Capítulo 25

577 48 5
                                    

Al ver a todos esos tipos altos, con martillos y hachas del tamaño de estatuas griegas realmente me sentí pequeña. Mi cuerpo comenzaba a temblar con anticipación al cambio, lo malo era que si me convertía, probablemente quedaría desnuda el resto del camino o perdía el conocimiento, tendría que arreglármelas para que el cambio no se produjera.

Tal vez si fingía que estaba perdida...

No te ves precisamente como Kelsey, Ira; así que mejor piensa en algo rápido.

Antes de que pudiese tocar a la puerta, ésta comenzó a abrirse lentamente, no me sentía preparada para lo que sea que fuese a salir de allí así que me escondí detrás del primer muro que estuvo a mi alcance.

Me quité el velo y lo envolvía alrededor de mi cuerpo de manera que me dejara libres los brazos y no afectara la movilidad de mis piernas, la espada quedó a la vista y el arco también, sólo esperaba que no tuviesen conocimientos de mi existencia.

Caminé hacia los 2 guardias que se habían plantado frente a la puerta con cara de pocos amigos (una cuestión bien sencilla para mí; ni siquiera parecía fingida) –Necesito entrar a los calabozos, vengo de parte de Hawk.

Los dos gigantes se quedaron viéndome de arriba abajo, no eran tan grandes después de todo, solo un poco anchos de cuerpo. Mis manos comenzaron a sudar y tuve que apretarlas en puños para que no temblaran.

-¿Cuál es la contraseña dulzura?-preguntó uno de ellas acercándose lo suficiente a mi como para recordarme al tipo del campamento de Matt.

-¿TENGO CARA DE QUERER DARTE UNA CONTRASEÑA?- en un movimiento rápido desenvainé mi espada y la puse en su cuello mientras con la otra mano jalaba su espesa y larga barba- DEBERÍA MATARTE ANTES QUE HAWK, de todas formas yo seré mucho más considerada.

En cierta ocasión Zach mencioné que mis ojos destellaban de un verde esmeralda cuando comenzaba a enojarme, vi como mis ojos brillaban en las pupilas del nórdico, quien se arrodilló ante mí con miedo y frustración.

-Lo siento mucho mi señora, pase y a la derecha hay un guardia que la guiará.

Me sentía un poco mal por mi comportamiento egocéntrico, pero al parecer era lo único que me había salvado el culo. Stanley me advirtió que los griegos eran los primeros al mando, habían convencido a los hijos de los dioses egipcios que se unieran a su causa mientras que a los nórdicos simplemente los sometieron, ellos, fieles a sus padres no entendían a que se enfrentaban, cuando Hawk capturó a todos los mayores, los hijos quedaron sin guías a merced de ese hijo de perra.

Esperaba no tener que asesinar a ninguno de esos chicos. El de la barba larga y espesa parecía estar entre los 25 a 28 años, cuerpo robusto, pero actitud fácilmente manipulable, quiso pasarse de listo pero es obvio que advirtió que estaba hablando con una de los de alto rango, y esperaba que siguiera pensando eso.

Los otros dos guardias, el de la entrada principal y el de la entrada al calabozo a duras penas llegaban a los 25, sus brazos, músculos inmensos comparados con rocas talladas bajaron la mirada ante mí. Sus rostros eran ingenuos y algo tristes.

-Lamento eso, Hawk hace que quiera asesinarlo, y tiendo a desquitarme con los demás. No ha sido un buen día- no sé qué me impulsó a hacer lo que hice, sólo noté que estaba frente al tipo grandote de larga barba pidiéndole algo así como una disculpa.

Tal vez se debía a las marcas que notaba en sus brazos, parecidas a quemaduras de dimensiones grotescas o a las expresiones de resignación que ellos tenían.

-¿Te estas disculpando conmigo?- preguntó él estupefacto.

Me encogí de hombros y le sonreí.

The New World coming... (libro #1)Where stories live. Discover now