El peor castigo

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  —Mierda. ¿Qué es ese escándalo tan desgraciado? —dije para nadie en particular. Miré hacia la mesa de noche y me di cuenta que era el despertador. ¿Por qué puse alarma?  ¿Acaso estoy demente?

De repente, todos los acontecimientos de la madrugada llegaron a mi mente. ¡La broma!

Apagué la alarma y salí inmediatamente de mi cama para darme una ducha. Tenía que tener la ventaja. Hoy va a ser un buen día para mí.

Bueno, espero que todos los que caigan me lleguen a perdonar algún día aun cuando no me sentiré arrepentido por lo que hice. Pero, por favor, ¿quién puede estar molesto con Mike siempre? Nadie.

Salí del baño con una toalla por la cintura, seguido de esto me cambié con ropa algo cómoda y no tan nueva debido a que si a alguno se le daba por optar la violencia contra mí, con lo último que con que se vengaría, sería con mi ropa.

Después de ello, me fui a la cocina a preparar mi desayuno para después no tener que abrir el refrigerador delante de ellos y luego les sería más fácil darse cuenta. Espero que de verdad esto funcione. Necesito un poco de diversión en mi vida.

Cuando estaba por la mitad de mi desayuno, tocaron el timbre. ¿Quién será? Estoy seguro que es Tasha porque le dije que viniera temprano. Bueno, no yo. Alice.

—Buenos días —saludó efectivamente mi novia. Sin embargo, había venido con alguien más: Jake. Excelente. Esto no pudo haber sido mejor.

—Hola —contesté neutro. Sin dejar que Jake me dirigiera la palabra, me di la vuelta a terminar mi desayuno. A veces, tenías que recurrir a la inmadurez para que tus planes te salieran tal y como querías.

***

Estaba nervioso. La cantidad de adrenalina que recorría en estos momentos por mi cuerpo era impresionante. Ya todos estaban despiertos y acababan de entrar en la cocina, mientras yo estaba en el telefóno. No sé quién iba a ser el primero en caer. Santo.

—No es ninguna molestia —decía mi madre —. Hoy les prepararé algo de comer.

Oh, oh. 

—Gracias, madre —contestó la estúpida de mi hermana. Ellos se sentaron en la mesa, ignorándome.

Bueno, mejor. Si hacía las paces me arrepentiría.

—¿Por qué mientras le preparo algo no toman alguna bebida para que se refresquen? —sugirió mamá. Creo que esto está por empezar.

—Yo las busco —se ofreció Jake, mirando a Tasha y Alice. Él tomó tres bebidas con gas. Le dio una a su novia y a la mía, mientras se quedó con una.

Vaya, qué nervios. Miré a mi madre y ella estaba a punto de abrir la puerta del refrigerador contraria a la que Jake había sacado las bebidas. Ahí estaba...

Todo ocurrió rápidamente y al mismo tiempo. En cuanto mi madre gritó por ver a la serpiente escondida, ellos se distrajeron mirando hacia su dirreción y ahí sus bebidas hicieron erupción.

Nadie dijo nada por unos segundos. Después, Jake se puso de pie para ver a mi madre, ignorando que su rostro estaba todo mojado y su camiseta.

Alice y Tasha estaban en una especie de shock. Bueno, yo lo estaría. O a decir verdad, ya estuviera golpeando a quién fuera quién me hubiera hecho algo como eso. Hipócrita, ¿no?

—¿Quién carajos hizo esto? —preguntó mamá algo enojada.

Para despistar, tomé mi refresco y lo abrí, pero alejándolo de mi para no ensuciar mi ropa.

Insoportablemente sexy © #2Where stories live. Discover now