Capítulo 15: La estrella frágil.

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Mi madre consiguió coger todo lo que me regalaron y lo encerró en el desván, cambió las llaves de la buhardilla y ella se quedó con la única clave.



El día 19 de noviembre David Bowie publicó la primera canción del disco Blackstar, tanto Adolf como yo nos pasamos el día escuchándola, finalmente él me dijo:

- Grace, quería pedirte perdón.

Fruncí el ceño.

- ¿Por qué? -Pregunté.

- Porque no sabía que era tu cumpleaños.

- No pasa nada. -Dije encogiendo los hombros.

Él se acercó a mí y dejó caer una llave sobre la mesa.

- No se lo digas a tu madre.



Esa misma tarde Adolf y mi madre se iban al médico y calculé que volverían alrededor de las seis y media y yo aproveché para subir al desván para tocar el ukelele. Intenté aprender Imagine pero no me cabían bien los dedos y decidí que ya iría practicando. A las seis menos cuarto guardé el ukelele, dejé todo como estaba, cerré el desván y me fui a la habitación.



Un día de esa misma semana, estábamos en clase de teatro mientras yo hacía el papel de Nerissa de una obra de Shakespeare cuando sonó la alarma de incendios. Nos obligaron a marchar a todos corriendo y cuando llegué a casa, me encontré a mi madre llorando en la cocina.

Entonces se dio la vuelta y se secó las lágrimas rápido y con una voz dura me dijo:

- ¿Qué haces tú aquí tan pronto?

- Ha sonado la alarma anti incendios y nos han hecho volver a casa. Aún así creo que sólo ha afectado a la cocina, nada más...

- Pues espero que ahora no te tenga que hacer yo la comida, encima.

Su voz temblaba al igual que su cuerpo.

Recordé la voz de la tía Agatha, explicándome que la madre era frágil y que yo era invencible. Hice una media sonrisa.

"Todos somos frágiles y fuertes, sólo que de diferentes maneras" pensé y subí las escaleras para ir a mi habitación.

Después de todo, mi madre tenía muchas razones por las que llorar.


No hay sitio en el cielo #ConcursoLGTBWhere stories live. Discover now