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Ustedes son el motivo de mi felicidad en mi día a día. ;;; ♡ [Fuertes declaraciones] Esto ocurre unos días después del cumpleaños de SuYeon.
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Lunes, un lunes de clases que la mayoría de los alumnos odian cuando ya falta tan poco para salir de vacaciones.
Pero ese día en especial, dejaron a todo el instituto ir con ropa de calle, sólo los lunes y los viernes por el simple hecho de que el director lo había decidido así, obviamente sólo hasta que las clases finalicen.
—¡Suyeon, tu desayuno ya está listo, si no te apresuras, llegarás tarde! —Grita la madre de la chica desde el primer piso, llamando su atención haciendo que se levante de un salto vistiéndose en seguida. Al terminar rápidamente abrió la puerta de la habitación y corrió escaleras abajo, encontrándose con su padre tomando café y comiendo una tostada, mientras que su madre servía una taza de té en un puesto vacío, que supuso la muchacha, era para ella.
—Siéntate aquí. —Indica la mujer
—¡Que linda se ve mi niña! —Exclama el hombre de la casa con una amplia sonrisa en el rostro, claramente feliz. Su expresión se borró de manera repentina, entrecerrando los ojos mirando con sospecha a la chica— ¿Por qué te arreglas tanto?
—Ah~, ¡está enamorada! —La mujer junta sus manos mirando el techo con una sonrisa de oreja a oreja— ¿Quién es? ¿Lo conozco? ¿Es Jimin? —Pregunta acercándose sorpresivamente a SuYeon, mirándola a los ojos sin pestañear ni una sólo vez.
La chica forma una mueca bajando la vista a sus manos, jugando con ellas evidentemente nerviosa.
—Mamá, Jimin y yo ya no hablamos... —Murmura sin rodeos.
Su voz se escuchaba apagada, por lo que su madre al instante captó la situación en la que la había puesto y cambió de tema hablando con su marido.
La castaña miró la hora en su móvil abriendo los ojos de par en par al darse cuenta de que, por muy rápido que haya intentado levantarse, se le había hecho bastante tarde.
"Te estaré esperando en la esquina de la cuadra de tu pasaje. Quiero que esté allí antes de las 07:30". Decía la carta en forma de corazón que había encontrado entremedio de su libro de ciencias.
Eran las 07:35 AM, sólo son cinco minutos de atraso, pero JungKook era muy puntual, y le gustaba que su acompañante también lo fuera.
—¡Ya me voy! Adiós má, adiós pá. —Hablaba dejando un cálido beso en la mejilla de ambos, toma su bolso del sillón rápidamente y sale de la casa cerrando con un portazo la puerta.
Con sus manos peinaba alguno que otro mechón rebelde que no estaba en su lugar correspondiente mientras corría con todas sus fuerzas.
A lo lejos lograba ver una figura conocida recargada en un letrero de signo pare. Sin poder evitarlo, esbozó una gran sonrisa, cayendo en cuenta de que esa persona, la estaba observando.
Suyeon corría como desesperada hacia él, la miró de frente, y antes de que pudiera reaccionar ya se encontraba con la chica en sus brazos, aferrándose a él como lapa a la roca. El chico buscó equilibrio y se apoyó en el lugar donde antes se encontraba recostado para prevenir que ambos cayeran correspondiendo el abrazo en seguida. Su aroma lo embriagaba, su tacto lo dejaba en trance y su voz melodiosa lo hacía sentir como un rey teniendo todo lo que desea.
—Jungkook. —Murmura por lo bajo, apretujándolo aún más como si eso fuese posible y escondió su rostro en el pecho del chico sin borrar en ningún momento su sonrisa.
—Suyeon... —Responde aún sorprendido.
Dirige con lentitud sus brazos a la cintura de la chica, rodeándola con éstos fuertemente y deposita un corto beso en la cima de la cabeza de su amada para después dejar reposar su mentón en ésta. Cierra los ojos y una sonrisa en su rostro no tarda en aparecer. No podía sentirsr más feliz con aquella mujer a su lado.
—Seis minutos tarde, nena. —Murmura con voz ronca acariciando lentamente la espalda baja de ella en un gesto cariñoso.
Se separan y como si estuvieran conectados para hacer lo mismo, clavan sus ojos en los del otro, mirándose fijamente.
—Lo siento~, no quería dejar a la señora almohada sola. —Sonríe.
Toma la mano del chico y ambos comienzan a caminar en dirección a su instituto con una sonrisa resplandeciente de oreja a oreja, un aura de alegría los rodeaba.
—¿A qué hora te dormiste?
—... —SuYeon baja la vista dudando si decirle o no, probablemente se enoje porque sabía de antemano que no le gustaba para nada que se quedase despierta hasta tan tarde— A las cuatro... —Su voz no se ecucha para nada segura.
Muerde su labio inferior de los nervios pensando en lo peor, pero él sólo se inmuta a tirar de la mano de SuYeon y lograr que sus brazos choquen, en ese momento JungKook aprovecha la cercanía y rodea los hombros de la chica besando su mejilla rápidamente, con dulzura, cariño y ternura en una explosión de diabetes por el cálido roce.
—Debes dormir las horas correspondientes para concentrarte mejor y estar más pendiente de las cosas.
—¿Qué cosas? Estoy pendiente de las clases y tengo buenas calificaci...
—De mí.
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Son de este tipo de escenas bien melosas, diabéticos y tiernas, ¿les gustan?
