Capitulo 16

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Como buen hombre que soy, decidí  ahogar mis penas en alcohol. Las tomaba como si estuviese en una guerra contra ellas. Una tras otra. O eran ellas o era yo. No había más opciones. Ya verían las malditas cervezas quien era el hombre. Pero mi verdadera guerra era una guerra civil, en la que mis emociones se peleaban por conquistar mi cabeza y en la que yo solo hacía de campo de batalla.

Dejé que la batalla en mi interior continuara, alimentándola con más alcohol. Si la batalla seguía así, muy pronto alguna de mis emociones haría explotar una bomba nuclear y entonces simplemente moriría, o lo que era peor, quedaría inconsciente y al día siguiente igual tendría que enfrentar la dura realidad. Todo iba bien, incluso había logrado ignorar un poco a Wilana Lana. Hasta que habló.

— Me sorprendiste esta noche —su voz era tan hermosa que entraba con delicadeza por mis oídos y de ahí comenzaba a emprender un viaje a través de mi cuerpo hasta llegar al corazón y hacer que este brincara dentro de mi pecho. Siempre me pasaba lo mismo cuando la escuchaba hablar.

No sabía que responder y el alcohol ya estaba haciendo efecto.

— Fue una promesa que le hice a Bryan Rogue. Que sería un poco más atrevido ¿sabes? Algo así como llenarme los pies de mierda y todo eso, y más —la verdad es que mis palabras no tenían mucho sentido (un efecto secundario de estar borracho).

Wilana Lana me miró confundida. «No te preocupes», quise decirle. «Yo estoy más confundido que tú».

Wilana Lana hizo a un lado  la locura que acababa de salir de mi boca para seguir hablando conmigo. Ella quería entablar una conversación para que así las horas pasaran más rápido. Ella no entendía que por mucho que su voz me encantara, yo no quería hablar con ella. Yo no quería verla. No quería estar cerca de ella. Eso solo empeoraba las cosas para mí.

— Quiero decir... Eres igual que cuando éramos niños, pero ya lo había olvidado —me dijo. No pude soportarlo más y me deje llevar. Mi mirada se fijó en ella. Observaba boquiabierto su belleza. Su pelo rizado. Su piel pálida. Sus ojos color miel. Sus labios. Simplemente quería que se callara y me besara. Pero no podía hacerlo. Eso sería traicionar a un amigo—. Esta noche no sentí el vacío en mi alma. Esta noche tú y Bryan Rogue me hicieron sentir viva nuevamente... —la interrumpí. No porque estuviera hablando mucho. Cosa que si estaba haciendo (gracias al exceso de alcohol). La interrumpí por otra cosa.

— No lo entiendo —hice una pausa para reordenar mis palabras y darles sentido—. Siempre fui yo el del alma vacía. Ustedes fueron simplemente geniales. Aventureros. Ahora me vienen a hablar sobre el vacío en sus almas. No lo entiendo. Soy yo el dueño de una vida de mierda. Soy yo el del alma vacía. No ustedes.

Ahora era ella quien estaba boquiabierta como si no pudiera creer lo que yo le estaba diciendo. Luego frunció el sueño y hubo un poco de enojo en su mirada y en su voz cuando me dijo:

— Bryan Rogue ha abandonado a su familia y no tiene amigos —me dijo intentando reprimir ese enojo que no era característico en ella—. Y a mí me ha abandonado mi familia y mis amistades se han basado en nada más que hipocresía.

Me quedé en silencio. Nunca lo había pensado la verdad. Siempre imaginé que ellos seguían siendo tan geniales como cuando éramos niños.

— Pero... Ustedes eran geniales. Y por lo que veo no han cambiado en nada.

— Así era como nos veías, pero la verdad es que tú eres el que siempre ha tenido una mejor vida —ella ahora no parecía Wilana Lana. Ella ahora parecía una bomba de tiempo a punto de explotar. Su enojo se estaba haciendo más fuerte que ella—. Tú eres el que se arriesgó a buscar una nueva vida lejos de su ciudad y le funcionó. Nuevos amigos. Una esposa. Un trabajo. Una casa. Todo simplemente te sale bien Patrick.

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