Capitulo 13. Game Over.

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—No llores, nadie sufre para siempre— Le dijo una débil voz desde la oscuridad cerca de ella.
–Juan Comparán Arias.

Mi relación con Melani iba de maravilla, tan pronto comenzamos a salir, se lo anuncie a mi padres. Aunque debo admitir que no me gusto para nada su reacción.
-¿De verdad tienes novia? —Dijo mi padre, con una ceja alzada ¿Qué tenía de raro?
-Si Adrian. De verdad tengo novia. —Puse los ojos en blanco, al tiempo que me sentaba en el comedor. Era medio día y estábamos a punto de comer.
Aaron comenzó a reír con descaro, le dirigí una mirada furtiva y paro su risa en seco.
-No puedo creer que mis dos niños ya tengan pareja. —Mi madre fingió una expresión de frustración en su rostro. —Aún son muy jóvenes, en especial tu Aaron.
-¿O sea que yo ya tengo permiso de follar descaradamente? —Sonreí orgulloso. Mi padre comenzó a reír, mientras Aaron y mamá nos miraban molestos.
-Víctor... —Al ver a mi madre con tal expresión de pocos amigos, papá fingió una leve tos y me reprimió al instante. —No digas esas cosas en la mesa, hijo.
-Bien honorable padre. —Fingí cortesía y junte mis manos en sima de la mesa.
-Volviendo al asunto ¿Cómo se llama la chica? —Escuche decir a mi mamá.
-Es Melani mamá, ya ha venido un par de veces a casa. —Me serví un poco de la comida que mi mamá había dejado en la mesa.
-Esa chica me agrada. Está bien si es ella. —Dijo serena.
Alce una ceja inquisitiva.
¿Qué demonios quería decir?

(***)

