Capítulo 26.

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Intentemos no extrañarnos.

POV'S Ian.

-De acuerdo, te llamo luego.

Colgué el teléfono. Tenía dieciséis semanas, cuatro meses desde la última vez que la vi, desde la última vez que moría por darle un abrazo y pedirle de rodillas perdón, pero no. Semanas atrás antes de que ella viniera hasta acá por una explicación mi padre me ofreció trabajo en una de sus empresas, por eso me quedé. Mi idea era quedarme con ella, único que salió de su boca al enterarse de lo que tenía en mente fue:

'Tú necesitas madurar, y al lado de alguien inmaduro e infantil jamás lo vas a lograr, déjala de una vez'

Como siempre, quiero obedecerlo, así que opté y me creé la idea de que tal vez él tenía razón, y me alejé.
En resumen les diré lo que ha pasado.

Ella dejó de llamarme.
Yo dejé de pensar en que lo haría.
Yo tampoco la llamé.
Su amiga la loca me llamó más de diez veces en una semana amenazándome a muerte.
Robbie vino sólo a gritar que era un imbécil y no creía todo lo que había hecho.
Jared casi me escupe en la cara y sólo me gritó más mierdas.
Noah... bueno Noah, sigue siendo Noah y no le importa mucho lo que suceda alrededor.
Y al final, ella de nuevo. Me envió al perro, averiguó en qué departamento me estaba quedando y lo dejó en él pasillo con una nota diciendo que no se encargaría de algo que tuviera que ver conmigo. Maldecí por no haber estado ahí y verla una vez más.

POV'S Madison

-¡Joder, Jared, ¿Eres idiota?!-un líquido helado mojó mi cama junto conmigo.

-Pues ya levántate, vas a llegar tarde al trabajo.

-¿En donde está Millie?

-Salió por las compras.

Bufé levantándome de mi cama, tomé unos jeans y una blusa cualquiera junto con unas sandalias y me cambié en cuanto Jared salió de la habitación, corrí a la cocina por una barrita de cereal.

-¡Vuelvo a las ocho!-grité y salí corriendo.

Trabajaba en una tienda de mascotas cerca del departamento, de 11 de la mañana hasta 8 de la noche, simplemente rodeada de perros, gatos, aves, hámsters, ratones, tortugas, peces y más animales.

-Hola Derek.- saludé al chico que también atendía la tienda, éste se encontraba bañando a un gato quien se aferraba a las esquinas de la tina para escapar, así que sólo asintió en forma de saludo.

-¿Bañas a bruce? -dijo tratando de que el gato se soltara de un extremo de la bañera.

-Claro, voy por él.- Bruce era un pequeño chihuahua muy malhumorado, sólo te le acercabas y gruñía molesto.

Lo tomé con cuidado mientras el can gruñía en mis brazos, a continuación comenzó a ladrar y retorcerse alocadamente, lo que provocó que lo dejara caer de mis brazos, lo tomé antes de que escapara.

-Vamos bruce, no seas gruñón.-

(...)

-¿La guacamaya?

-Listo.-responde Derek poniendo comida en la jaula.

-¿Ron, Dobby y Harry?

-En sus jaulas.-responde metiendo a los tres hámsters.-

-¿Dallas, Michifú y Ziggis?

-Aseados y alimentados, listo.- suspiro ante su respuesta.

-¿Cake?

-Encerrado.-responde verificando la cerradura de la caja de la serpiente.

-¿Flash y Lú?

-Con agua limpia.-responde dando toquecitos a las tortugas en el agua.

-Terminé con la lista.

-Yo me tengo que ir ya Maddie, mañana hablamos.- se despidió con la mano mientras se quitaba el gafete con su nombre.

-Claro, hasta luego, yo cierro.-nos despedimos y él salió.

Solté un suspiro, un estruendoso golpe en la puerta me sobresaltó, miré alarmada hacia allí viendo como Jared y Noah le gritaban a Robbie, quien se sobaba la frente adolorido.

El imbécil chocó con la puerta de cristal.

Rodé los ojos y caminé para abrir la puerta.

-¿Que hacen aquí? Voy a cerrar en diez minutos.- los dejé entrar.

-Sólo pasábamos por aquí cerca, y Noah quiso pasar a verte.- La mirada confundida de Noah se clavó en Robbie.

-¿Yo? Idiota, tú fuiste el de la idea y tuvimos que venir contigo.- Noah se cruzó de brazos negando con la cabeza.

-¿Quien es 'tigo'? -dice Robbie mirando alrededor en busca de una persona.

-Ay, sólo... sólo deja que se siente, el golpe lo aturdió o algo.-digo yo para llevarlo a una silla cerca.

-Lo dejó más estúpido.- me corrige Jared.

Después de media hora, cerré y los cuatro comenzamos a caminar por la acera.

Millie se había mudado conmigo, y estos idiotas no se alejaban mucho.

Al llegar al departamento, me dirigí a bañarme, Millie insistió en que los tres chicos se quedaran a cenar, así que mientras me duchaba ellos ayudaban en la cocina. Salí después de diez minutos, pasé por el living viendo a Jared y a Robbie totalmente idiotizados con la televisión, me dirigía a la cocina pero unos ruidos dentro del armario me detuvieron, Millie y Noah, hablando.

-Juro que no quiero nada con ella.

-Noah, estás actuando muy extraño con Maddie.

-¿Acaso piensas que quiero algo con ella?

-Pues sí, imbécil, sólo que no está lista para tener a alguien nuevo aún y...

-No quiero nada con ella.-se adelantó Noah.

-Pe-pero tú... -Noah volvió a interrumpir a Millie.

-Ian es mi amigo ¿Sí? Que sea un idiota no quiere decir que ya lo odie, yo no le haría algo como esto, y sé que Maddie tampoco a él.- escuché como se aproximaba a salir del armario y me alejé a toda prisa. Traté de hacer como si estuviera ocupada en la cocina y ellos se acercaron.

-¿Maddie?

-¿Mhhh?-respondí mirando

-¿Le estás poniendo jabón de platos a la salsa?

Miré a mi mano, efectivamente, el recipiente que había tomado, no era el sazonador.

Idiota, idiota, idiota.

Trataba de encontrar alguna excusa cuando mi teléfono comenzó a sonar. Corrí hacia la habitación saliendo de esa situación incómoda y tomé el móvil entre los manos.

Mis piernas flaquearon en cuanto vi el nombre de quién me llamaba.

Era él, era Ian, su número brillaba en la pantalla, me quedé inmóvil. No podía dejar de mirar el aparato que no dejaba de sonar. Me armé de valor, después de todo, hay que afrontar nuestros problemas.

-¿Hola?

He is Ian © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora