Epílogo

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El día después del baile de graduación fue aún más triste de lo que imaginamos todos.

Nico y Jake, como ya tenían planeado se fueron al medio día, aventurándose a su nueva vida de universitarios en Nueva York. Sam y yo fuimos a despedirlos.
Mi amiga se quedaría en la ciudad una semana más, pues se había atrasado con ciertos asuntos y no había empacado nada.

Por otro lado, Chris y yo nos fuimos juntos al día siguiente.
Mi mamá se puso a llorar como jamás lo había hecho, lo cual provocó que yo también rompiera en llanto.

»No todos los días ves a tu pequeña irse a la universidad« justificó mi madre.

Antes de irme pasé a visitar a Harry, ese momento creo que fue el más doloroso de todos. Subí a su habitación donde él se encontraba acostado en su cama escuchando música.

-Hola-besé su mejilla.

-¿Lista para la uni?

-Eso creo.

Sonreí, hicimos contacto visual y hubo un silencio, mis ojos se cristalizaron y me incliné hacía él para abrazarlo. No dijimos nada, únicamente permanecimos así por unos minutos, su abrazo estaba lleno de tristeza, esperanza y amor, eso último sobretodo.

-Estarás bien. Estaremos bien, te lo aseguro.-sonrió apartándose.- Sólo, prometeme que no me olvidarás.

-Cómo podría olvidar al único chico que he amado y que me ha amado a mí.

Pasaron dos meses.
Los chicos y yo seguíamos en contacto, a todos les encantaba su escuela y ya teníamos amigos nuevos, pero obvio, Nico y Jake seguían como uña y mugre, »siendo mejores amigos hasta ancianos« dijeron ellos.

Le hablábamos a Harry todos los días por vídeo llamadas, mensajes o llamadas telefónicas, habían días en los que tenía el mismo sentido del humor de siempre, otros días no parecía él; a veces hablaba hasta por lo codos, otras ni siquiera sonreía y le costaba hablar; en ocasiones estaba en su habitación o en la sala de su casa, pero los últimos días se encontraba en el hospital.

Mi amigo murió dos meses y medio después a la 1:20 am.
Desde el momento en que vi el número de su madre en la pantalla de mi celular supe el motivo de su llamada.
Lloré inconsolablemente esa madruga, llamé a Chris para avisarle la noticia y decirle que me iría, pero él decidió acompañarme.

El día del funeral llegaron los demás amigos, cada uno echo pedazos.

Me gustaría decirles que Harry no sufrió, pero estaría mintiendo.

Cuando todos los familiares se fueron del cementerio, me quedé con los chicos al rededor de la tumba de Harry, comenzamos a recordar momentos junto a él, historias graciosas que nos sacaban una sonrisa entre las lágrimas y otras no tan graciosas, pero cada una especial porque en ellas, en esos recuerdos se encuentra nuestro amigo y en nuestra memoria él siempre estará vivo y sonriente.

Esa fue definitivamente la última vez que vi a mis amigos, claro que a veces aún hablamos por mensajes o en comentarios de facebook, pero no tanto como antes, y está bien, las cosas cambian, los amigos se van y la vida no se detiene por nadie.

Chris y yo cumpliremos un año de ser novios, me ha hecho muy feliz, él de verdad ha sido un gran chico, hemos pasado momentos difíciles, pero seguimos juntos y para mucho tiempo más.

He bajado unos kilos de peso, no digo que soy una muñequita ahora, pero sí me siento más segura de mí misma, más sana y feliz.

Ahora miro hacía el pasado y me río de todo el drama que hacia con mi peso, con los chicos y mis problemas.
Pero supongo que de eso se trata la vida adolescente: cometer errores, dramatizarlo todo, hacer amigos, enamorarse, desenamorarse, gritar, llorar, reírse hasta que te duela la panza, bailar, deprimirse, sufrir, comer, no comer, ir a fiestas, salir con tus padres, pelearte con ellos, amarlos y cuidarlos, ir a la escuela, reprobar exámenes, pasarlos y más locuras, pero siempre, siempre sabiendo que un futuro nos espera, que no importa qué tan mierda o buena sea nuestra adolescencia... Va a terminar y todo puede ser mejor después de ella.
Esta es tu vida, puedes ser quién quieras, esta es tu vida puedes ir a donde quieras, pero siempre elije lo mejor para ti y está preparada para lo que sea que venga.



La Burbujeante Chica Gorda Where stories live. Discover now