparecía, terminaba en detención a causar de enfrentar a aquellos profesores que regañaban su vaga actitud; otras veces ni siquiera entraba al instituto, para irse a perder tiempo a la ciudad. No le gustaba la escuela, le aburría y si fuera por él hubiera dejado de ir hace mucho tiempo; sin embargo no la había dejado por su hermano mayor, quien esperaba ansioso que Todomatsu terminara sus estudios.

Pero diablos, como odiaba ir.

Ir apretado en el tren, tratar de sobrevivir en el mar de personas que salían desesperadamente del mismo y luego ir a aquella prisión por horas.

Minutos más tarde, alguien lo saco de sus agrios pensamientos.

Oh claro, se olvidaba de los viejos pervertidos.

Cada mañana que subía a ese tren, era una nueva mano de un hombre desconocido que, aprovechando toda la gente que había allí, manoseaba su trasero con descaro, parecía que aquellos viejos entraban al lugar solo para eso. Claro que a diferencia de las chicas, quienes por la vergüenza se quedaban calladas, y sin más dejaban al pervertido frotarse donde se les diera la gana; un golpe con su bolso lleno de libros.-Que no usaba.-Llegaba a su rostro.

-¡Atrás demente! ¡Ve a tocar culos a otro lado!-Exclamo bastante enfadado, dejando al descubierto a su malnacido acompañante, que nervioso por las miradas acusadoras que la gente de alrededor le daba, se alejó de la escena con una rapidez impresionante; no vaya a ser que la policía lo atrapara.

Todomatsu suspiro, él no se encargaría que la ley le diera su justo merecido, no tenía buena relación con la misma y no se enfrentaría con ella en ese momento. Además que si su hermano se llegaba a enterar, iba a cobrar caro, muy caro.

Dejando de lado aquel pequeño incidente, espero con ojos desinteresados y por sobre todo cansados que el tren llegara a su estación, bostezaba de vez en cuando e intentaba ignorar aquellas miradas de hombres y mujeres que lo miraban con desdén, seguramente por su aspecto de chico rebelde; claro porque nunca había que confiar en un chico con cabellos entintados y el uniforme desalineado, porque seguro iba a robarle el bolso a alguien. Que estupidez, Todomatsu solo quería dormir.

La melancolía de Maria.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora