2. Me llamo Williams, Williams Walker

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Me quedé en el pasillo, pensativa, pensando en aquel chico. La gente andaba ligero para ir a las clase y cuando ya me centré, cogí mis libros y mi móvil, mi destrozado móvil, que ya no podía estar más roto... y ahora, ¿qué móvil me iban a comprar...? Pero sí, si podía estar más roto; de repente siento que me empujan y mi móvil vuelve a caer.

-¡Eyy! Ten más cuidado ¿no?- dije con mala cara.

-Perdón...- dijo alguien con voz de chico.

Me giré y ví a otro chico...pero bueno, ¿qué está pasando hoy? ¡Solo veo tíos!

El desconocido era un chico alto, moreno y con ojos azules, un chico guapo, muy parecido al anterior.

-L...lo sient...siento...-dije otra vez tartamudeando.

Me sentía mal por haberle gritado a otra persona... si seguía así, iba a hacer pocos amigos.

-Bueno, me tengo que ir ¡adiós!- dijo él nervioso por no llegar tarde a clase.

-¡Espera! ¿Dónde está la clase A3?
Y... ¡¿Cómo te llamas?!- dije gritando las preguntas.

Aún no sabía a qué clase ir, ¡y tampoco sabía como se llamaba él!

Entonces pensé que podía ir a una clase cualquiera y preguntar ahí donde estaba la clase A3. Fuí a la primera clase que me encontré : B4. Abrí la puerta y las luces estaban apagadas, solo la pantalla de una pizarra digital estaba encendida con algo que creo que era un video del crecimiento de una planta.

El profesor encendió la luz.
A simple vista parecía un profesor muy recto, pero fue muy agradable conmigo.

-¡Hola! ¿Eres tú de clase de ciencias?- preguntó el profesor.

-No... Soy nueva, yo solo venía a preguntar... dónde estaba la clase A3.- dije yo un poco nerviosa.

Todo el mundo me estaba mirando, y... ¡él estaba ahí!
¡el chico moreno estaba en esa clase!

-Hmm... tú debes de ser la nueva... ¿Ashley Watson? ¿Me equivoco?- intuyó el profesor.

-Sí, exacto.- afirmé impresionada.

-Samantha, acompáñala a la clase A3- ordenó el profesor.

Yo me preguntaba quién era Samantha y se levantó una chica rubia con ojos azules, era una chica guapa y a simple vista parecia una chica muy maja.

-¡Hola! Se nota que eres nueva aquí... jaja.- dijo sonriente.

-Sí, soy nueva y estaba muy perdida.- dije devolviéndole la sonrisa.

-Por cierto, el profesor ya ha dicho tu nombre y ya lo sé, pero tú no sabes el mío. Me llamó Samantha Spear, pero mis amigos me dicen Sam. - dijo ella.

-Ah ¡vale! Encantada Sam, yo me llamo Ashley, pero puedes llamarme Ash. - le contesté yo.

-Bueno, aquí está tu clase. Luego puedes venir conmigo en el almuerzo, vas a estar un poco pérdida y no tendrás muchos amigos por aquí si eres nueva.- dijo Sam.

-¡Gracias! -le agradecí.

Entré a la clase correspondiente y esta vez la luz sí estaba encendida.
Ví a una profesora que parecía buena...pero no...no lo era.

-¡¿Quién eres y por qué has entrado a MI clase sin llamar?!- dijo ella con voz potente.

-Soy... Ashley, Ashley Watson.- dije yo avergonzada.

-Hmm... Watson... ¿La nueva, no?- dijo la profesora pensativa.

-Sí.- afirmé.

-Por orden de lista te tocaría allí.- señaló la pofesora.

Había un hueco libre, ese sería para mí, y... al lado estaba... ¡El chico de pelo castaño! ¡Tenía que sentarme al lado de él!
Estaba muy nerviosa...
Me senté, dejé mi mochila en el suelo apoyada en la pata de la mesa y saqué mis libros. Luego iba a meter mi móvil en el bolsillo pequeño de la mochila pero, no lo pude hacer...

