#SE - Capítulo 6

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CUANDO DESPERTÓ, ya había amanecido y se encontraba de nuevo sola en la cama

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CUANDO DESPERTÓ, ya había amanecido y se encontraba de nuevo sola en la cama. Nikolav debía de haberse ido hacía ya un rato. Recordaba todo lo que había ocurrido la noche anterior y sabía que esa era la primera vez que había tenido contacto físico con él sin sufrir pérdida de memoria... porque no era la primera vez que estaban juntos y eso lo sabía muy bien. La noche anterior, su cuerpo parecía recordar muy bien el del vampiro, y le respondía. Parecían hechos para amoldarse el uno al otro.

Al fin había podido darse cuenta de qué día era tras haber estado dándole vueltas a ese pensamiento en varias oportunidades. Era ya jueves y faltaban solo dos días para su boda. Había llegado a ese lugar el domingo por la noche, se había despertado y había descubierto que estaba allí el día lunes, el día en el que había conocido a Lilum y que había tenido la fiesta en la que se comprometió con Nikolav. El martes por fin había descubierto la verdad de parte de Lilum y luego de Nikolav; pero a Lilum se la habían llevado, lo más probable era que a causa de haberse comunicado con ella cuando no lo tenía permitido. El miércoles había hablado con la extraña ave, había entablado contacto con su media hermana bruja y había recordado un momento clave de su niñez. Luego, tras enojarse con Nikolav, decidir que no quería casarse con él y exigirle que la llevase de vuelta a Buenos Aires, había terminado en la cama con él. Alejandra temía estar volviéndose estúpida. ¿Cómo se había dejado llevar así? ¿Por qué no podía resistirse al magnetismo de Nikolav?

Haber sucumbido ante la seducción de un vampiro era lo que le resultaba más difícil de explicar. ¿Qué era lo que ejercía esa atracción tan irresistible hacia él? Sabía que no podía tomar la decisión de no casarse ahora. Primero que todo, porque le preocupaba la seguridad de Lilum, y en segundo lugar, porque no podía evitarlo. No había forma de hacerlo. Estaba obligada de alguna manera mágica. Fuera uno a saber por qué... tal vez era el anillo o bien la promesa de las hadas.... Como fuese, no podía escapar de ese destino y tendría que convertirse en la mujer de un vampiro, de uno que se alimentaría de ella con frecuencia, aunque esa idea no le resultaba del todo repugnante. Que Nikolav bebiera de ella había resultado placentero, y sabía que terminaría volviéndose una adicción para ella también.

Se levantó y se vistió, luego bajó a la cocina y pidió que le preparasen el desayuno. Se estaba muriendo de hambre. No había comido nada desde el mediodía anterior y no quería parecerse a un palo de escoba dentro de su lujoso vestido de bodas, por más que no le importase en lo más mínimo la opinión de los invitados, que seguramente serían en su mayoría vampiros. «¿Estarán invitadas las hadas?», se cuestionó. Intentaría sonsacar a Nikolav cuando le fuera posible, aunque parecía que nunca podía preguntar aquello que pensaba a solas. Él siempre la distraía con alguna otra cosa, y terminaba huyendo de sus reclamos.

Luego de comer algo, Alejandra fue hasta el jardín. Creía que tal vez podría volver a encontrar al pájaro allí. Fue hasta el mismo lugar donde lo había visto el día anterior y se sentó. Miró a su alrededor, pero no lo vio en ninguna parte; entonces pensó que quizá podría llamarlo con su mente. Debía darle utilidad a ese don tan interesante que tenía. Cerró los ojos y se imaginó al ave. No sabía su nombre, pero pensó con ímpetu en él de la manera en como había aprendido a hacerlo con Lilum.

Sangre Enamorada: Sangre enamorada #1 (Versión original)Where stories live. Discover now