Esta es la segunda parte de Mi más bonita casualidad. Aquí los protagonistas son los hijos de Adelyn y Derek, Charlotte y James, Paúl y Amy.
Adelyn y Derek tienen dos hijas, Sophie de 20 años y Derelyn de 15. Sophie es la típica hija perfecta que...
Al fin ya había llegado el día más esperado, el día de mi boda. Hoy siento mucha alegría, nostalgia , es una mezcla de sentimientos que no logro descifrar.
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La iglesia estaba hermosa, llena de flores y una hermosa alfombra roja por donde yo iba desfilando con mis dos padres, Hubaldo y Derek.
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Ambos se merecen todo mi amor y admiración, los dos amaron a mi madre en su momento y eso es algo que no voy a olvidar nunca.
A Hubaldo le agradezco por haberme procreado junto a ni madre, por cuidarme mientras estuve pequeña, por darme su apellido, sé que se alejó de mí por mucho tiempo, pero lo importante es nos perdonamos y dejamos todo ese pasado atrás.
A Derek lo amo como si en realidad él fuera mi padre. Ambos ocupan un lugar muy especial en mi corazón. A él le agradezco infinitamente por amarme como si fuera suya, por nunca hacer distinciones entre Derelyn y yo, a pesar de que ella si lleva su sangre.
Max y yo quisimos tener una boda totalmente diferente, como padrinos elegimos a Derelyn y a Jadyel, y como nuestros noviecitos elegimos a April y a Christian.
Sabemos que los noviecitos en la mayoría de las bodas son pequeños, pero quisimos hacer algo diferente y por eso los elegimos a ellos.
Solamente pusimos una dama de honor, y ella es nuestra hermana Brittany, es mi hermana porque es hija de mi padre biológico y a la vez es mi cuñada.
Muchas personas se negaron a aceptar nuestro compromiso, incluso nuestros padres, pero luego con el tiempo comprendieron que este amor que sentimos es muy real, y que nunca es tarde para comenzar, nunca es tarde para tener una nueva vida, nunca es tarde para tener Un nuevo comienzo.
-Los declaro marido y mujer, lo Dios ha unido que no lo separe el hombre.
Cuando el sacerdote dijo esas palabras nos dimos un tierno beso y quedamos unidos para siempre, nos convertimos en uno solo.
