Infiltrada en la Arena ||Gaara|| TERMINADA

Sueños, bodas y bebes

Kisuke♪ Kisuke♪

Frunci el ceño.

-Oi, Kisuke.

Sentí un golpe en mi cabeza y me desperté.

-Auch —me agarre la zona afectada- Eso dolió Pin -le reclame mirándolo.

Espera un segundo... Entrecerre mis ojos y vi fijamente al pelirrojo. Me iba a colocar los lentes, pero me di cuenta que los tenía puestos.

-¿Pin? ¿Eres...tu? -dije con lágrimas en mis ojos.

-Claro que si ¿Quien más, idiota? -fruncio el ceño.

Iba a abrazarlo, pero él me esquivo, haciendo que mi cara se estrelle en el suelo de mi pieza.

-No me toques, sabes que no me gustan los abrazos sorpresa -se cruzo de brazos.

-P-Pero tu estabas muerto...

-¿Muerto? -levanto una ceja y se sentó en frente mio- ¿Que soñaste Kisuke?

Negué y frunci el ceño ¿Que pasaba aquí?

Pin se levantó y luego yo. Me dirigí a la ventana de la habitación y cerré mis ojos al sentir un viento helado. Parpadee muchas veces y los abrí.

-AAH -me eché atrás.

-¿Que pasa Taishi?

Me di vuelta, estaba en la oficina del Kazekage y Gaara me miraba extrañado. Mire hacia la ventana, habían muchos Gaaras caminando por las calles, algunos eran adultos, otros jovenes y niños.

-Taishi ¿Estas bien?

Negué y me agarre la cabeza ¿Que es esto? De repente siento que tiran de mi polera. Baje la mirada, ahí estaba Nagato, pero su cuerpo era chico y su cabeza grande.

-¿Na-Nagato?

Vi con horror como su cabeza se balanceaba de un lado a otro. Retrocedi y choque con alguien.

-¿Cuando cocinaras? Tengo hambre Taishi -lloro Daisuke con un ojo más grande que otro.

-Y-Yo no soy Taishi -dije alejándose de él.

-¿De que hablas? Tu eres Taishi -dijo Ryū apareciendo de repente, con brazos y piernas cortas.

-N-No, yo soy Ka-Katarina.

-¿Katarina? ¿Quien es ella, me la presentas? -Kayo aparecio al lado de Ryū con un espejo gigante y sin pelo.

-Taishi-kun ¿Quieres ir a la biblioteca? -dijo Kirara colgandose de mi cuello.

-No soy Taishi.

-No te hagas el idiota -Toru tomo a Kirara- No somos idiotas.

Tape mi boca para que no salga mi risa. De todos, Toru era el más ridículo, estaba vestido de bebé y sus pies eran gigantes.

Cerré mis ojos para no seguir viéndolo, pero los abrí al escuchar como se caía un objeto.

-Oka-san, me he cortado con algo -chillo un niño parecido a mi con el pelo rojo, entrando a la sala.

Vi como se acercaba a mi y me miraba con lágrimas saliendo de sus ojos.

Mire hacia atrás, no había nadie.

-Oka-san -lloró.

Me sorprendi al entender que se refería a mi.

-O-Oye yo no soy tu...