Cueva de Cat: La Maldición del Dragón

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¡Oh! Son ustedes Teenagers y Nutellitas. Bienvenidas y bienvenidos a mi cueva. Estas aquí por algo, tal vez porque necesitas un buen cuento para dormir, un cuento para contarle a ese pequeño engendro llamado hermano o hermana para que se quede callado y se quede dormido, ok, lo último no es para tanto. Ahora si... empecemos...

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«La Maldición del Dragón»

En un pequeño pueblo, reinaba un rey justo junto a su reina, tan amable y dulce hacia su gente, sus nombres era Elizabeth y Edward, de apellidos Schmidt. Ambos teniendo un hijo con el nombre de Mike. Era una familia feliz y muy honrada. Nadie causaba la furia de alguien mas, pudieron haber tenido problemas pero que para ese entonces eran menores porque se relacionaban con el pueblo, uno que otro robo, que de algún modo termino en paz en el reino.

Aquella noche, vagaban por las afueras del reino brujas con un gran hambre de almas con el propósito de apoderarse sin piedad. Atacaron el reino sin piedad con la magia oscura y poderosa de su lado. La gente gritaba y rogaba clemencia.

—Cariño— le dice Edward a Beth —, ten calma. Iré a luchar por nuestro pueblo, busca un refugio junto a los sirvientes y nuestro hijo. Quédense ahí y no salgan por ningún motivo.

—Padre, déjame ir contigo— pide Mike.

—Mike, hijo, tu tendrás que hacer lo mas importante, y es proteger a tu madre por mí. Prométeme, prométeme aunque yo muera haya afuera no dejes que salgan de ahí hasta que todo se ponga mejor. Protégela.

—Lo haré.

La pareja se dan un corto beso y el rey sale con espada en mano a la lucha por su pueblo, sabiendo que la muerte le puede llegar, las brujas son listas, y siempre de alguna forma se la ingenian para conseguir lo que quieren.

El rey pelea con valentía y coraje contra las brujas, logrando defender algunas familias del peligro junto a valerosos soldados de su lado.

—Edward, cómo ha pasado el tiempo— se escucha una voz joven.

—Jade— dice sin darse vuelta —, creí haberte matado.

—Creíste mal— dice la bruja —. Te quitaré lo que mas aprecias por lo que me has echo.

Él se da media vuelta, ve a la bruja, tenía una cicatriz desde su ojo izquierdo hasta la mitad de su nariz, se le nota que el ojo izquierdo se le había perdido el sentido de poder ver, no lo cubre, no lo hace con tal de que su contrincante tenga el miedo.

—No me quitarás a mi familia, no a mi esposa ni menos a mi hijo.

—Así que tu hijo es el que te importa, ¿eh? Ya veremos que pasará. Tengo... un bella hija que siempre ha soñado con casarse con un dulce príncipe, lastima que tuve que encerrarla en un torre de un castillo en ruinas, tan pronto como estará tu reino.

—Mi hijo no se casará con la hija de una horrible bruja.

—Mi hija es hermosa, con solo verla ya te desmayarías, y su nombre es Doll, ingenuo.

Dicho esto saca una daga y con rapidez pasa cerca del rey, dejándole herido el brazo, pero no es mas que un rasguño.

—Lo único que necesita ella... es un dragón.

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