-¡Watson!- gritó la profesora.

Me quedé inmóvil y la profesora venía hacía a mí.

-¡¿Con el móvil en clase?! ¡Dámelo!- ordenó la profesora.

Le dí el móvil sin decir una palabra, ella volvió a su mesa y guardó mi móvil en el cajón de las "cosas confiscadas".

-Creo que no lo vas a recuperar hasta que acabe el curso.- me dijo alguien con voz sarcástica.

-¡¿Qué?!- dije en voz alta.

-¡Watson! ¡Silencio!- gritó la profesora.

Me callé, y me volví a poner roja. Ese alguien que me había hablado era aquel chico de pelo negro.

-Una pregunta, y tú...¿Cómo te llamas?

-Me llamo Williams,Williams Walker.

Y por fín, por fín supe su nombre. Se llamaba Williams, Williams Walker.

-Bonito nombre. -dije enbobada de él.

-Gracias. Y tú eres Ashley, Ashley Watson ¿no?- preguntó él.

-Sí.- contesté.

-Aja, pero yo te llamaré Watson.- dijo el poniendo una cara muy sensual y guiñandome un ojo.

Aquel chico me iba cayendo cada vez mejor y... sentía algo; espera, ¡qué estoy diciendo! ¡no, no, no y no! ¡No me podía enamorar de nadie! ¡Eso es una estupidéz!

Sonó la alarma y alguien abrió la puerta. ¡Era Sam! ¡Me había esperado tal y como me prometió!

-Eyy Ash. ¿Qué tal en la clase?- dijo con voz sarcástica y con una carcajada.

-No muy bien.- dije yo cabizbaja.
-Creo que me tiene mania.

-Normal, a todos nos tiene mania. Es la profesora más mala de por aquí.- me explicó.
-Jaja y encima te ha tocado de tutora.- dijo riéndose.

-Tía... no tiene gracia.-dije yo mientras se me escapaba una pequeña carcajada.

Ella se reía y me echó una sonrisa, esa chica me estaba empezando a caer muy bien.

-Y...¿Dónde están tus amigas?- pregunté.

-Yo...no... Yo voy en plan solitaria. Conozco a todo el mundo pero no tengo a nadie fijo como amigo. Aunque la persona que mejor me cae y a la que podría llamar "amigo" sería a Chris.- me explicó.

-¿Quién es Chris?- pregunté de nuevo.

-Es un chico muy majo. Él es alto, moreno de pelo y de ojos azules.- respondió ella.

Me quedé pensativa... ¿Sería aquel chico moreno que se chocó conmigo? ¿Sería aquel alguien?

La alarma sonó, había que irse a casa ya.

-Ash, mañana nos vemos. ¿Te espero por la mañana?- dijo ella.

-Vale Sam.- respondí.

Me fui a casa, abrí la puerta y había una nota en el recibidor:

Ash, tienes comida en el microondas, tu padre y yo nos hemos ido a casa de la abuela, llamanos cuando llegués a casa.
Que no se te olvide. Besos.

Mamá ;)

¿ Y ahora que iba ha hacer yo?
¿Cómo los iba a llamar?

Pensé rápido. ¡Aja! Podía llamar con el teléfono fijo de la casa.

-¡Hola! Ya estoy aquí mamá.- dije yo saludando a mi madre.

-¡Hola hija! ¿Y tu móvil cielo?- preguntó mi madre.

-M...i mi móv...móvil está...- le contesté muy nerviosa.
-Mamá, s-se cor-corta grrr l-la llama-llamada.- le dije a mi madre sarcásticamente.

Y le colgué finjiendo que se había cortado la llamada. No me apetecía contarle toda la historia. Ya se la contaría mañana. Lo único en lo que estaba pensado era en aquellos dos chicos... ¿Por qué estaba tan pendiente de eso?
Solo eran dos tíos de un instituto.
¿Enamorarme? ¿Yo? Bobadas.

No Te Enamores. Mejor EstudiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora