Capítulo 49 Un monstruo y una diosa queriendo destrozarse....

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Pov Christian.

Intento llegar a su lado pero levanta la mano para detenerme. Sonrio por lo sexy y coqueta que la veo. Sus caderas se mueven haciendo que mi amigo palpite por salir de donde lo tengo encerrado. ¡Contrólate! Pareces un adolescente con una fuerte calentura.

-Le queda muy bien su barba y vestido de esta manera.... Pasa su lengua por los labios. -Pareces un Dios Griego. Dice rozando sus labios por mi mandíbula. Haciéndome cerrar los ojos.

-Anastasia. Gruño cuando su lengua recorre toda mi barba. Mis manos la toman por la cintura y la atraigo hacia mi cuerpo y la aprieto contra mi dolorosa erección.

-Estás jugando con fuego, nena. La miro fijamente y en sus labios una hermosa sonrisa.

-¿Y me puedo quemar? Pero creo que el que puede arder más que yo eres tú. Me guiña el ojo. Mientras coloca su mano en mi erección y lo aprieta haciendo que gima.

-Creo que la cena puede esperar, porque lo que soy yo.... ¡No! Gruño.

Mis manos toman su cara y la beso con él hambre que ha provocado en mí y sin ninguna ternura, sino con el dominante que habita en mi interior...

-Mmmmm. Gime.

-Eso es, nena. Ríndete. Camino con ella mientras no dejamos de besarnos y llegamos a mi habitación. Nuestras manos quitan nuestras ropas con desesperación y sin darnos cuenta estamos completamente desnudos.

-Me tienes loco. Gimo.

-Y tú a mí. Jadea.

Fruto mi erección con su trasero y mis manos acarician su vientre hasta llegar su entrepierna para encontrarme con su sexo y mis dedos se deslizan sin dificultad y ese delicioso sonido sale de sus labios.

- ¡Oh, qué bien se siente! Estas lista para mí. Gruño. Separo sus piernas y me posicionó para entrar por detrás.

-Christian, por favor. Suplica.

-¿Qué quieres, Anastasia? Pregunto sabiendo la respuesta.

-Christian, he deseado este momento desde que me dejaste en mi casa, por favor. Me hace sonreír saber que no he sido el único con esta necesidad.

-Yo he estado igual. Y sin darle tiempo a reaccionar le doy unos azotes y me entierro en su interior de un solo movimiento.

-Aaaaaaaaaahh. Grita de placer.

-Sí, nena, soy yo el dueño de ese placer y ahora te llevaré a donde nunca imaginaste llegar..

Mis manos agarran con fuerza sus carreras y mis embestidas se vuelven fuertes y rápidas de un momento a otro estamos perdidos en placer. ¡Oh! Esta mujer es mi perdición. Sus gemidos me vuelven un total monstruo que quiere destrozar a su presa y ella una diosa luchando para destrozar este monstruo....

-Eres perfecta! Quiero todo de ti. Gruño.

-¡Oh, Dios! Grita. Su interior se tensa y sé que se aproxima a su liberación.

-Dame todo, Anastasia. Digo con los dientes apretados.

-Christian, grita. Mientras su cuerpo convulsiona. La aprieto más a mí para que no caiga y con tres embestida más explotó en su interior.

-Nenaaaaaaaa. Gruño.

Caemos en la cama con la respiración agitada y beso su espalda. Y feliz por haber disfrutado como nunca de este momento con mi diosa.

-Me alegra que me desees tanto. Dice con voz entrecortada. Solo puedo sonreír por lo que acabo de escuchar.

Pov. Anastasia.

Mis deseos por este hombre me transformar hasta el punto de perder la cordura y aquí estamos en la ducha demostrándonos que tanto nos deseamos y como nuestros cuerpos necesitan del uno al otro.

Anastasia, como te enloquece este hombre.

¡Vaya!

Con solo tocarme me debilita y hace que mi cuerpo sea preso de sus caricias y no tengo las fuerzas para resistirme a este poder que ejerce Christian sobre mí y me dejo llevar a donde él quiere.

Me miro al espejo y recuerdo la manera que me hacía suya y era una manera de dominación y solo podía rendirme. Me sentí extraña al sentir como azoto y lo que más me sorprendió que lo disfrute, mientras más me llenaba, más deseaba de él. Parecíamos que luchábamos demostrándonos el poder que teníamos el uno en el otro y ver quien vencía a quien. Su voz me saca de mis pensamientos.

-No quisiera salir de esta habitación en toda la noche, pero necesito recobrar fuerzas, nena.

-No ha tenido suficiente, señor Grey. Digo arqueando las cejas.

-Nunca tendría suficiente de usted, señorita Steele, pero me muero de hambre. Dice besando mis labios.

-Vamos entonces. Digo. Tomando sus manos y encaminándonos hacia la cocina para disfrutar una deliciosa cena.


El Reflejo en el Espejo.  (1 T) (Sin Editar)Where stories live. Discover now