Capitulo 10

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 Estaba en mi cama... intentaba dormir. Estaba feliz, por fin había probado a Eric, y era una cosa genial, me gustaba estar con los ojos cerrados a pesar de que el sueño no me visitase, me recordaba el olor de Eric impregnado en mis sábanas, podía seguir escuchando sus jadeos y notar como acariciaba mi piel, notar cómo sus labios tocaban los mios y su lengua adentraba mi boca explorando lugares, pero a esa misma vez que la felicidad llegaba a u punto más alto, el enfado me llegaba, y recordar esas palabras referidas a su hijo me bombeaban una y otra vez en mi cabeza, no me gusta esa actitud, y no me guste que engañe a su mujer, una vez casado devería tener un respeto...

Estaba pensando en todo cuando escuché la pierta abrirse y me tensé dentro de la cama.

- Enma soy yo, ¿estas despierta?- Sara hablaba muy bajito y me hizo sonreir.

- Si estoy despierta, ven metete aqui conmigo en la cama.

- Esto me recuerda a cuando eramos pequeñas y nos metíamos juntas a escondernos debajo de las sabanas por que nos daba miedo las tormenta jajaja.

Sara y yo nos conocíamos desde pequeñas, siempre habíamos tenido una relación muy unida de amistad, yo sólo tenía a mi madre ya que de mi padre no se nada, y nos fuimos a vivir a España, a un pueblecito de Cadiz, allí conocí a Sara, era vecina mía e íbamos juntas a la guardería y al colegio, el papá de Sara tenía problemas con el alcohol y muchas de las noches que llegaba borracho ella se venía a mi casa para pasar la noche y no tener que sufrirlo en su casa, se acostaba junto a mi y nos tapábamos las cabezas con las sábanas, decíamos que era porque teníamos miedo a las tormentas, aunque la única tormenta que en realidad le teníamos miedo era a Ramiro, el papá de Sara. A mis 8 años mi mamá me dejo abandonada en un colegio de monjas para que me cuidasen, no sé que fue de ella pero por lo que me enteré después murió por sobredosis, no le guardo rencor, en realidad hizo lo mejor que pudo al dejarme en este colegio hasta los 15 años, al principio solo quería estar con Sara y no entendía por qué mi madre no me dejó con ella, pero una vez echo mayor comprendí que le tení miedo a Ramiro, como he dicho antes a mis 16 años conocí a Carlos, y ya le perdí la pista a Sara, nos mudamos de ciudad y no la volví a ver hasta que llegué a Nueva York, y 14 años después, estabamos en una misma situación, pero esta vez, no tan mala como cuando pequeñas...

-Ya as estado con Eric ¿verdad?

Sonreí y la mira alzando una ceja

-¿Tu qué crees?- y ambas lanzamos unas risas

- ¿ Te as fijado en el tatuaje tan sexy que tiene en el costado?? 

- Mmm.... no. - Me quedo como pensativa intentando recordar, pero estaba demaiada atontada y no me fijé en ningún tatuaje.

- Diosss Enmaa!!! ¿ Cómo no as podido fijarte!!? tiene unas letras árabes, pero no se lo que pone... ainnsss cuentame!!! ¿ te ha amarrado a la cama? o ¿lo habeis hecho en la posición del perrito??

- Mmmm nada de eso Sara, jajajaja que loca estás!! 

- ¿como que nada de eso??? Enma... Eric es famosiisimo por eso, se lo hace a todas, eso de ser él el que manda, el que disruta de todo, eso de que- pone la voz grabe imitando a Eric- ¡Vamos nena mamamela!! jajaja

- Sara no me ha hecho nada de eso, ha sido cuidadoso, me a mirado a los ojos y quería seguir mirandome... cuando hemos acabado me ha pedido que nos quedemos abrazados por un rato y...

- Uiii Enma que raro... este tio, te digo yo que lo conozco bien, no se suele comportar asi con las tias con ls que se acuestan... será que el casarse le a hablandado el corazo!!

Tenías que ser tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora