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A la edad de diecisiete años me convertí en aquello que muchos etiquetarían de algo insoportable, podía excusarme y decir que era una chica incomprendida al recibir tal trato por parte de mis compañeros, pero seria mentir respecto a que en aquel t...

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A la edad de diecisiete años me convertí en aquello que muchos etiquetarían de algo insoportable, podía excusarme y decir que era una chica incomprendida al recibir tal trato por parte de mis compañeros, pero seria mentir respecto a que en aquel tiempo solo pretendía ayudar a las personas que en ese entonces me importaban y sí, no era tan marginada como yo creí y/o hice creer desde un principio.
Por un tiempo creí que si ayudaba a proteger el corazón de mis entonces amigas todo iría bien en nuestra amistad.
De aquellas cuatro amigas, solo había permanecido una de ellas, Katia decidió dejar de hablarme después de aquel día en que le dije que su novio en aquel entonces se escondía en los vestidores de chicos para besarse con cuanta chica se le cruzara por el camino y creyera cada una de sus tonterías, según sus palabras fue que estaba celosa de que a ella le amaran y yo no era correspondida por mi mejor amiga que según ella yo amaba en secreto.
Tania se alejo el día en que después de pedirme ayuda al investigar el por qué su padre había decidido dar por finalizado su matrimonio con su madre, la razón de su decisión fue al contarle que su padre salia con una mujer mucho más joven que su madre y que ella era la razón de su casi divorcio; en sus palabras, yo era una de las mujeres sin sentimientos más tonta e ingenua del mundo y es que su padre negó todo y su madre decidió hacerse de la vista gorda para así no ser el objetivo de los murmullos de las personas. Y, si se lo preguntan su padre jamás dejó de ver a la joven e incluso esta le dio un hijo.
Melania se había alejado de mi por el simple hecho de que su padre trabajaba para la mafia y creyó que era un peligro tanto para ella como para su padre por lo que solo me bastaba con dejar de hablar con ella y así evitarle problemas a su familia; sin embargo el día en que descubrieron los negocios ilegales de su padre a la que culpo de ello fue a mí, sin investigar absolutamente nada la culpa de la prisión de su padre fue mía y esa vez ni siquiera había movido ni un dedo.
Y finalmente se encontraba Maya, aquella chica pelinegra que justo había decidido quedarse junto a mi aún después de que le ayudase a saber si sus padres eran realmente sus padres; aquella vez quizá fue diferente al pedirle ayuda a ella misma en su investigación, después de enterarse de que si lo eran pudo volver a respirar con normalidad y lo mejor es que no decidió alejarse de mi por la ayuda brindada.
Sin embargo después de un tiempo a su padre le habían ascendido por lo que tuvieron que mudarse a New York, prometimos que seguiríamos en contacto pero al final aquello termino, había conseguido un novio que le prohibía hablar conmigo porque era proxeneta, sus palabras fueron, no quiero perderlo porque me importa mucho más de lo que tu me importas, llevándome a ser la margina que solo se mantenía al lado de su mejor amigo; el cual después de un par de semanas de ese incidente llegaba a nuestra mesa confesando que había conocido a una chica hermosa, que tenían un par de meses hablando y que aquel día este le había pedido fuera su novia; me había costado tanto el no investigar su vida pero por Alonso logré mantenerme al margen, siendo ella la primer persona a la que no investigaba; sin embargo fue la primer chica que le rompió el corazón a mi mejor amigo, él cual en aquel tiempo me culpo de ello por lo que con ello consiguió que hubiera dos corazones rotos.
Creí que mi historia con el chico terminaba ahí pero se las ingenio para regresar a mi lado y aquella fue la mejor segunda oportunidad que le di a alguien, nos hizo aun mas unido de lo que eramos y lo mejor es que cada chica con la cual Alonso salía era justamente él quien  se encargaba de investigar sus intenciones para con él.
 
– Te debo tanto – dijo la mujer agradecida. – Te pagaré cada centavo- añadió.
-No es necesario – negó Ariel. – Lo hago porque merece saber la verdad sobre lo sucedido – finalizó.
– Estás loca Harrison, no olvides lo ocurrido hace cinco años – acusó el teñido, observando a su mejor amiga divertido.
– Cierra la boca Villalpando, ella no es tiene diecisiete – sentenció la castaña.
– Pero no por eso pensara diferente, querida – se defendió el chico burlón. –En verdad no sé por qué aceptaste aquello – comentó, cambiando de tema; pillando desprevenida a la chica que se encontraba sentada justo enfrente de este; después de un largo día de jornada, por fin podían disfrutar de un apetitoso helado como cualquier persona normal.
– No entenderías – confesó esta cabizbaja.
– Cuando te observo de esta manera, es cuando recuerdo que eres tan vulnerable como todas las chicas –  dijo enternecido, la castaña tenía la manía de jugar con sus dedos cuando algo le incomodaba, dándole un aspecto infantil. – Si algún chico te notara de esta manera, terminaría amándote- añadió el chico, logrando que las mejillas de la castaña de tornaran rojizas.
-¡Calla!- exclamo Ariel, fingiendo estar molesta.- No soy vulnerable y no necesito conquistar a ningún tonto- finalizó; terminando con la guerra que mantenían entres sí sus dedos, observando a Alonso firme.
-¡Auch! Eso dolió- se quejó el chico.- No todos los hombres son tontos- se defendió.- Yo no soy como todos, yo te amo- finalizó.
La castaña le observo divertida, Alonso tenía novia; la cual era hermosísima y al decir aquellas palabras en público, sólo ocasionaba que tanto hombres como mujeres le lanzarán miradas asesinas, haciéndole reír de aquello. Sabía que su mejor amigo era un hombre sumamente guapo, sin embargo jamás logró verle como algo más, tal vez por la situación en la que se encontraba cuando lo conoció mucho mejor. O, simplemente era porque él era tan Alonso.
-Yo te odio- soltó la castaña burlona.
Alonso le observo en silencio, por su parte la chica sólo reía victoriosa, a lo cual el rubio opto por lanzarle una gomita justo en el rostro. Obteniendo de esto una guerra infantil entre ellos, mientras estos eran observados con confusión por las personas alrededor.

 Obteniendo de esto una guerra infantil entre ellos, mientras estos eran observados con confusión por las personas alrededor

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Sᴏʏ IɴᴏᴄᴇɴᴛᴇWhere stories live. Discover now