Marcos 3/4 Maratón

890 58 52
                                    

Quiero salir del comedor pero no puedo mi padre no lo permitiría, no sé qué hacer en estos momentos. Quiero ir a donde Dandelion y abrazarla que sienta que estoy con ella y que no está sola en estos momentos.

—Piensa en algo rápido Dilan. —Inquiere Haniel, se le nota en la cara la preocupación por Dandelion la cual ha considerado como una hermanita menor.

—Eso es lo que hago. —Exclamo llamando la atención de todos allí en la mesa que clavan su mirada en mí, expectantes a lo que hago.

—¿Hay algo que quieras decir Dilan? —El que habla es mi padre serio, levantándose de su asiento.

>>Piensa Dilan. Piensa.<<

—Necesito retirarme por unos momentos. —Imito a mi padre levantándome de mi asiento.

—¿Hacia dónde te dirigirás?

—Tengo que ir al baño. —Esto es tan vergonzoso. Decirlo en voz alta no fue buena idea. Mi padre afloja su mirada y la aparta volviendo a tomar asiento. Noto como Haniel trata de controlar la risa y Hanna lo reprocha. Asiento a la aprobación de mi padre y salgo del comedor a toda prisa.

Me topo con muchas más personas en la sala que esperan su turno para ir a cenar. Paso por entre la gente a todo dar sin importar las protestas de estás.

—¡Ey...! Dilan calma. —Me detiene Fly, trato de esquivarlo pero no me deja.

—Si buscas a la cocinera ella salió corriendo hacia arriba. —Me suelta y yo le agradezco con un asentimiento de cabeza, voy directo a ese lugar.

Me tropiezo un par de veces con las escaleras pero sin embargo sigo corriendo por esta. Llego arriba con la respiración algo agitada y voy hacia su habitación abro la puerta de golpe pero no está aquí. Pienso que Fly me está haciendo una broma pero inmediatamente descarto esa idea. Voy hacia el baño de la habitación pero tampoco está aquí. Suelto un suspiro de frustración y salgo una vez más hacia el pasillo. Una idea cruza mi mente y llego a mi habitación, la abro lentamente y no puedo creer que está aquí, pero la forma como la encontré me sorprende más.

Esta acostada en mi cama con el chaleco de cocinera en el respaldo de la cama. Aferrada a mi camiseta que uso de pijama y a una almohada, con sus ojitos cerrados. Me acerco a ella y me siento a la orilla de la cama, paso mis manos por su espalda y siento como se estremece.

—¿Qué ha pasado allá abajo? —No responde a lo dicho por mí, así que me acuesto en la cama y la abrazo por la cintura. Ella se voltea quedando al frente de mí.

—¿Qué ha pasado allá abajo? —Vuelvo a preguntar. Ella suspira y esconde su cara en mi pecho.

—¿Cómo puede estar aquí? él se había ido a otro país... No puede ser. —Dice en susurro para ella, pero yo la escucho perfectamente.

—¿Aun lo quieres? —Suelto sin más con un poco de temor no queriendo saber la respuesta. Ella levanta su rostro para quedar a unos escasos centímetros de los míos.

—Lo quería y lo amaba pero ahora hay alguien más que ha ocupado ese puesto en mi corazón. —Pasa sus manos por mi cabello. Se siente tan reconfortante que haga eso.

—¿Y quién es esa persona?

—Tonto... ¿Todavía lo preguntas? —Me da un leve golpe en mi hombro.

—Hmm... Sí. —Ella se acerca a mí, junta sus labios con los míos, su beso es de desesperación y angustia. Yo la tomo por su cuello y profundizo más el beso. Estamos un rato más así entre besos y caricias hasta que el estúpido aire nos falta.

Un Amor Verdadero ♥© (#1)Where stories live. Discover now