I. Eso me gusta

4K 170 20
                                    

A veces, convivir con ________  ________, de veintiún años, ex prostituta y ex alcohólica podía llegar a ser muy complicado... y no sólo por los motivos anteriores y obvios.

Wonwoo Jeon, de veinticuatro años, famoso compositor y pianista y enemigo acérrimo de los números impares, pudo presumir con orgullo de no haber reorganizado los muebles de su casa desde antes del ocho de diciembre, día en el que la señorita ________ salió del hospital. No; había superado el estrés de esa semana- el estrés de estar a punto de perder a la mujer que quería más que a sí mismo- muy bien, porque ni siquiera había tocado los muebles. Era un logro increíble, porque había alimentado ese tic durante muchos años y, claramente, le había costado muchísimo dejarlo.

Sin embargo, la señorita ________ rápidamente le indicó que comprar nuevos muebles no era superar su trastorno obsesivo-compulsivo.

Fue durante una fría mañana de finales de enero, cuando el ascensor se abrió en el cuarto piso del complejo de apartamentos de Las Noches, un edificio del distrito de Westwood conocido para mal por estar construido al revés (en realidad, la cuarta planta era la séptima desde el suelo). Wonwoo salió de él, vestido con un grueso abrigo y una bufanda verde claro que su compañera de piso... su novia... le había comprado, como regalo de Navidad.

Hmm... ¿Era su novia? Habían estado viviendo juntos sin que nada ocurriera, durante tres meses y "románticamente" durante uno; ella dormía en su cama, ocasionalmente le hacía la cena (aunque insistiera en que se la preparara él), llevaba su ropa cuando le daba pereza lavar la suya (lo que era a menudo)... y, sí, sus lenguas habían estado en la boca del otro (y eso les gustaba).

Sí; Wonwoo supuso que, de acuerdo a los estándares de la sociedad, estaban oficialmente juntos. No habría estado tan mal si una mujer tan cariñosa no lo distrajera tanto.

Como hombre que apreciaba la paz y la tranquilidad, Wonwoo se tensó en cuanto escuchó música al fondo del pasillo, en dirección a su casa. Oh-oh... Eso otra vez, no. Bajó la vista hacia la bolsa de comida que llevaba en la mano. Por suerte no había comprado demasiado, así que tenía alguna oportunidad de dejarla nada más entrar por la puerta y buscar seguridad en su habitación, antes de que ella le hiciera olvidar lo que había planeado para aquella tarde (principalmente, calcular cuánto le habían costado sus gastos médicos). Se dijo que tendría que buscarle algún seguro médico. Era como tener un perro, en serio... pero la señorita ________ no era un perro, sino... Él frunció el ceño; ¿acaso venderían seguros médicos para dragones?

Acercándose a la puerta- y sintiendo que la música se ponía más alta, al tiempo que sentía sus vibraciones en sus pies- se puso recto y tomó aire, preparándose mentalmente para lo que le esperaba. Entonces, sacó sus llaves del bolsillo, las introdujo en la cerradura y la giró, hasta que escuchó el "clic". Inspiró, expiró... empujó la puerta y se adentró en la cueva del dragón, como si fuera un valiente caballero cuyo escudo estaba formado de comida.

Era peor de lo que se había imaginado.

________ ________, en todo su escultural esplendor y con la melena roja al aire, estaba contoneándose cerca de la mesa del comedor, vestida con unos shorts grises y un top blanco. Al girarse hacia él, meneó las caderas hacia un lado, sonriéndole tímidamente. Wonwoo se esforzó por contener el aire. Recuerda la misión, pensó, mientras la canción empezaba.

My body rocks a rhythm, you beat my drum hard. I might just kick it, kick it; you wanna lick it, lick it. I love to stick it, stick it, from London to L.A.; Yeah that's the ticket-ticket, come on and kiss it, kiss it...

Apartando la mirada de la bailarina, Wonwoo se quitó los zapatos (las travesuras de la chica no impedirían que abandonara las reglas de su casa), antes de caminar por el suelo enmoquetado, camino a la cocina.

| m u s i n g s |  ♡ wonwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora