Capitulo 45

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Watchet 

Una suave brisa marina envolvió su cuerpo al bajar del ferri que lo había llevado a su destino después de varios días y horas de navegación. Los ojos esmeraldas se cerraron momentáneamente ante el fuerte sol, al momento que acurrucaba a su hijo en el pecho y jalaba consigo su equipaje hasta salir del puerto. Podía ver a su alrededor varias casas pequeñas y una naturaleza vasta y hermosa, definitivamente era un lugar maravilloso. ¿Cuánto tiempo había pasado hasta llegar allí? Ya había perdido la cuenta, pero era siquiera más de un mes. Después de llegar a Londres paso un tiempo trabajando para poder reunir dinero e ir a su destino final, el único lugar al que podía huir, y sentirse tranquilo. Un lugar donde nadie lo encontraría, donde definitivamente se borraría de la vida de esas personas que había dejado atrás... ahora, al fin había llegado.

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- ¡Les digo que es cierto! - un grito resonó por todo el mercado, siendo ignorado por muchos, excepto un grupo de 6 mujeres de apariencia mal cuidada. Una de ellas, bajita, pero con sobrepeso notable, que vestía con un viejo calentador y encima un delantal soltó una risotada.

- ¿Tu hijo? ¿En BW? No me hagas reír- se burló mirando a la menuda mujer de largos y bien cuidados cabellos rubios, y un vestido algo mal gastado, sin embargo, lucia hermoso en ella.

-Es verdad... mi hijo va a esa academia- reto inflando las mejillas infantilmente, cansada de lo poco que le creían sus compañeras. - además salía con el hijo de la presidenta- saco la lengua provocando envidia en las demás mujeres.

-Sí, ¿y por eso es que estas aquí? - rio otra de ellas, delgada, pero con una apariencia muy descuidada, que la hacía parecer anciana a pesar de estar en los 45 años. La mujer rubia guardo silencio ante esas palabras, eran un tanto hirientes.

-Si entonces lo que dices es verdad, pídele a tu yerno que pague las deudas que tienes- se burló otra, mirándola con arrogancia. Iban a continuar de no ser que un hombre llego al lugar.

-Deme uno de esos- señalo uno de los pescados que la rubia vendía, tenía un acento extraño. La mujer lo miro algo extrañada. Era un hombre bien vestido, con traje elegante y ropa que parecía ser cara, sin embargo, su apariencia era descuidada, su cabello rubio estaba enredado, y bajo sus ojos miel tenía unas grandes ojeras. Sacudió un poco la cabeza saliendo de sus pensamientos y se apresuró en ponerse sus guantes para coger uno de los pescados y vendérselos al señor frente a ella. Vio como el hombre fruncía el entrecejo y se iba de allí luego de pagarle sin siquiera contar los billetes que le daba, ante la mirada extrañada de todas las demás que la rodeaban.

-Qué extraño...- susurro mirando de reojo al hombre que poco a poco se alejaba de allí. Las señoras nuevamente se acercaron- ¿Quién es él? - les pregunto algo curiosa, definitivamente ese hombre le había pagado 10 libras más de lo que costaba lo que le vendió.

-El llego aquí hace un año, dicen que era el dueño de una compañía. Hmm no me acuerdo como se llamaba, pero era de Estados Unidos- suspiro frustrada la mujer delgada con delantal floreado - se volvió pobre por culpa del gobierno.

-Dicen que su esposa se divorció y se llevó a sus hijos... lo dejo en la calle, ahora es un don nadie- término narrando otra.

-También se dice que ha vivido así durante mucho tiempo, y que huye de a los que debe- interrumpió la gorda señora cruzándose de brazos y frunciendo ligeramente el ceño.

-Eso es muy triste- bajo la cabeza apenada por el señor que acababa de comprarle.

-Creo que tú estás en una peor situación como para preocuparte por otros- la regaño la mujer delgada de delantal floreado.

Tears of LoveWhere stories live. Discover now