Conforme pasaba el tiempo, Melani y yo nos encargamos de hacer nuestra relación publica. No solamente nos enfocamos en nuestras familias (Por supuesto que la suya se sorprendió al instante, y aunque hubo algunos problema al principio, con el paso del tiempo sus padres y familia supieron aceptarme como primer novio de Melani, pese a que aún tenía la anatomía de una mujer) también nos encargamos de decirle a nuestros amigos y, adivinen quien se pudo feliz por la noticia. En efecto, Abel. El muchacho prácticamente se puso a brincar de alegría, al parecer el infame creía que pasaría el resto de mi vida sola.
Para ese entonces mi amigo había abandonado repentinamente el box, poniendo como excusa la escuela, pero lo cierto era que el idiota se la pasaba de fiesta en fiesta y ya era muy raro que nos reuniéramos para salir.
Por lo que mi querida novia había llegado en el mejor momento.
Pasábamos los 7 días de la semana, aproximadamente 12 horas juntos, no quiero decir que estuviera enamorado, pero como mi primera novia la chica si llego a significar mucho en mi vida.
Tanto que pronto ambos descuidamos la escuela notable mente y fue así como de ser el primero en mi clase pase a ser de los últimos.
Es obvio que mis padres no lo tomaron de la mejor manera, me castigaron con la estúpida condición de ver a Melani solamente un par de días a la semana hasta lograr mis calificaciones a lo que eran antes y es que, sí una vez paso, puede volver a ser ¿no?
Como todo un Bad Boy y a pesar de ya haber pasado desde hace un par de años la edad rebelde, me puse de lo más insoportable, no entraba a clases y me salía sin permiso, incluso había veces que no llegaba a casa ¡Qué estúpido e ingenuo eras Víctor! Todo con el fin de demostrarle al mundo que haría cualquier cosa por pasar tiempo con Melani.
Pero la verdad lo único que hacía, era ún ridículo berrinche para intenta dejar claro que las cosas se hacían únicamente a mi manera.
Pero no tardó mucho para que el karma tocara hasta mi puerta.
Estábamos en periodo de evaluaciones y yo ya cursaba el quinto semestre. Como estaba apunto de terminar la educación media superior, creí que jamás tendrían el atrevimiento de interponerse en mi camino. Que error.
Un muchacho igual de quinto semestre, se atrevió a cortejar a mi novia ¿Qué mierda man? Y como todo el hombre macho alfa, pecho inflado que me creía, lo enfrente.
El chico salía del baño de los hombres y yo (que aún entraba al de la mujeres) estaba apunto de entrar.
Me miro con desprecio y se burlo de mí. No me moleste en intentar arreglar la cosas con palabras, me le lance en sima y pronto nos vimos ambos, envueltos en una lluvia de puñetazos. Por supuesto que saque mis dotes de boxeador a relucir y cuando el idiota estaba apunto de sucumbir ante mis puños. Dos profesores se acercaron a nosotros para separarnos.
El muchacho sangraba de la nariz y de la boca; yo solamente sangraba del labio inferior.
Sonreí porque sabía que había ganado.
Nos llevaron a ambos a la dirección y mientras nos tenían en espera, mi novia entro a la sala desesperadamente.
-¡Víctor! ¿Qué pasó bebe? —Mel se inclinó hacia a mí y me tomo la cara.
Después volteo a ver al chico con desprecio, y al darse cuenta en que había quedado peor, sonrío satisfecha. Provocando por supuesto una mirada de frustración por parte el mismo.
-Da igual Mel, yo gane. —Dije orgulloso.
Y justo cuando estábamos celebrando mi buena victoria, entró mi padre al recinto.
Me miró furioso, las venas de sus cienes se saltaban. Nunca lo había visto tan molesto y por primera vez durante mi temporada de rebeldía, sentí miedo.
Él ni siquiera me miró a los ojos. Saludo educadamente y se sentó a mi lado.
Le pedí a Melani que se marchara y después de discutir un par de minutos, por fin acordamos que la vería después de clases. Lo cual no pasó.
Al llegar el tutor del otro chico, que resultó ser, al parecer su madre, nos pasaron a la oficina de la directora. Esta se situaba sentada al otro lado de su enorme escritorio color marrón. Nos miraba sería y con un gesto con la mano le pidió a nuestros padres que se sentarán.
Ambos tutores le estrecharon la mano y se dispusieron a escuchar con especial atención lo que tenía que decir aquella mujer.
-Señores ¿Ya se les ha explicado
teléfono la causa de su presencia aquí?
-Por lo que entendí, estos dos se agarraron a golpes. —Hablo la madre del otro implicado.
-Así es. —La directora inclinó la cabeza un poco, de manera afirmativa.
-¿Pero cómo es posible? ¡Ella es una mujer! —Dijo la señora con una evidente indignación.
-Mi hijo no es lo que parece señora. —Hablo mi padre con una perfecta cortesía.
-¿Cómo? No entiendo.
-No importa que no lo entienda, no perderé mi tiempo explicándole. —Sentenció mi padre, el cual no estaba de humor para cosas así.
-¡Pero qué dice! —La mujer se mostró ofendida ante el comentario de mi padre.
Mi papá ni siquiera se digno a mirarla, se mantuvo apacible ante la situación, como todo un caballero.
La directora al ver que la cosa se salía de control, detuvo a la señora con un gesto y comenzó a hablar.
-Estarán de acuerdo que lo que hicieron sus hijos no es para nada correcto. —Dijo con tono enérgico. —Es suficiente verles la cara para darse cuenta de la magnitud del problema.
-Claro. —Respondió mi padre ganándose una mordaz mirada por parte de la madre del chico.
-Entonces señor y señora. Tienen que tener en cuenta que como directora y tomando como punto de referencia el prestigio de esta escuela, no lo puedo dejar pasar así como así.
-¿Qué se puede hacer al respecto señorita? —Dijo aquella madre asustada.
-Nada más que expulsar a ambos señora. —La voz de la directora fue tan segura y firme, dejando claro que no cambiaría de opinión, bajo ningún precepto.

Y al escuchar tal sentencia, la piel se me erizo y la sangre se me congelo.
Mi padre casi me mata con la mirada.
Game over Víctor.

Hola amigos 😎 acá Ceci.
Hoy entre en la escuela. De hecho estoy en ella aún. Pero como vino el gobernado, dio una conferencia y pese no haber publicado el capítulo ayer decidí hacerlo hoy :v y pues ahí me ven durante la conferencia de dos horas XD escribiendo el capítulo.

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Víctor contra Victoria. |La historia de un tránsgenero|Where stories live. Discover now