Capítulo 30

749 64 38
                                    

De repente, sonó el timbre de la casa.

Peter se levantó y seguido de sus padres fueron a ver quién había llegado, no esperaban visitas, menos a esas horas de la noche. Arthur apretó fuertemente los puños y se fue casi corriendo al baño, se apoyó en el lavabo mientras sentía algunas lágrimas caer por su rostro. No quería llorar, pero el nudo en su garganta se lo hacía imposible.

- ¿Qué hare contigo? - pregunto al ser en su vientre, el cual se movía y pateaba cada vez más. - Eres el causante de casi todos mis problemas...- mascullo mirándose a sí mismo en el espejo con desprecio. Si tan solo nunca lo hubiese conocido... si nunca se hubiese embarazado. Todos esos pensamientos recorrían su mente en ese momento, haciendo que el pequeño ser en su interior comenzara a moverse en protesta. Sabia por palabras de Francis que los bebes sentían todas las emociones de sus madres, pese a todo no quería hacerle daño a su bebe. Soltó un largo suspiro y se lavó la cara para que no se dieran cuenta de que había estado llorando, no quería mostrarse débil. Puso nuevamente la cobija sobre sus hombros y cubrió su vientre antes de salir del baño, decidido a ver quién había llegado, encontrándose allí con una sorpresa que en ese momento no le parecía nada buena.

- ¡Arthie! - llamo Amelia desde uno de los sillones de la sala. La miro sorprendido y su recorrió todo el lugar con la mirada notando en la mesa de centro una variedad de cajas con chocolates y caramelos.

-Amy... ¿Qué haces aquí? - pregunto acercándose y sentándose en uno de los sillones que estaban frente a la computadora. Cerro la página de internet y apago la computadora para que sus padres no la vean, o se darían cuenta de quien en verdad era ella, y la noticia no sería nada buena.

-Vine a visitarte, quería saber cómo era tu familia- explico sonriente- son todos muy lindos y amables.

-Tu amiga es muy linda Arthur- la elogio su padre, sonriéndole amablemente a la mujer.

-Sí, es una chica muy educada y amable- le siguió su madre encantada con Amelia.

-Jajaja, gracias- la canadiense sonrió felizmente. - Entonces... ¿Puedo quedarme a dormir hoy? - pregunto poniendo ojos de cachorrito y juntando las palmas de sus manos.

- ¿¡Qué!? - dijeron todos al unísono, alarmados.

-Está bien- accedió Sara sonriendo- en seguida alistaremos la habitación para que duerman

- ¿No sienten que esto es un déjà vu? - susurro Peter viendo desde lejos a la chica. Definitivamente recordaba una situación igual a esa hace tiempos. Los dos mayores asintieron a las palabras de su hijo menor... todo se les hacía muy familiar.

ºººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººº

-Parece una pijamada...Siempre quise hacer algo como esto. Esta habitación es muy acogedora- decía la canadiense mientras recorría su habitación, mirando cada detalle en ella para después saltar divertida a la cama, soltando carcajadas.

- ¿En verdad? - pregunto soltando una pequeña risa, por mucho que quisiera, no podía odiar a Amelia, no era una mala persona después de todo. La canadiense se acercó a él cuando se quitó la cobija de encima, pudiendo notar su vientre abultado, asombrada y con emoción.

-Wow... ¿estas embarazado? No me di cuenta- exclamo fascinada, un brillo apareció en sus ojos, como si fuese una niña pequeña descubriendo algo asombroso.

-S-si...ya casi tengo 7 meses- sonrió ligeramente acariciando un poco su vientre, su bebe se movió.

-Pero eres tan delgadito y chiquito que no lo note... ¿Puedo tocarlo? -pregunto con una sonrisa inocente, Arthur asintió y la chica poso una mano sobre su vientre, sintiendo las pataditas de su bebe y luego sonrió emocionada. - ¡Es hermoso! Se puede sentir como se mueve. - grito entusiasmada. Al parecer su bebe también quería a la chica.

Tears of LoveTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang