Mis padres ya no confían en mí... ¿será que ya no me quieren? Ha pasado tiempo desde que ya no los veo, creo que ya se olvidaron de mí.
Me preguntan mucho la fecha, estoy aquí desde hace un mes... hoy es 28 de febrero del 2013.
Mi cabeza me da vueltas, ya no distingo cuando estoy despierta o cuando estoy dormida... supongo que ya estoy mejorando. Aún recuerdo todo lo que ocasiono que me trajeron aquí:
La persona que más adoro en el mundo es mi hermano, se llama Christian... creo que es graciosa la forma en que se escribe su nombre. Siempre está pendiente de mí, le cuento mis problemas, a veces me cuenta los suyos... pero aun así siempre está pendiente de mí. Lo adoro más que nada en el mundo... pero nunca imagine que esta felicidad se terminaría... y me sacarían de la casa, para llevarme al mismísimo infierno...
Todos los días llego del colegio y le cuento a mi hermano todo lo que me paso en el día, se le pego la costumbre de esperarme sentado en el sofá desde hace un año, es un poco raro... no me deja verlo comer, dice que tiene una manera muy rara de comer, siempre que mis papas entran a la habitación donde estamos conversando, mi hermano me dice que haga silencio, a mi papas no les gusta que hable con mi hermano... se llevan mal con él, ya no lo quieren, y cuando pienso en eso, a veces me pongo a llorar.
Tampoco me deja entrar a su cuarto, dice que un cuarto es la fortaleza privada de un hombre y que jamás debe ser invadido, y menos por una mujer, cada vez que me dice eso me pongo a reír... pero no muy fuerte, porque cuando me río fuerte, mi mama o mi papa me miran serios... mejor dicho con una cara de preocupación, no me importa mucho... pero cada vez me miran con más preocupación... los odio, los odio mucho, ¿Porque rechazan a mi hermano? También es su hijo... me disgusta tanto, odio a mis padres. Una noche converse con mi hermano hasta muy tarde en mi cuarto... conversamos de todo, música, actores, enamorados... jaja. Ahora que me doy cuenta, no veo a la enamorada de mi hermano hace un tiempo, casi un año... ¿será que ya terminaron y mi hermano no me ha contado? No lo creo... mi hermano me cuenta todo, le pregunte esa noche porque no traía a su enamorada a la casa. No me contesto en un buen rato. Cuando lo hizo, solo me dijo que ella ya no lo quería ver más, cada vez que escucha su nombre, se pone a llorar de la cólera y que evita el tema o se va... Siento lastima por mi hermano, es el mejor hombre del mundo ¿porque terminaría con él?... debe estar loca. Sin darme cuenta lo había dicho un poco fuerte y mi mama se despertó, fue corriendo al cuarto con mi papa a ver si me sucedía algo, y me vieron sentada en mi cama.
Me preguntaron porque estaba hablando tan alto, yo les dije que estaba conversando con mi hermano... mi papa entro al cuarto y me dio un manotazo en la mejilla. Me puse a llorar y les grite: ¿PORQUE? ¿PORQUE NUNCA DEJAN QUE HABLE CON MI HERMANO? LOS ODIO, LOS ODIO.
Me fui corriendo al baño y me encerré... mi mama fue tras de mí y mi papa se quedó en mi habitación gritando. Mi mama golpeaba la puerta gritando que saliera, que necesitaba ayuda, que todo estaría bien... yo no lo creí así. Estaba cansada, cansada de todo... ya no lo podía resistir... solo quería estar con mi hermano, hablar con él, reír con él, sin que nadie me moleste. Mi mama se puse a gritar y a llorar, los gritos de mi mama se hacían más fuertes, y mi papa estaba corriendo hacia el baño también.
Pensaba muchas cosas en ese momento, era como si el tiempo se hubiese detenido, ahora estaba yo ahí... en el baño arrodillada con mis manos agarrando la cabeza y tapándome los oídos a la vez... entonces mire debajo del espejo, juntos con todos los cepillos de dientes, la afeitadora de mi papa... la vi y pensé infinidad de cosas. Antes de que me diera cuenta, ya la estaba sujetando con mi mano izquierda... yo soy zurda. Le saque la cuchilla, estaba muy filuda... era nueva. Los gritos se incrementaban más, y más. Asome la cuchilla a mi muñeca derecha... quería terminar con todo. Solo pensaba en mi hermano... en nadie más. Acerque completamente la cuchilla hasta que toco mi piel de mi muñeca... llore, pero no tan fuerte, parecían sollozos más que llantos, no estaba muy asustada, me sorprendí, por un segundo me calme. Mi papa empezó a golpear la puerta, ya no había mucho tiempo.
