Enamorada De Mi Secuestrador.

capítulo 10

Hilda caminaba por el salón real para reunirse con ciertas personas que buscaban quitar a Zelda del camino y contaban con la ayuda de Hilda.
Los encontró en una esquina del salón, seis hombres con mascaras de color rojo, personas excluidas del reino y que han perdido a gente importante por la mala condición del reino. Personas que odian a la familia real y que desean que la última heredera caiga.

—Buenas noches muchachos, sabía que no me iban a fallar — saludo a cada uno sin levantar sospecha, después de todo son traidores que alguna vez pertenecieron a Hyrule.

—Jamás le fallariamos a nuestra reina — uno de ellos beso la mano de Hilda — tu nos dirás cuando es el momento indicado para atacar.

—Hemos esperado esto por años, es momento de terminar con la vida de la última heredera de Hyrule.

—Aún no es momento muchachos, tengo un plan en mente pero para ello necesitamos tiempo. — sonrió — ahora mismo la princesa debe de sufrir antes de morir.

—¿De qué hablas? No estaba en nuestros planes esperar.

—Créanme, el plan que tengo en mente es mucho mejor que matarla ahora mismo y frente a todos, el día que Zelda debe morir esta más cerca de lo que creen.

—¿De qué está hablando? Prometimos quitarla del camino hoy mismo, nuestro señor nos pidió de inmediato la cabeza de la princesa, desea ponerla como trofeo en el salón principal. — comentó otro.

—Díganle a su señor que este fin de semana tendrá la cabeza de mi prima en sus manos y que personalmente se la llevare yo.

A Hilda no le preocupa mancharse las manos si así puede vengar a sus padres, apesar de que el baile es en memoria de su familia, aun siente odio hacia su familia ya que ellos fueron los causantes de la muerte y de la desdicha de la familia de Lorule.

—Cuentenos Lady Hilda, ¿cómo es que morirá la princesa heredera?.

—Después del baile en honor a mi padre y tía, el reino lleva a cabo un festival conocido como el festival de la cosecha, ese día siempre es libre para los guardias, las únicas personas que acompañaran a Zelda será mi abuela y la sirvienta Impa, ese día atacarnos.

—He escuchado de ese festival, la familia real suele dar un paseo por todo el reino en caballo y llegado a un momento a pie. ¿Cierto?.

—Exactamente como lo dijiste Kelvin, será el momento exacto donde atacaremos, cuando baje del caballo para llegar al santuario, ella debe de estar sola en el santuario para llevar a cabo la ceremonia real.

—Se lo diremos a nuestro señor Lady Hilda, estará contento de saber su respuesta.

—Pronto será el final de Hyrule y de la familia real, disfruten esta velada por que será la última que verán. — sonrió para después compartir un pequeño brindis con su grupo de aliados.

...

Después del baile Zelda tuvo que despedir a Hilda que se retiraba para su reino, estaba un poco triste al dejar ir así a su prima, de una u otra manera la había corrido y eso Zelda no se lo había perdonado aún.

—Que tengas buen viaje prima, nos veremos pronto. —Hilda le dedico una pequeña sonrisa para después subir al carruaje y empezar el camino de regreso.