La Boca del Diablo

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Capitulo 4:

Lia

Miraba con el ceño fruncido a Kennya. Ella quería que usará un maldito pantalón corto de cuero pegado a mi culo. ¡No!

-No quiero verme como puta. -dije.

-La clave para que nos dejen entrar en ese lugar es llevar algo de cuero. -murmuró Rebecca.

Kennya llevaba una pollera de cuero algo ceñida pero eso no le molestaba, Alice tenía un top del mismo material y Alice llevaba una remera así. Joder.

-Pero eso me quedará como segunda piel. -proteste.

-Lia deja de hacer escándalo, pontelo y vámonos. -dijo Alice.

Bufé y tomé la prenda. Fuí al baño me di una ducha y al salir de ésta, me lo puse. Como había dicho era como una segunda piel y hacía que mi culo se viera enorme. Tomé la remera con flecos que me habían dado y mis viejos borcegos con tachas.
Una vez vestida me miré al espejo del baño y solté mí cabello el cual estaba en una cola de caballo. Finalmente estaba lista, porque sinceramente no pensaba maquillarme.

Al salir las chicas fijaron sus ojos en mí, yo sólo me encogí de hombros y tomé mí móvil y algo de dinero

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Al salir las chicas fijaron sus ojos en mí, yo sólo me encogí de hombros y tomé mí móvil y algo de dinero. Estábamos en la casa de Alice, mí padre me había dejado venir luego de insistirle todo el día de ayer.

-Bien, ya podemos irnos. -dijo Alice.

Su hermana mayor nos esperaba abajo en la Suran, el vehículo de su madre. Nos subimos y emprendió rumbo a lo que era la Boca del Diablo. De sólo recordar el nombre sentía escalofríos. Según Bec (Rebecca) muchos chicos iban ahí, todos se divertía, bebían y demás.
Aunque sabía que había algo más, seguro al llegar lo descubriría. Mí padre creía que estaba sólo en una fiesta, una normal, en una casa pero ll realidad es que ahora nos encontrábamos a las afueras de Seattle. Me sorprendí a ver una fábrica abandonada con luces de colores y mucha gente. Efectivamente todos llevaban algo de cuero.

-Recuerden no aceptar tragos de desconocidos. -dijo la hermana de Alice.

Todas asentimos y bajamos. Al llegar a la puerta un hombre que parecía sacado de una película de matones nos evaluó y miró nuestras prendas de cuero. Asintió y se hizo a un lado dejándonos pasar.

-¿No nos pidió la identificación? -pregunté atónita.

-Callate Li. -murmuró Kennya y suspiré.

Me sorprendió que antes de entrar a la enorme fábrica había como una calle. ¿Qué? Miré a las chicas y una sonrió.

-También se corren carreras clandestinas aquí. -comentó Alice y me tensé.

¿A dónde me habían traído? Miré para todos lados asustada, los presentes estaban divirtiéndose, bebiendo, fumando, devorándose las bocas algunas. Parecía una fiesta normal excepto por ese detalle, carreras clandestinas.
Entramos a la fábrica y miré todo asombrada. El lugar estaba repleto. Se veía que muchos veían a éstas fiestas. Sentí un escalofrío recorrer mí columna y supe que alguien me estaba mirando. Busqué a la persona y me sorprendí al encontrarme con los ojos de nada más y nada menos que Jayden.

-Vamos a donde Bully. -dijo Kennya y todas asintieron menos yo.

¿Bully? ¿Esa no era una raza de perros? Dios, me sentía tan perdida en ese lugar. Seguí a las chicas y llegamos a un sillón donde habían cinco chicos y una chica más. El que supongo era Bully se puso de pie y saludó a las chicas. Al llegar a mí sonrió de lado.

-Hola muñeca. -saludó.

-Hola. -respondí.

El tenía el cabello negro como la noche y unos ojos azules eléctricos sorprendentes. Era más alto que yo por dos cabezas y tenía buen físico. Sus brazos estaban tatuados y tenía un pircing en la nariz. El típico chico malo.

-¿¡Qué mierda haces aquí!? -oí una voz a mis espaldas y cuando volteé me sorprendí al verlo.

[...]

Liam

Estaba con los chicos bebiendo, ellos cerveza y yo una soda, ya que era el que conducir. En unos minutos comenzaban las carreras. Sería el tercero en competir y aún no sabía quién sería mi oponente.

-Acaban de entrar las tres crías buenas de siempre. -informó Curt.

-¿Kenny, Bec y Ali? -pregunté y asintió.

-Vienen acompañada por otra chica. Joder tío, me puse duro de tan sólo ver sus malditos pantalones. -gruñó Curt.

Fruncí el ceño, era raro que una cría causará eso en el idiota de mí amigo. Busqué con la mirada el grupo de niñas y me sorprendí al ver a... ¿¡Lia!? ¿Se juntaba con esas? Debía sacarla de aquí cuanto antes.

-Iré por ella. -dijo Curt comenzando a caminar en su dirección y lo detuve.

-La que te puso duro es mí maldita hermanastra, así que aguantate y busca otra puta. -gruñí.

El palideció y asintió. Me dirigí hacía ellas y justo cuando estaba por alcanzarlas comenzaron a caminar hacía donde se supone se encontraba Bully, el primo de Kennya.
Finalmente llegué a ellas y tomé del brazo a Lia, que tenía frente a ella a Bully o mejor dicho Benjamín. Uno de los peores hijos de puta de la Boca del Diablo.

-¿¡Qué mierda haces aquí!? -exclamé.

Ella volteó alarmada y sus ojos verdes pardos se abrieron con sorpresa a verme. Se suponía ella estaba en lo de su amiga y que irían a una fiesta del colegio. Puras mentiras.
Luego frunció el ceño y miró mí campera de cuero. Negó y se soltó de mí agarre.

-¿Cuál es tu problema? -preguntó.

-A la mierda con eso, no debes estar aquí. Le mentiste a papá. -dije molesto y ella rodó los ojos.

-Eso no te interesa, no sabía que vendríamos a ésta fiesta. -gruñó-. Además estoy segura que el tampoco sabe que tu estás metido en ésto.

-Lia debes irte y ahora. -exigí.

-No, vine con mis amigas y me iré con ellas.

-¡Puede pasarte algo! ¡Entiende!

-¡Dejame en paz! -gritó y se alejó.

Bully me miró de mala manera y me dió la espalda. Esa era mí señal para irme si no quería problemas con su grupo. Bufé y volví donde los chicos, debería tener toda la noche un ojo sobre Lia. Si le pasaba algo, me matarían a mí.

Continuará...

Perdido en sus EncantosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora