Capítulo dieciocho.

2K 103 1
                                    

Capítulo dieciocho.

Me senté como indio en el sofá sosteniendo un tazón de cereales entre mis manos, era patética, había despertado demasiado temprano y no pude pegar un maldito ojo en toda la mañana. Mis ojeras seguro habían aumentado y eso me molestaba, no era que quería verme linda para nadie, solo que era horrible tener que lidiar con esas cosas. Lleve una cucharada de cereal a mi boca y mastique con pesadez, no tenía ánimos, aunque esta mañana cuando había abierto los ojos me dispuse a salir a caminar un rato para despejar mi mente. Como había despertado tan temprano sin querer tope con la chica que había pasado con James, ella era agradable y eso me enfureció, no había podido recriminarle el hecho de que estaba en mi casa sin permiso, cuando me mostro una sonrisa y se disculpó por haber chocado conmigo me hizo comprender que ella no era la culpable, sino que James nos había envolvido en todo esto, tal vez ella solo cumplia su trabajo o disfrutaba, no lo se exactamente pero ese no es mi problema. Cuando termine mi desayuno y lave el tazón junto con la cuchara verifique la hora; diez treinta am. Le envie un mensaje a Logan de buenos dias y deje el móvil sobre la mesa, salí de la cocina buscando mi campera deportiva que estaba tirada en el sofá y me la coloque, me hice una coleta y salí de la casa. Estuve unos minutos caminando hasta llegar a la plaza más cercana, había poca gente, algunos corriendo alrededor y otras señoras charlando sin preocupación. Seguí caminando alrededor siguiendo al grupo de personas que hacían su rutina de ejercicios corriendo. El aire frío golpeaba mi rostro y no era molesto, me refrescaba; me hacía sentir libre, ese ambiente me ayudaba a relajarme y olvidarme de todo el dolor. Algunos recuerdos de cuando mi padre tuvo que informarme sobre la ida de mi madre invadieron mi cabeza.

Baje los ultimos dos escalones dando saltitos, papá me esperaba sentado en el sofá inclinado recargando su cabeza entre sus manos, mama no me había despertado ese día para desayunar juntas ni tampoco la veía por ningún lado. Cuando llegue alado de papa él alzó la vista y pude notar que tenía sus mejillas humedad y los ojos rojos de tanto llorar.

- Hola cariño - murmuró sorbiendo su nariz. Me acerqué más para besar su mejilla y me sente a su lado dándole palmaditas en la espalda.

- ¿Hice algo malo? - cuestioné frunciendo mis cejas. El negó inmediatamente y sonrió de lado. - mamá no fue a despertarme hoy, ¿donde esta ella?

- Se fue. - susurró cabizbajo sin mirarme. Yo asentí sin comprender la situación, tenía seis años.

- ¿Ella vendrá muy tarde hoy?, porque me prometió que iríamos al parque juntas. - él me miró con el semblante triste, no pude entender la indirecta.

- Ella no va a venir. - junte mis manos apretandolas sin saber que hacer o decir, aunque no entendía bien lo que él quería decir en realidad. - nos abandonó.

- ¿Así como nuestro perro Joe nos abandono y lo enterramos en el patio? - él negó soltando una risita dulce, rei con él sin saber, al menos lo había hecho reír.

- Ella no murió, se fue a vivir a otro lado. - mi corazón se detuvo, ¿entonces eso era abandonar? Había escuchado esas palabras algunas veces pero no entendía el significado, todo el tiempo había creído que Joe nos habia abandonado pero no fue así, él no podía elegir sino se hubiese quedado con nosotras, él había muerto. Y la diferencia era que mi madre nos había abandonado, no como Joe, ella estaba viva, simplemente se fue.

- Pero de seguro va a volver, ella no nos dejara por mucho tiempo. - trate de animarlo pero pareció no funcionar.

- No seas idiota Ambar, tu madre nunca jamás volverá, de seguro ella ahora es feliz, tal parece que no te amaba tanto como decía para dejarte aquí conmigo. - mis ojos se llenaron de lágrimas, tal vez él tenía razón pero no tenia porque decirlo. Tal vez con el tiempo uno puede entender que siente dolor, pero lo que él no se había dado cuenta era que yo era solo una niña.

Dulce Pecado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora