Epílogo: Punto y principio.

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The only border that matters is the one between what is in front and what you left behind.

- Breakfast on Pluto.



Era el 17 de julio. Compré rosas negras artificiales, no había encontrado de verdad. Las dejé en la tumba de mi hermana. Recordé mi actuación de fin de curso, de ese año. La dediqué a todas las personas que, aunque ya no tenían corazón propio, se habían instalado dentro de mi. Todo el mundo terminó llorando. Todo el mundo recordaba con amor a Alice. Pero ese día no era el día de Alice, no tenía que pensar en ella.

- Hoy hace cuatro años. -Le dije al chico que había a mi lado.

- Sí. -Dijo él.

En la foto de la tumba mi hermana tenía dieciséis años, es la foto que se había hecho para la matrícula del instituto.

- Parece que haya pasado de todo y que a la vez no haya pasado nada. -Me dijo él. Ya no tenía el tatuaje de killer.

- ¿Te has quitado el tatuaje?

- Hacértelo cada tres meses era gastar mucho dinero. -Se excusó él. Me alegré de que no se le hubiera hecho de verdad. Era algo que pesaba demasiado.

Los fantasmas de Londres parecían no existir.

Él y yo, paseando por las calles de Londres. Entonces me di cuenta de todo lo que había hecho durante un año, todas las cosas que me habían pasado. Eran como una montaña rusa, como diría Eleanor. Alegrías, penas ... Era el lado más bestia de la vida. Muchas veces había oído que la vida debía ser alucinante y todo lo que me había pasado sin duda ninguna, lo era. Miré a Michaell, se había cortado el pelo. Él me miró a mí. Me sonrió. Yo sonreí también y continuamos caminando, sin ningún lugar al que ir, sin ningún rumbo pensado. Poco importa el camino si no sabes donde vas.

Y en ese momento me inundó una extraña sensación de paz, todo había pasado, todo estaba bien. Ya nada podía ir mal. El año siguiente mis amigos y yo volveríamos a reunirnos en el instituto y aunque nos costaría un poco superar la ausencia de todos los que se habían ido a la universidad y por supuesto: de Alice y de Roger (que volvía a Barcelona); Dan, Courtney, Neil, Bastian y yo seguiríamos juntos. Juntos hasta el final, hasta curarnos todos bien. Y yo continuaría viviendo con la tía Agatha y su perro y a veces, tal vez, cuando Friday fuese a visitar a su familia una semana que no tuviera exámenes, me cruzaría con él por las escaleras y él me saludaría como si no hubiera pasado nada malo entre nosotros porque al fin y al cabo, no quería guardar rencor a nadie. Me era imposible. Quería equilibrio, quería paz. Me lo pasaba peor cuando alguien me caía mal que cuando yo le caía mal a alguien. Así que decidí amar.

Amar y no olvidar nada, porque era mi historia.

Y llevarlos a todos en mi esencia.

Y no más fantasmas.

No quería sobrevivir, quería vivir.

La vida es maravillosa.

No hay sitio en el cielo #ConcursoLGTBOnde histórias criam vida. Descubra agora