Sᴏʏ Iɴᴏᴄᴇɴᴛᴇ

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A la edad de cinco años descubrí que alguien con quien a penas habías entablado conversación alguna podía llegar a ser tan indispensable en tu vida como lo había sido Alonso Camarena y su familia, aquellos fueron los encargados de adoptar a una huérfana callada y amargada que solo se mantenía oculta en sus pensamientos, tan escurridiza que en el momento en que era solicitada esta siempre se encontraba encerrada en su habitación, la cual después de cierto tiempo se convirtió en mi zona de investigación. 
Aquel chico de ojos azules permaneció a mi lado ante todo pronóstico, incluso aquel día en que simplemente le di un buen golpe al comprender que no me desharía de él tan fácil como lo había imaginado; la etapas de ni vida con Alonso pasaron de ser una perra con él a tolerarlo un poco para después al encontrarme sola entender que me hacia falta aquel chico que tanto me había molestado para finalmente llevarnos a ser los mejores amigos, pensando que quizá aquel golpe fue el causante de dicho lazo.
Con él entendí que cada cosa que había acontecido en mi vida fue por una razón, su familia se convirtió en mi familia, su cariño era para mi al igual que su protección por lo que sin pensármelo aunque perdí a mi familia; jamas perdí el amor que esta me brindaba, fui una niña de cinco años con problemas de mayores que con el tiempo logro sentirse un poco infantil al escuchar cada una de las locuras que salían de boca de este.
Y ahora aquí frente a esta mujer siento que debo hacer algo por todo aquel amor que da por su hijo, sea o no sea inocente porque el amor de una madre es tan grande que aquello me basto para sin pensarlo ayudarle, aunque presentía que esto traería problemas su mirada me mostró mas de lo que necesitaba escuchar; si tuviese a mi madre aquí daría lo que fuera por verla bien, si viese a la señora Camarena entrar por esa puerta pidiéndome que le ayude en algún asunto -por pequeño que fuese- sin dudar la ayudaría porque simplemente se trata de una madre; me gusta pensar que si Emma Harrison aun viviese sería la chica más sobre protegida del mundo y es que conocía tan bien a mamá que aquello sin duda no era nada alejado de la realidad.

–¡Ariel!– le llamó el rubio, logrando que esta observara al chico.
–Quiero escuchar la versión completa de los sucesos antes de tomar una decisión – comentó la chica, lanzando miradas al azar, entre el teñido y la mujer que aún no le apetecía soltarle; logrando que esta deshiciera el agarre para abrazarle agradecida.
–Es mejor que vayamos a mi oficina – soltó la castaña, deseando que aquella mujer ante aquel comentario decidiera soltarle de una buena vez. Y, así lo hizo.
–Estás metida en grandes problemas – susurró el rubio cerca de su oído, evitando que la mujer que caminaba al lado de la castaña le escuchara.
–No necesito que me lo digas – susurró con fastidio
Una vez encontrándose en la oficina de la castaña, esta observó en silencio a la mujer que se encontraba frente a ella, esperando que la antes mencionada pudiera tranquilizarse un poco para que finalmente le dijera lo que había sucedido.
Mientras que por su parte Alonso, mantenía su mirada fija en la menor de las mujeres.
–Usted tiene la capacidad de saber cuándo alguien está mintiendo ¿cierto?– habló la mujer, ganando una mirada confusa por parte de Ariel, seguido de un asentimiento – pues yo como madre sé cuándo mi hijo está mintiendo – añadió, observando esta vez directo a los ojos de la chica, la cual deseó que no lo hiciera – Miguel fue acusado por matar a su novia, la chica a la que amaba; dicen que las prueban les llevaban a él todo el tiempo; incluso debo admitir que yo también llegué a dudar de su inocencia; puesto que aquella noche había decidido ignorar mi petición y salio con Melissa  aquella noche; Jos no quería salir de fiesta el día del accidente, incluso por esa misma razón le había prohibido que saliera, sin embargo ella de alguna manera logró convencerlo de lo contrario, olvidando mis palabras y prometiendo que todo saldría bien no puede negarme porque conozco a mi hijo y confió tanto en él  y se también que quizá debía negarme y exigirle que se quedara en casa e ignorara a la causante de esto porque no llegó a casa esa noche, incluso por la mañana tampoco supe de él, lo último que supe fue que habían encontrado a mi hijo en un auto inconsciente y que Melissa yacía  sin vida a un lado de él– confesó la mujer expresando el dolor que minutos antes Ariel había percibido en sus orbes cafés –  hablé con él y me dijo que no era capaz de recordar todo lo que había sucedido aquella noche, sin embargo me juró que él no había tenido nada que ver con la muerte de la chica, ese día le dije que me era imposible creerle ante lo que habían encontrado, lo cual le lastimo mucho más; ahora sé que me hijo es inocente – añadió, observando a la castaña reflejando en sus ojos un poco de esperanza– por esa razón he venido hasta ti–  finalizó.
–Debo confesarle que esto es un tanto complicado – informó Ariel, mirando con firmeza a la mujer – es un proceso muy largo ya que aquellos hombres que trataron de ayudar a su hijo, tienen razón; sin embargo, creo que puedo ayudarle a investigar y si es inocente le aseguro que yo misma me encargaré de probarlo, así me cueste la vida – finalizó.
Ante las palabras de la castaña, la mujer no encontró mejor forma de agradecerle que,  obsequiándole una sonrisa abierta, aquello le había dado esperanzas de seguir luchando por el pelinegro, el cual era inocente, por más que los jueces, los abogados y hasta ella misma dudaran de ello.