9🌌

6.2K 371 4
                                    

—Momento, ¿Dijiste que no se llama Lili, sino Jobanka?

Peter asintió sin despegar la vista del juego, Fernando no le dió iimportancia y se fue a sentar con sus dos amigos así se la pasaron hasta que llego la hora de la cena cuando tocaron la puerta, los tres chico miraron confusos la puerta, como si una señal divina fuera s caer del suelo, al ver que no pasaba nada y que volvieron a tocar, Peter fue abrir, se encontró con Jobanka y su sonrisa que nadie le podía quitar.

—¿Qué quieres?

—Hacerte una pregunta—Dudo un poco pero teeminl accedió con un movimiento de cabeza, mientras los dos chicos restantes miraban con atención—¿Por qué dejaste de cenar con tu familia?

—Eso es algo que no te incumbe—Hizo una mueca y a la vez vio encima de su hombro, vio que estaban jugando videojuegos y se le extendió la sonrisa, si eso era posible—Si eso es todo, lárgate—Dijo frustrado al ver que Jobanka no se iba. Estaba por cerrar la puerta pero ella la detuvo con el pie, en menos de cinco segundos entro a la habitación viendo a tres chicos sorprendidos y más a Peter ya que él seguía creyendo que tiene movimientos torpes.

—Te propongo algo, si yo te gano en GTA 4, me respondes mi pregunta con total sinceridad.

—¿Y que si yo gano?

—Te dejo en tu cueva, sin molestarte más con esa pregunta.

—Trato, pero perderás—Dijo muy seguro de sí, mientras, Lionel y Fernando pasaban de uno a otro con la mirada, sin querer perderse algo de la conversación.

—Tengo cinco hermanos y uno tiene 19, el otro 15 y son fanáticos de estos juegos y como a mí no me gustan las cosas de niñitas pues pasaba mi mayor parte con ellos y soy demasiado buena—Le sonrió, diciendo "Empieza pues" y le dieron play.

El juego estaba muy reñido, solo los separaban unos miles de puntos solo faltaba poco y...

—¿Por qué no cenas con tu familia?

Peter estaba desconcertado por que perdió contra una chica, mientras los otros dos chicos se morían de risa porque ni ellos le habían ganado a Peter.

—Peter, te estás poniendo rojo como el mismo diablo, nos vemos luego—Dijo Fernando yéndose junto con Lionel despidiéndose con una sacudida de brazo.

Después de que ya no los pudo ver más, se volteo lentamente para observas a Jobanka, de cabeza en el sillón, viendo la televisión.

—¿Cómo demonios hiciste eso?

—De hecho es muy sencillo, este disco lo he jugado completo como quince veces, use todas las claves las tenemos anotadas en un cuaderno y medio de otro, ahora a lo que vine, se que ya paso la hora de la cena porque vengo de ella pero, ¿Por qué no vas?, tu familia es súper linda...

—¡Ahg!... Tú ganas, cuando entre a tercero de secundaria me volví lo que ahora soy y no quise ir a las cenas porque me reprocharían en lo que me andaba volviendo o en lo que me volví.

—Mmm...bueno, adiós.

—¿Qué, es todo?—Pregunto incrédulo.

—Em...Que yo sepa, si...—Se da cuenta de algo y sonríe traviesamente—Oh ¿Qué, creíste que te armaría un escándalo rogándote que me cuentes la verdad o que lo jures?, Pues adivina Peter Evans, yo no soy así, soy una torpe, tarada y sorda según tus palabras o ¿No?—Dice con una gran sonrisa, sale del cuarto dejando a Peter con una sonrisa torcida.

A la mañana siguiente se despertó, se baño rápidamente agarro un pantalón de mezclilla, una blusa blanca de tirantes, se desenredo el pelo y bajo a desayunar, cuando llego ahí ya estaba José, desayunando,

—Ahora, son mis terapias y citas puedes tomarte el día libre.

—Wow...gracias, pero ¿Cenaremos juntos no?

—Claro que si.

—Bien, me iré a dormir.

LA CUIDADORADonde viven las historias. Descúbrelo ahora